Se desarrolla en Mendoza la campaña contra el aborto “40 días por la vida”. EL OTRO dialogó con algunas de sus militantes.

Fotos: Coco Yañez

A media mañana seis personas rezan el rosario en una esquina de una plaza de la Ciudad de Mendoza. Rezan por “las vidas de los niños por nacer y sus madres”. Están en contra del aborto en todas sus posibilidades y durante 40 días ayunan, oran e intentan persuadir a quienes quieran escucharlos.

Nelly, Mercedes, Valeria y Laura acompañan a otras cinco personas que siguen el rosario orgullosamente, como imponiendo un ejemplo pero de forma suave, alejadas de la habitual intolerancia de algunas agrupaciones contrarias a las posturas de despenalización de la interrupción del embarazo.

EL OTRO realizó una muy amable entrevista en la que estas mujeres explicaron los motivos que las llevan a militar en la calle el derecho “del niño por nacer”, oponiéndolo a la posibilidad de que las mujeres decidan libremente qué hacer con sus cuerpos.

¿De qué se trata esta campaña de “40 días por la vida”?

Laura: Esta campaña se inicia en nuestra cuaresma pero se hace también a nivel internacional para unir un poco el tiempo de oración que el Papa Francisco nos pide. Podemos pedir y rezar por los seres humanos más desprotegidos que son los niños que aún no han nacido y se encuentran en el vientre de sus mamás.

Esta campaña la hacemos para que las leyes sociales y políticas defiendan a estos niños que no tienen voz, aún porque están en la pancita de sus mamis, y para concientizar a la gente sobre el valor de la vida en el momento de la concepción del ser humano.

¿Quién organiza la campaña?

Nelly: En realidad eso no te lo sé decir, pero que estamos organizadas es real…

Laura: Son grupos abiertos en los que se convoca a través de redes sociales y se invita a quien quiera participar y forme parte… Si son jóvenes, chicos y chicas pueden participar… En realidad surge por la preocupación de un grupo de mamás que se juntaron…

Nelly: También nos une el “No a la muerte”, ¿viste? Defender estas vidas de ocho semanas y concientizar a las mujeres para que sepan que si un niño muere en sus vientres, esos vientres son un sepulcro. Y esta falta de concientización de las mujeres nos mueve a todas para rezar por ellas y que Dios les toque el alma.

En Italia, México, Australia y en Baréin el aborto es legal. ¿Por qué creen que en Argentina aún es ilegal, fuera del terapéutico especificado en el código penal?

Nelly: Nosotras rezamos para que a los gobernantes los ilumine Dios y protejan a esas vidas y esta Argentina siga siendo amada por el corazón de Dios y siga siendo protegida por María, porque es un país muy mariano. Por eso seguimos rezando el rosario que es nuestra arma más importante para vencer a la gente que no está concientizada.

Laura: Sí, y también me parece que a veces se ha valorado, pobremente, el derecho de la mujer y poco se ha puesto en valor el derecho del ser humano indefenso y el derecho de los padres de los niños. Nosotros también peleamos por que los papás también puedan tener a sus hijos.

Valeria: El cuerpo de las mujeres no es de las mujeres sino de Dios. Por eso no hay que agredirlo…

En Argentina están previstas, en el código penal, las excepciones en las que no es ilegal interrumpir los embarazos. ¿También están en contra de este tipo de abortos?

Nelly: ¿Qué culpa tiene ese bebé que ya tiene un corazón que da luz a esa vida que alberga un alma? No tiene ninguna culpa de que la hayan violado, por ejemplo…

Laura: Yo conozco el caso de muchas mamás que no pueden criar a su hijo y, en vez de abortar, permiten que ese niño crezca y se desarrolle y lo dan en adopción. Ha disminuido mucho la cantidad de niños que se dan en adopción, y nosotras creemos que uno de los factores que llevan a esta situación es el crecimiento de los abortos… Por eso valoramos mucho a las mujeres que terminan su embarazo y dan a sus hijos en adopción.

¿La mujer que aborta es una asesina?

Nelly: Inconscientemente, sí.

Laura: Es un acto malo, que aunque no tenga malas intenciones termina por quitarle la libertad a un ser y es dañino para el bebé.