Dalmiro Garay es el nuevo juez de una Suprema Corte de Justicia cada vez más cercana al proyecto político de Cornejo. Con 28 votos a favor y solo 9 en contra, el Senado aprobó el pase directo del ministro de Gobierno a la cúspide del Poder Judicial. El FIT manifestó su oposición pública al candidato oficial y se abstuvo de votar, en tanto que senadores peronistas e intransigentes prestaron su aval y se ampararon en el silencio. 

Venier, Gullé, Cornejo y Garay. Foto de archivo: Prensa Gob. Mza.

Con el respaldo del Senado, el gobernador de Mendoza dio otro gran paso en su estrategia política para controlar los principales resortes del Poder Judicial. Alfredo Cornejo se encuentra cada vez más cerca de conseguir el sueño del tribunal adicto. En ese camino ascendente ya incorporó a sus amigos y correligionarios Alejandro Gullé a la Procuración de la Corte, y a José Valerio y Dalmiro Garay en dos sillones de una Suprema Corte de Justicia que, de mediar respaldo opositor, también será ampliada de siete a nueve miembros.

En una sesión secreta, rémora de tiempos prerrepublicanos, la Cámara de Senadores aprobó esta semana el pliego enviado por el Ejecutivo del hasta ahora ministro de Gobierno, para que reemplace al renunciante supremo Alejandro Pérez Hualde.

Foto de archivo: Coco Yañez

A diferencia de lo que pasó con Valerio en 2016, esta vez Garay llegó a las bolillas blancas sin sobresaltos. En la Audiencia Pública que tuvo que sortear en la Casa de las Leyes solo recibió 19 impugnaciones, frente a más de 1800 apoyos personales e institucionales.

Entre las organizaciones que cuestionaron la postulación de Garay estuvieron los sindicatos de la educación pública y privada SUTE y SADOP y el gremio de los trabajadores de Juegos y Casinos. Además, se opuso al candidato de Cornejo el abogado Alfredo Guevara, reconocido especialista en derechos humanos y abogado defensor de los presos políticos de la organización social Túpac Amaru en Mendoza.

Foto: Cristian Martínez

Los respaldos hacia el candidato oficial pusieron énfasis fundamentalmente en la solvencia profesional del magíster en Derecho Administrativo. En tanto que sus detractores señalaron la necesidad de incorporar a una mujer en una Corte machista; criticaron la dudosa independencia que podrá mantener Garay respecto del gobierno del cual forma parte; acusaron al ministro como el artífice de medidas en contra de los trabajadores tales como el ítem aula, la modificación arbitraria de convenios colectivos de trabajo o la limitación del derecho de huelga, así como también la protección que brindó a Alejandro Jofré, exsubsecretario de Trabajo denunciado penalmente en diciembre del año pasado por reiterados abusos sexuales, a quien Garay mantuvo en su cargo hasta hace dos semanas.

“Dalmiro Garay ha formado parte de una campaña de estigmatización y persecución política en contra de la Organización Barrial Túpac Amaru, en el contexto de la persecución nacional a la dirigente social y diputada del Parlasur Milagro Sala, alentando y justificando graves violaciones de los derechos humanos como no se advertía en nuestra Provincia desde la pasada dictadura cívico-militar”, señaló Alfredo Guevara en su escrito de impugnación, quien además acusó al postulante oficial de haber “realizado actos de abierta presión y persecución en contra de miembros del Poder Judicial” que intervinieron en la fracasada “Operación Túpac”.

Las bolillas y el secreto mandan

Foto de archivo: Coco Yañez

El oficialismo en el Senado necesitaba sumar a su mayoría un voto de la oposición para sellar la aprobación del pliego de Garay. Lo consiguió sobradamente: 28 bolillas a favor y 9 en contra recibió el candidato de Cornejo.

El artículo 83 de la Constitución de Mendoza prevé que, en este caso, la votación debe ser secreta. Tradicionalmente se utiliza un arcaico sistema de bolillas negras y blancas. No obstante este método oscurantista, no es difícil especular que entre los 28 sufragios favorables se encontrarían 18 bolillas blancas de la UCR, 1 del Pro, 1 de Libres del Sur, 6 del peronismo (PJ, Unidad Popular y Podemos) y 2 del Partido Intransigente.

Al menos, en los últimos días no se escucharon voces que puedan desmentir este cálculo.

Víctor da Vila (FIT) Foto: Senado de Mendoza

El martes en el recinto de la Cámara de Senadores, previo a la votación, el Frente de Izquierda y los Trabajadores fue enfático en la desaprobación de la forma de selección de los jueces de la Corte, en general, y del candidato Garay, en particular. En esa línea, el FIT se abstuvo de sufragar.

En las filas del PI, el senador Marcelo Romano explicitó su oposición a Garay, mientras que sus pares Héctor Bonarrico y Daniel Galdeano habrían apoyado, en silencio, al nuevo magistrado.

Patricia Fadel (PJ) Foto: Senado de Mendoza

“Nosotros hemos debatido en el bloque sobre la importancia de que este espacio que quedaba vacante en la Corte sea ocupado por una mujer pero dimos libertad para que cada uno de los senadores del justicialismo voten de acuerdo a su conciencia”, planteó la presidenta del PJ Patricia Fadel. La mayoría de los peronistas no dejaron trascender su elección, salvo excepciones como Luis Böhm quien ya había anticipado en las redes sociales que votaría “negativamente por el candidato propuesto por Cornejo”.

Alejandro Abraham (Podemos) Foto: Senado de Mendoza

Los medios hegemónicos de Mendoza instalaron en los últimos días que Alejandro Abraham, Natalia Vicencio y Andrea Blandini, los tres senadores del bloque Podemos, acompañarían el proyecto judicial del gobernador radical. Estas versiones no fueron ratificadas ni negadas en la sesión del martes por Abraham, el único de los tres que hizo uso de la palabra.

EL OTRO se comunicó con los legisladores, pero ninguno de los senadores kirchneristas accedió a hacer pública su decisión.

 


 

Sesión de acuerdo por la postulación de Dalmiro Garay