Llega al ECA una muestra que transita la producción artística de Adrián Mazzieri. Su familia y amigos trabajaron durante un año en la construcción de esta exposición que atraviesa su particular manera de expresar la existencia, captar el presente e interpretar la contemporaneidad.

Por Penélope Moro – Fotos: Gentileza Alejandro Sánchez Cadelago

“Tiempo y Sincronía”. El título juega con los principios del aquí, el ahora y los devenires que se plasman en las pinturas, dibujos y grabados que el artista legó a este mundo tras su pronta partida física, en agosto de 2015. EL OTRO entrevistó a su amigo y productor artístico, Alejandro Sánchez Cadelago, para conocer más a Adrián, el hombre, y comprender el valor transformador de su obra que logra enlazarse con la fotografía, el respeto a lo mundano y la exploración del ser.

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Adrián y Alejandro compartieron largos años de una amistad atravesada, al menos, por el amor al arte y la búsqueda de la espiritualidad. Hoy es el productor general de “Adrián Mazzieri. Tiempo y sincronía” y fue el encargado junto a las curadoras Carolina Simón y Patricia Barranco de seleccionar, entre las más de 200 obras que componen su repertorio artístico, las casi 100 que formarán parte de la muestra.

Las obras podrán visitarse desde este viernes 18 noviembre hasta el 5 de febrero del año entrante. Será una “exposición amorosamente montada” entre la Sala Principal del Espacio Contemporáneo de Arte, Sala Paloma y la Sala Resurgir.

La hoja de vida de Adrián cuenta que nació en Mendoza en 1972 y falleció en 2015. Ponderó el tiempo presente desde joven, lo que lo llevó a convertirse pronto en profesor y licenciado en Artes Visuales, compartir proyectos con pares consagrados como Rodrigo Alonso, y recibir importantes premios y becas que fueron centrales a su desarrollo artístico. Expuso su producción, ligada al trabajo con fotografías, el interés por los detalles y la constante búsqueda del ser por distintos museos y ferias de Argentina y otros países, el prolífero México pictórico entre ellos.

La muestra en su memoria transitará por las  series “Paisaje urbano”, “Colectivos”, “Vendimia”, “Caminantes” o “Grafonías” que “trazan sus escenografías de lo cotidiano, la mirada de `extraterrestre´ que alguna vez jugó a tener, el ritmo de la ciudad y del tiempo, los ciclos. El ahora. Un aquí y ahora desplazado y para siempre”, a criterio de los organizadores.

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Alejandro, hablemos de lo humano que supera al artista. Fuera de presentaciones curatoriales, contanos quién fue este hombre, Adrián Mazzieri.

Todo lo que pueda decirte de Adrián tiene que ver con su calidad humana y fortaleza de espíritu. Con su capacidad de andar con un pie en el camino de la vida y la cotidianeidad, y con el otro por los internos, los que llevan al descubrimiento de uno mismo y a la aceptación, a la aceptación del otro, al encuentro con todo lo que nos rodea como algo vivo, al de la naturaleza. Al encuentro de la historia de la humanidad a través de la historia del arte como parte de esta sensibilidad que tenemos los humanos.

Siempre hablábamos con Adrián que sentimos que el humano está muy devaluado, que tiene muy mala prensa en este momento donde nos resulta más sencillo considerarnos una peste, una enfermedad de este hermoso planeta en el que estamos compartiendo con tantas especies. Pero es una comodidad muy grande cuando uno mira el arte, la buena espiritualidad que es la que busca conectarse con la vida, con la naturaleza, con otros hermanos. Ahí descubrimos que el humano no es una peste, es un co-creador. Un ser que al tener la capacidad de nombrar tiene la capacidad de dar existencia a muchas cosas. Este era Adrián, un ser que tenía la capacidad de ver más allá.

¿Qué veía Adrián? ¿Qué nos podés decir de su obra y del valor que gana el “tiempo” en ella?

Su obra. Su obra es una obra de instantáneas. Es una obra de sincronías, usamos ese nombre muy  a propósito, fue muy meditado. La palabra sincronía proviene del griego: donde “sin”  es “juntos” o “igualados” y “Cronos” el dios del tiempo. Entonces la sincronía es aquello que se encuentra igualado, lo que toma como punto de encuentro el tiempo existente y el único tiempo existente es ahora. Adrián era un buscador de sincronías porque estaba atento, despierto, porque iba en un colectivo con una cámara y podía ver la belleza de las cosas y cotidiano, de unas manos moviéndose nerviosamente mientras están pensando, como hacemos todos en los colectivos. La belleza de un paisaje que se mira desde un colectivo en movimiento y la belleza del movimiento, de la vida y de la muerte también.

Esa capacidad de estar verdaderamente presente, consciente, atento es lo que hace de Adrián el pintor que es. Mueren los humanos, mueren. Se transforman los humanos como lo hacen los árboles en el invierno que aparecen muertos para renacer en primavera. Digamos que los frutos de este hermoso árbol que ha sido Adrián  es su arte.

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¿Y cómo crees que influirán esos frutos en las generaciones de artistas que le siguen a Adrián?

Adrián no es de la generación de los iniciantes, en este momento tendría 43 años. Es de una generación intermedia que se formó en los 90. ¿Qué veo en él para las generaciones futuras? Yo no creo en el futuro, creo en el presente. Lo que veo es que Adrián puede darle a las generaciones presentes, y estamos trabajando para que ese mensaje y esa  sincronía llegue a las generaciones presentes y a través de ellas a las generaciones potenciales, a las que vengan, es el entendimiento de que el único tiempo que existe y que tenemos es ahora y que la única realidad con la que contamos en nuestra vida es la inhalación y la exhalación. Es el aliento que nos está llevando a poder estar presentes en un momento y en un lugar, y eso no es poco.

En un mundo en que el estamos siempre tratando de resolver las cosas del pasado,  que son irresolubles porque el pasado está muerto, o proyectando cosas para un futuro que todavía no existe, siempre perdiéndonos lo único que tenemos que es el aquí y el ahora. Siempre estamos pensando en un allá y entonces que son sólo imágenes. La palabra “imagen” proviene  también del griego: “imago” y tiene la misma raíz que “cadáver”: seguir imágenes es seguir cosas muertas. Porque el arte no son imágenes en particular, este arte del que estamos hablando, el de Adrián Mazzieri.

¿Cuáles son las imágenes de Mazzieri? ¿Qué es lo que trascienden?

Sus  imágenes no completan ninguna cosa, te invitan a que vos lo completes con tu propia historia, y ahí agradecemos a Umberto Eco y su Poética de la Obra Abierta y decimos: estar en el presente, no seguir imágenes, enamorarse de la cotidianeidad nos hace fuertes en un momento en que todo pareciera llevar en línea directa hacia un final en el que nosotros no creemos. Adrián nunca creyó en los finales, Adrián creyó siempre que el tiempo es un círculo y un espiral, que vamos y venimos, y en ese devenir es que nos encontramos.

Al entender la capacidad de poder plasmar ese portal de sincronía hacia el aquí y el ahora es que nosotros nos encontramos con la obra de Adrian Mazzieri. Y que las generaciones presentes de artistas y de humanos en general puedan disfrutar estas instantáneas del presente que nos regala “Tiempo y Sincronía” en esta muestra que inaugura el viernes 18 y que nos regala su obra; y también el libro que estamos trabajando para el año que viene y así quede un legado hermoso para nosotros mismos y para todos los que a este lugar lleguen.

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