Un informe del Ministerio de Salud de la Nación desmenuza el panorama sanitario de nuestro país. Mendoza evidencia un ascenso vertiginoso de esta enfermedad en el último año. Las políticas públicas de prevención y concientización forman parte de los silencios del gobernador.

A través del denominado “Boletín integrado de vigilancia”, dependiente de la Dirección nacional de epidemiología y análisis de la situación de salud, la cartera sanitaria del gobierno de Mauricio Macri dio a conocer recientemente la situación de un grupo de patologías que, por normativa, deben ser “vigiladas”. En la lista se incluyen, por ejemplo, botulismo, hepatitis A, B y C, chagas, paludismo, leptospirosis, sífilis, etc.

En el detalle estadístico, nuestra provincia se hunde en la cola de un preocupante aumento en los casos de sífilis durante 2016, una enfermedad de transmisión sexual que puede causar complicaciones a largo plazo o la muerte, si no es tratada adecuadamente. Son 315 los registros computados por el informe oficial en el último año, algo así como un 120% más que los 142 casos de 2015.

La agencia de noticias oficial Télam, que divulgó parte del informe con notable impericia aritmética -replicada sin chequeos por gran parte de la prensa vernácula-, justificó este retroceso a partir del análisis de Omar Sued, director de Investigaciones Clínicas de la Fundación Huésped. Para este especialista el aumento de la sífilis se vincula con la existencia de “más actividad sexual desprotegida”, la facilidad de los encuentros sexuales a partir del uso de internet, y la disminución en la utilización del preservativo “porque hay menos miedo al VIH”.

En el mismo sentido, el director del área de Sida y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) del Ministerio de Salud, Sergio Maulen, aseveró que “la epidemia no está controlada porque la gente no se está cuidando”, por lo que “hay una falsa sensación de seguridad en no usar el preservativo porque en los últimos años mejoró el combate a las enfermedades de transmisión sexual”.

Si asumiéramos el diagnóstico ofrecido por los testimonios recogidos por la agencia oficial de noticias, la responsabilidad de este importante aumento de los casos de sífilis sería causado por los descuidos de quienes padecen la enfermedad al momento de ejercitar su vida sexual, sea por confianza, disminución de VIH o por la bendita internet.

En cambio mucho menos caprichoso sería interpretar que las políticas sanitarias orientadas a la prevención, concientización y neutralización de este tipo de patologías, vienen sufriendo el retroceso lógico del feroz ajuste promovido por el actual gobierno provincial.

Claudia Najul y Alfredo Cornejo Foto: Coco Yañez

En una nota reciente calificamos a Cornejo como esclavo de sus silencios, luego de su mensaje de gestión del lunes pasado en la Legislatura. Una de las omisiones principales en su discurso ante los diputados y senadores estuvo vinculada con la falta de preocupación por la educación sexual de niños, niñas y adolescentes y la prevención de las ETS, como el caso de la sífilis y el VIH, entre otras. Es más, en un extenso anexo de gestión que el gobernador distribuyó entre los legisladores y la prensa -el 1° de mayo- estas temáticas no ocupan espacio alguno en el apartado del Ministerio de Salud, conducido por la farmacéutica Claudia Najul.

Mientras los casos de sífilis se duplican en el primer año de gobierno, la gestión Cornejo se nota estéril de propuestas, ideas y agenda para detener el crecimiento de una enfermedad que hizo estragos en siglos pasados, pero que en la actualidad resulta absolutamente evitable.