Aborto: “En el Senado, Mendoza respaldará mayoritariamente el proyecto”

Foto: Coco Yañez

En una extensa entrevista con EL OTRO, la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti avizora el devenir del proyecto legislativo de interrupción voluntaria del embarazo que ya se discute en el Senado. Advierte que la discusión, transversal a todas las expresiones políticas, es parte de la disputa por el poder que acontece en “el siglo de las mujeres” y una oportunidad para renovar y adecuar las lógicas de la dirigencia. Al relacionar este debate con la coyuntura política de Mendoza, la legisladora ratificó las decisiones del espacio político que referencia y responsabilizó tanto al gobernador como al peronismo de desaprovechar una oportunidad para mejorar la administración de Justicia.

Fotos: Coco Yañez

Ayer comenzó formalmente el tratamiento del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE) en el Senado de la Nación, que cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados. En plenario de Comisiones (Salud, Justicia y Asuntos Constitucionales) se ratificaron plazos y metodología de trabajo. Se acordó como fecha de dictamen el 1 de agosto para que una semana después el proyecto sea tratado en el recinto.

Entrevistada por EL OTRO, la senadora peronista Anabel Fernández Sagasti reconoció que, al igual que en Diputados, la militancia del proyecto se presenta transversal en la Cámara Alta y que, entre otras pares, trabaja intensamente con su comprovinciana Pamela Verasay (Cambiemos) para lograr la sanción de la ley.

¿Cómo definieron el cronograma del debate por el proyecto de IVE en el Senado?

Decidimos que el 8 de agosto lo trataremos en el recinto haya o no dictamen. El plenario estará presidido por la comisión de Salud, también está Justicia y Asuntos Constitucionales. La idea es que todos los martes y miércoles, de acá al 8 de agosto, escuchemos exposiciones, y que el primero de agosto firmemos dictamen.

Hubo una maniobra para girar el proyecto también a la comisión de Presupuesto. ¿Por qué se bloqueó ese intento?

Primero que nada por una cuestión reglamentaria. El artículo 89 establece que los proyectos deben ir a una sola Comisión. Si el tema es complejo, para mí no lo es, se puede consensuar que vaya a dos comisiones. Evidentemente, si se girara a cuatro comisiones, es una maniobra que no solo intenta extender el debate en el tiempo, sino también disuasiva. En acuerdo con todos los bloques logramos bajar al menos la comisión de Presupuesto.

Se argumentó como pertinente por el resultado presupuestario que implicaría la implementación de la ley…

La vicepresidenta puso sobre la mesa esa discusión. Yo lo que puedo decir es que a partir de 1994 el sistema de salud está a cargo de las provincias. Por lo tanto el presupuesto de la Nación poco tiene que ver con este tema. Pero además, creo todo lo contrario: despenalizando y legalizando el aborto estamos blanqueando situaciones que pasan de hecho.

Me he juntado con personas que desarrollan sus tareas en hospitales de la provincia de Mendoza y estamos en un promedio de entre tres y cinco mujeres que llegan diariamente con interrupciones de embarazos no deseados, más allá de las interrupciones espontáneas. Por lo tanto, el sistema de salud va a blanquear una situación que hoy está asumiendo de la peor manera.

Hubo muchas opiniones señalando que el presidente aprovechó, en clave oportunista, la efervescencia del tema. ¿Qué lectura política hace sobre eso, en una coyuntura socioeconómica mucho más desfavorable a la del ingreso del proyecto en Diputados?

Creo que hay algo de utilización por parte del oficialismo para que esta discusión esté sobre el tapete social, político y comunicacional, que ahora, con el agravamiento de la macroeconomía, les sirve aún más. Por eso queríamos debatir el tema rápidamente, algo que ya se hizo, con más de 700 exposiciones en la Cámara de Diputados.

Pero más allá de la maniobra del Ejecutivo Nacional, creo que el Congreso tiene que amigarse con la ciudadanía, tiene que convertirse nuevamente en un Congreso que amplíe derechos. Yo siempre voy a estar de ese lado.

Rápidamente tenemos que sancionar esta ley y de nuevo llevar la discusión al plano económico, que es en donde transitan los padecimientos de nuestra sociedad. Teniendo en cuenta que lo que estamos viviendo no es lo peor, porque la situación se agravará más hacia fin de año.

La discusión por el poder es uno de los aspectos de fondo que ponen en cuestión las mujeres. ¿Cómo lo ve reflejado en el debate del proyecto?

Creo que este es el siglo de las mujeres. Estoy convencida de que esta organización que viene desarrollándose en las calles desde hace años, con una agenda muy variada, este año ha hecho foco en el proyecto de interrupción voluntaria del embarazo. Y nos falta en ciertos ámbitos, como el de la militancia y la actividad política, la sororidad demostrada por las mujeres. Falta eso también en las instituciones y en ciertos roles determinados.

Porque al fin y al cabo es una discusión de poder. Cuando las mujeres planteamos paridad en las listas, cuando planteamos mujeres en la Corte, estamos discutiendo una apertura que iguale la representación del poder. Por ejemplo, el gobernador destaca que hay un gran porcentaje de mujeres en la Justicia de Mendoza, pero los cargos jerárquicos no son de las mujeres. Y finalmente el poder de decisión de la administración de la Justicia no está en nuestras manos.

Hace unos días leía que hay más de mil deudores alimentarios en nuestra provincia y solo cuatro son mujeres. En Mendoza hay alrededor de cuatrocientos mil hogares y el 20% de esos hogares son monoparentales, en su mayoría conducidos por mujeres. Entonces, ¿cuánto perjudica en la vida cotidiana de esas mujeres la falta de perspectiva de género en la Justicia?

Si a eso se le agrega que los ingresos de las mujeres son un 25% más bajos que el de los varones por igual tarea, se desprende que esta sociedad no solo es desigual, sino que tiene un problema complejo a la hora de garantizar derechos.

Desde el “sentido común”, Mendoza es vista como una provincia más bien conservadora, ¿Teme que  su posición a favor del proyecto se traduzca en determinados costos políticos?

La verdad es que hay muchos senadores que están especulando con el tema de la representatividad de quienes no están de acuerdo. Acá en Mendoza podríamos tener un caso, por ejemplo.

Pero creo que podríamos hacer un paralelo con el momento en que se votó la ley de matrimonio igualitario. Era un tema que no estaba en la agenda política y un dirigente nos puso la pelota en el futuro para garantizar derechos. Siempre quiero imitar a ese dirigente, que es Néstor Kirchner, y creo que debemos lograr que nuestra dirigencia mire lejos y alto, que construyan sociedades mejores y más igualitarias. Que desafíen a la sociedad a ser mejor, no que se sienten en su confort del statu quo.

Además, confío mucho en el pueblo de Mendoza. No creo que sea una sociedad opaca o conservadora. Creo en el pueblo que hizo el Mendozazo, creo en la provincia que tuvo la primera candidata mujer de la historia a presidenta de la Nación. Eso tiene que ver con nuestros valores. Como creo que la dirigencia de Mendoza no ha contribuido a que la sociedad avance en la garantía de derechos. Necesitamos eso. En todos los partidos políticos, no solamente en el peronismo. Estamos como estamos por carecer de dirigentes que interpelen a la sociedad para mejorar y ampliar derechos.

En el debate de la ley de IVE en Diputados se notó un nivel de intercambio entre oficialismo y oposición inusual. ¿Esto se trasladó al Senado, en particular con sus pares de Mendoza?

Estamos trabajando muy bien, sobre todo quienes queremos persuadir para que esta ley salga. Con mis pares de Mendoza también. Pamela Verasay, senadora del oficialismo, es una de las valientes que está intentando que esta ley sea aprobada. En ese sentido, creo que en el Senado, Mendoza respaldará mayoritariamente el proyecto.

El bloque al que pertenece se manifestó a favor del proyecto inmediatamente obtenida la media sanción. Teniendo en cuenta la centralidad política de Cristina Fernández de Kirchner, ¿de qué manera se llegó a esa posición?

Yo fui diputada antes de ser senadora y el proyecto de IVE desde hace muchos años que se intentaba debatir. Cristina fue siempre propicia al debate y nunca nos impidió llevar adelante la discusión. Simplemente las fuerzas dentro del Congreso no eran positivas respecto al tratamiento. Cuando se renovó este año, hubo una dirección clara de nuestro bloque para alentar el debate, que mientras transcurría íbamos ponderando. Hasta que finalmente, a una semana de la votación, coincidimos en que todos votaríamos en el mismo sentido.

Fue un proceso dentro del bloque, al igual que lo sucedido en la sociedad. Yo siempre estuve de acuerdo, incluso lo manifesté en el debate cuando me postulé como senadora.

¿Esa posición pública expuesta con anterioridad al debate, la inmunizó de las presiones?

No, para nada. He recibido muchas presiones, incluso de índole personal. Pero una está convencida de que está haciendo lo correcto, aun sabiendo que se puede equivocar, por ampliar derechos. Y pertenecer a una institución, o mejor dicho volver a pertenecer a una institución que amplíe derechos, me enorgullece.

Puede haber mendocinos y mendocinas que opinen totalmente diferente, pero son discusiones propias de la democracia. Tampoco creo que estuviesen de acuerdo con otras votaciones del Congreso en sintonía a la restricción de derechos impulsadas por el presidente Macri.

Las presiones las acepto pero creo que no hay que especular con la representatividad de sectores que están en contra.

Trasladando el impacto de las reivindicaciones feministas al plano local ¿cómo analiza la actual tensión política provincial, en medio de una fuerte discusión en torno a la Suprema Corte de Justicia?

Respecto a la ampliación de la Corte, lo analizo como un problema que tenemos no solo en Mendoza, sino también se presenta a nivel nacional, es la mala administración de justicia o la mala percepción que tiene la sociedad sobre la administración de justicia. Algo que es mucho más complejo y amplio que la ampliación de la Corte a la que se limita el gobernador.

El peronismo se perdió la oportunidad de debatir seriamente la administración de justicia, despojándonos de la puja de poder. Pero estoy convencida, como en muchos otros temas, que debemos debatir en Mendoza, que el tema de la Justicia necesita de un consenso y un debate político serio y con altura desde la dirigencia. Nosotros debemos darle las herramientas al Poder Judicial para mejorar esa administración.

El peronismo se perdió esa oportunidad de demostrarle a la sociedad que somos un movimiento político que, aun siendo oposición, podemos brindar el debate serio que nos piden. Debemos ese debate. Un debate público, de puertas abiertas y de cara a la sociedad, donde no haya ninguna percepción de algún interés detrás.

Lo que pasó el martes pasado es lo peor que nos podía pasar. Es lo que quisimos evitar al reunirme con el gobernador ante la posibilidad de que se amplíe la Corte desde un cuarto, con tejes y manejes, sin poder explicarle a la sociedad por qué.

Creo que el gobernador lo ha intentado, pero sin llevar el debate de una manera seria a la Legislatura.

Sin embargo, el peronismo acompañó en la Legislatura muchas de las reformas judiciales impulsadas por Cornejo. También el gobernador perdió la oportunidad de discutir integralmente, al caer en esta encerrona del proyecto de ampliación.

Por supuesto que hay corresponsabilidades. Pero ansío que el peronismo vuelva a ser gobierno en Mendoza y que seamos mucho mejor de lo que fuimos. Eso es lo que puedo aportarle al peronismo y en lo que voy a trabajar.

Nosotros tenemos que abocarnos a lo nuestro. Cornejo es el gobernador y tiene sus errores, lo he criticado y seguiré haciéndolo. Se lo he dicho: no es la imposición de temas el camino adecuado. Ha canalizado muchos proyectos pero ninguno representa una reforma paradigmática, como lo es el juicio por jurados, sobre el que fue muy receptivo. Creo que esa es la forma: consiguiendo acuerdos entre gobierno y oposición sobre problemas que atraviesan a mendocinos y mendocinas. El debate debe ser público, serio y abierto.

Lo que ocurrió el martes pasado fue un gran error del gobernador. Como ha sido un error del peronismo no debatir, en las condiciones que menciono, otros temas que afectan a Mendoza, tanto cuando somos oposición como cuando somos gobierno. Es un problema que debe resolver la dirigencia política de Mendoza: más allá de las diferencias, en algunos temas abismales, debemos darnos una estrategia que alcance acuerdos mínimos.

Desde nuestro lugar de oposición, debemos demostrarle a la sociedad haber recibido el mensaje de las urnas, que queremos ser una opción competitiva y que debemos ser mejores si nos dan la posibilidad de volver a gobernar.

Hace unos días Cornejo reprochó públicamente algunas actitudes de la oposición, diferenciando explícitamente la posición tomada por usted respecto al proyecto de ampliación de la Corte. ¿Cómo interpreta ese mensaje? ¿Usted garantiza que el bloque Podemos Vivir Mejor mantendrá su rechazo al proyecto?

Lo único que hicimos fue habilitar la discusión de la Corte con un paquete de leyes mucho más amplio. La propuesta que le llevé al gobernador era que discutiéramos todos los proyectos de ley que hay respecto a la Justicia, sumando el de juicio por jurados. Me comentó que impulsaría la reforma al Código de Faltas, la reforma del Código Laboral y otras iniciativas. Mi respuesta fue debatir todo, tomándonos el tiempo que hiciera falta, de cara a la sociedad, sin ocultar nada y con una posición clara respecto a la Corte: que haya mujeres con perspectiva de género.

Eso quedó trunco, por lo tanto sostenemos que hasta que no se amplíe el debate, rechazamos la ampliación de la Corte. Si ese debate amplio se da, discutiremos qué decisión tomaremos. Creemos que la ampliación de la Corte podría beneficiar a las mendocinas y mendocinos.

En este contexto, no vamos a apoyar de ninguna manera ampliar la Corte porque sí, sin garantizar que haya mujeres, sin garantizar una mejor administración de justicia. Así se lo expresé al gobernador.

Sobre este tema no hay discusión ni acuerdo hacia el interior del peronismo ¿Qué impide ese debate y qué propone su espacio?

Estoy convencida de que vamos a volver a gobernar en 2019 con ideas y propuestas, sobre todo en Justicia y seguridad. Pero para que eso suceda, tenemos que construir un proceso interno de discusión con la militancia, con las mendocinas y mendocinos con vocación de servicio público. No con un programa hecho por tres técnicos en un hotel de la Ciudad de Mendoza.

Nuestro aporte al peronismo será ese. Empezar en agosto un profundo proceso de discusión. Esa propuesta la vamos a retroalimentar con toda la sociedad, para que a fin de año tome forma y podamos debatirla con el resto del peronismo, consensuarla, e ir juntos en 2019 con una propuesta superadora.

Es la única manera que tenemos. Si uno repite los mismos métodos, obtiene los mismos resultados. Creo que tenemos que cambiar, llevaremos adelante esta iniciativa para ofrecerla a nuestro espacio político.

¿Cómo explica en este contexto de divergencias internas la dispar resolución legislativa del pliego de Garay, acompañada por los senadores del espacio referenciado por usted?

También el gobernador perdió la oportunidad de escuchar a un gran sector de la sociedad que clamaba la postulación de una mujer con perspectiva de género en la Corte. Estoy convencida de eso.

Pero más allá de lo que yo opine, el gobernador es quien tiene la facultad constitucional de proponer un candidato, y lo hizo sin tener en cuenta algo que nosotros le planteamos y que le reclama una gran parte de la sociedad.

A pesar de demostrar ser un sagaz intérprete de las demandas de algunos sectores de la sociedad, no parece hacer mella en la visión del gobernador este escenario de cambios, expresados fielmente por el movimiento feminista. Recurrentemente, a través de sus decisiones, parece ir al contrario. ¿A qué lo atribuye?

Creo que le han pesado otras cuestiones por encima del pedido de la sociedad y ahí radica su equivocación. Creo en los gobernantes que dialogan con la historia y la sociedad, no con la coyuntura. Tuvo la oportunidad y designó a Valerio, un juez muy cuestionado, y ahora tenía nuevamente la oportunidad de equilibrar su postura ante la Corte, en términos sociales, sobre un tema que su propio partido acompañó en muchos casos.

Espero que cuando seamos gobierno podamos revertir ese error y dar respuesta a la demanda de la ciudadanía, hoy desencantada por esta decisión de Cornejo. Porque no es una cuestión estética tener una mujer con perspectiva de género en la Corte, es una cuestión de poder. Porque las mujeres estamos disputando el poder en términos de igualdad y debemos acercar soluciones a las mujeres en su vida cotidiana. No es un tema abstracto, necesitamos una Justicia que contenga, comprenda y defienda a las mujeres.

Tampoco es cosmética la igualdad en el acceso a los cargos. Nosotras representamos diferentes situaciones que los varones. Tenemos otra perspectiva y mucho para aportar. Nos van a tener que equiparar, nos lo hemos ganado y lo vamos a conseguir.

Yo también soy muy crítica respecto a la administración de Justicia. Hace un año que estamos esperando que se resuelva la inocencia de las integrantes de la Túpac Amaru, perseguidas políticamente, y la Corte no se expide. No es casual que las víctimas de persecución sean mayoritariamente mujeres.