En un mundo político donde predomina la hegemonía machista, propone ser una voz de las mujeres en la Legislatura provincial. Durante una pausa en la campaña, EL OTRO dialogó con Andrea Blandini, precandidata a senadora en primer término, por el tercer distrito, de la lista Unidad Ciudadana.

Fotos: Coco Yañez

“Soy una mujer de Godoy Cruz que aprendió a luchar dentro de un mundo donde la figura paterna no cumplió su rol”, nos dice Andrea Blandini en medio de sus actividades de campaña, y devela así, en pocas palabras, una de las motivaciones personales que la llevaron a involucrarse en las problemáticas sociales y de género.

Blandini es docente, con casi 30 años de experiencia, y dirigente política y social. Fue una de las impulsoras de la construcción del hogar provincial para mujeres víctimas de violencia machista (iniciado durante la gobernación de Francisco Pérez y concluido este año), y de la iniciativa para promover la “paridad de género” en la conformación de las listas electorales que, finalmente, se estableció como regla en el Partido Justicialista.

“Es un momento de mucho dolor para toda la población que ha perdido las posibilidades de progreso. Esto acarrea toda una realidad violenta de la sociedad, que la estamos viendo día a día, y que no solo se manifiesta hacia la mujer sino también en el trato más común”, responde Blandini cuando este diario le pregunta sobre cómo observa el contexto social del país.

En cuanto a las problemáticas que afectan específicamente a las mujeres en la Argentina, ¿cuál es su diagnóstico?

Tenemos una ley nacional de protección integral de la mujer que significó un gran avance, pero que aun tiene pocos años, con relación a los procesos históricos y las luchas de las mujeres que la hicieron posible. En Argentina estamos siendo vanguardia en la movilización social que ha implicado el Ni una menos, una tremenda respuesta de las mujeres organizadas en la calle, visibilizando la tragedia, el maltrato y la discriminación a la que venimos siendo sometidas desde hace siglos.

Nos falta avanzar mucho. En la Legislatura necesitamos mujeres que hagan cumplir las leyes que tantas vidas han costado, que exijan y controlen al Ejecutivo para que tengan un desarrollo en políticas públicas concretas, más allá del testimonio que, como mujeres, venimos dando en la calle.

A nivel provincial, ¿cómo cree que ha encarado las temáticas de género el gobierno de Alfredo Cornejo?

Yo creo que el gobierno provincial tiene en su cabeza una idea de ordenamiento, y en ese esquema incluye a la mujer dentro de una casa, cuidando a los hijos, limpiando, y sin proyección personal. Es una postura muy dañina, que impacta en la construcción social en la que estamos avanzando las mujeres, y sobre nuestros derechos.

Hoy el área de Género se encuentra desfinanciada y librada al voluntarismo y la arbitrariedad. No hay presupuesto. He escuchado que Silvina Anfuso, la directora de Género y Diversidad, financia de su bolsillo situaciones puntuales para poder rescatar a mujeres víctimas de violencia. Eso me parece terrible, muy dañino, cuando existe toda una legislación que permite un financiamiento integral.

Si de manera urgente no se busca un financiamiento real, un presupuesto específico, difícilmente vamos a poder avanzar en proteger la vida de las mujeres, en una provincia donde, solo el año pasado, se cometieron 21 femicidios.

Otra de las cuestiones que nos afecta directamente es la implementación del ítem aula. Hoy las docentes están yendo a trabajar enfermas para cuidar $1500. Eso es muy dañino, no solo en lo físico y en las consecuencias que puede traer, sino también en lo simbólico y psicológico. Hace un mes y medio falleció una docente de cáncer de mama, quien tuvo que pelear para que no le descontaran parte de un sueldo que hoy no alcanza para pagar las facturas de los servicios públicos.

¿Cuáles son sus principales propuestas legislativas?

Pretendo llevar las voces de las mujeres del tercer distrito, Godoy Cruz, Luján y Valle de Uco, a la Legislatura provincial, para defender sus derechos y pensar cómo llevamos adelante una discusión, sobre algo que nadie se anima a decir, y que es el poder que ejercen los hombres sobre nosotras.

Es imprescindible que el sistema educativo dé cuenta de los problemas que vivimos diariamente las mujeres, y su desarrollo gane espacios en las instituciones, en los contenidos curriculares y en la formación de las maestras. La ley que establece una jornada anual de trabajo sobre el tema en las escuelas es un paso adelante, pero es insuficiente

Además, hay que revertir el ítem aula, hay que cambiarlo. Yo voy a trabajar en la Legislatura para que se elimine esta injusticia sobre los trabajadores de la educación.