Mientras el gobernador de Mendoza señaló que “da igual si es un golpe de Estado, o no”, representantes de la comunidad boliviana y organizaciones sociales y políticas marcharon en la capital provincial para repudiar la ruptura del orden constitucional en Bolivia.

Por Negro Nasif | Fotos: Coco Yañez y Seba Heras

“Da igual si es un golpe de Estado, o no. El punto es que en Bolivia tienen que haber elecciones libres, tiene que existir una sucesión presidencial”, dijo Alfredo Cornejo durante una entrevista con la radio AM990 de Buenos Aires (audio completo aquí), luego de guardar un día de silencio sobre la gravísima situación institucional en el país hermano.

Durante más de quince minutos de diálogo, los periodistas Rosario Lufrano y Néstor Espósito intentaron que el gobernador de Mendoza y presidente del radicalismo a nivel nacional, señalara con claridad por qué relativiza la clara ruptura del orden constitucional en Bolivia, pero Cornejo, notoriamente molesto con la insistencia, osciló entre indicar que la renuncia de Evo Morales fue voluntaria y por lo tanto “no es un golpe de Estado literalmente”, a decir “si no es un golpe de Estado casi lo es”.

 

“A mí me aburren las grietas que no son efectivas, y creo que no contribuyen a nada. En realidad hay una situación sumamente anormal, se ha vulnerado la institucionalidad en Bolivia”, apuntó el gobernador en su retórica evasiva y acusó a la expresidenta Cristina de instalar un discurso que enfatiza la definición de golpe: “Quizás para la crónica periodística sea necesario decir que es un golpe de Estado o no. Es una situación atípica, no me niego ni a decir que fue un golpe de Estado ni tampoco a aseverar que es un golpe de Estado típico, como plantea Cristina Fernández de Kirchner que es el vocero de esas posiciones”.

En esa misma línea, Cornejo, quien es licenciado en Ciencias Políticas y Sociales, limitó su conceptualización a ejemplos históricos innegables: “Un golpe de Estado, literal, es el que le hicieron a Illia. Un golpe de Estado, literal, es el que le hicieron a Perón, bombardearon la Plaza de Mayo, ese un típico golpe de Estado”.

 

En su relato, el presidente de la UCR atribuyó responsabilidades al presidente Evo Morales en los hechos que determinaron su “renuncia voluntaria”, señalando que realizó “cosas salvajes, desde el punto de vista institucional”, aunque matizó: “No hay ningún justificativo para que las fuerzas armadas irrumpan en el sistema institucional, ninguno, tienen que cumplir su papel ajustándose a Derecho”.

 

Casi en simultáneo a las tibias declaraciones de Cornejo, miembros de las comunidades inmigrantes de Bolivia en Mendoza, junto a organizaciones sociales y políticas, realizaron una concentración ayer por la tarde en la sede del Consulado de ese país, para condenar enérgicamente el golpe de Estado contra Morales, quien en horas de esta madrugada decidió finalmente asilarse en México para proteger su vida ante la ola de violencia desatada en el Estado Plurinacional.

“Les agradecemos el respaldo que nos dan al Consulado y al Estado Plurinacional, la petición para que haya paz en nuestra patria, porque encontremos un camino, porque no vulneremos los derechos de nuestra sociedad, porque no vulneramos la Constitución. Creemos nosotros que si actuamos de una manera unida podremos lograr pacificar a nuestro país”, afirmó en diálogo con EL OTRO el cónsul de Bolivia en Mendoza, Francisco Navajas, quien recibió a las y los manifestantes que se acercaron hasta la sede diplomática.

 

“Lo han dejado solo a un pobre, solamente por ser un indio, solamente por ser un dirigente cocalero”, denunció uno de los oradores de la comunidad boliviana en referencia directa a quienes destituyeron por la fuerza al presidente Evo Morales el pasado domingo, y agregó: “Como cuando llegaron los conquistadores, con la biblia en la mano, si besábamos la biblia nos dejaban vivir y si no, nos perforaban los pulmones con una espada. Eso es lo que hemos vuelto a ser en Bolivia, con la biblia ha ido el señor Camacho para decirle a Dios que lo bendiga para ir a hacerle firmar la renuncia (a Evo Morales). ¿Dónde está el respeto a todas las religiones? ¿Dónde está el respeto a toda la diversidad cultural? ¡Treinta y seis naciones hay en Bolivia!”

 

Las y los manifestantes se trasladaron al caer la noche hasta la Plaza Independencia, donde una importante concentración de estudiantes, trabajadores y militantes políticos y sociales, que se había congregado también para rechazar el tarifazo en el transporte público, continuaron con la condena del golpe de Estado en Bolivia, hasta que una lluvia torrencial obligó a la mayoría a finalizar la protesta, excepto un conjunto de sikuris que fueron rodeados por un grupo de manifestantes que bailaron y cantaron bajo la tormenta hasta que el aguacero se tornó insoportable.

 

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