Laura Chazarreta y Karina Ruiz –integrantes de la organización La Colectiva- aseguran que en Mendoza se está desarrollando un sostenido retroceso en los derechos de las mujeres, especialmente en el ámbito de la salud. Sobre el final de la campaña electoral, su testimonio se contrapone al relato oficial y cuestiona el desempeño de la ministra Claudia Najul, principal candidata de Cambia Mendoza.

Fotos: Lucky Viard

Karina Ruiz tiene 41 años, dos hijos y vive en el Barrio San Martín de la capital mendocina. Laura Chazarreta acumula casi 20 años bregando por los derechos de las mujeres en Mendoza. Ambas son integrantes de la Corriente Política y Social La Colectiva, organización surgida al calor de la ampliación y restitución de derechos sociales que se presenta como “el espacio para vivir, sentir y capitalizar una nueva forma de hacer política”.

Bajo la referencia nacional de la cordobesa y exdiputada nacional Cecilia Merchán, La Colectiva trascendió sus incipientes demandas sectoriales para transitar la ríspida disputa en la arena política. En nuestra provincia, ese recorrido trabajoso y comprometido con los segmentos más desprotegidos de la sociedad, maduró en representación en las listas. En estas elecciones, Laura Chazarreta, referente de la organización, es candidata a diputada provincial del frente Somos Mendoza.

En esta entrevista, Laura y Karina desmenuzan críticamente la desatención estatal que padecen cotidianamente las mujeres más vulnerables de Mendoza e instan a la participación y organización política como la más eficaz herramienta para hacer valer sus derechos.

El ajuste está de turno

Karina Ruiz y Laura Chazarreta

La salud de las mujeres monopoliza la charla pues las entrevistadas entienden que ese es el eje de la emergencia: “este gobierno ha modificado el paradigma en este tema. Habla de prevención pero delega la responsabilidad en cada una de las mujeres: si nos hacemos los estudios o no, si tenemos acceso a los anticonceptivos o no, depende de cada una. Algo que se ve claramente en el embarazo adolescente: ahora es un problema de las chicas y no del Estado que debería garantizar la información y el acceso a los anticonceptivos para cuidar nuestros cuerpos”.

Karina, quien hace 14 años reside en el Barrio San Martín del oeste capitalino, nos cuenta que en la zona “la salud es un problema. Se ha modificado el tema de los turnos: antes ibas al hospital –y si bien te quedabas toda la noche- conseguías un turno y te atendían. Ahora te lo dan pero diferido, a dos meses”.

La presunta mejora en atención primaria que pregona el gobernador Alfredo Cornejo también es relativizada por esta vecina de la Ciudad: “si vas a la salita no hay insumos o tienen lo básico, no te dan la atención que necesitás”. Similar panorama crítico se presenta a su vez en los centros de referencia para las mujeres, como el Hospital Lagomaggiore. “Por una mamografía o una ecografía, ahora nos dan turnos solo los lunes, y si no conseguimos –porque se dan solo 40 y se forman filas enormes desde las dos de la mañana- tenemos que volver a intentar al otro lunes”, ejemplificó Ruiz.

La morosidad estructural del sistema provoca trastornos más allá de la paciencia. Karina relata su propia experiencia y asegura que “hace dos meses me hice un PAP y una COLPO (NdR: papanicolau y colposcopía, respectivamente) y supuestamente los resultados estarían a los 45 días. Todavía no están. Me dijeron que por el ajuste hay solo dos patólogos que se encargan de toda la provincia y pueden demorar dos meses más”. Pero “esto le pasa a muchas mujeres. Y cuando vos esperás un resultado para prevenir una enfermedad, esperás ansiosa y preocupada, maquinando porque no sabés cómo te va a salir el resultado”, concluye la vecina de la Capital.

No más víctimas

Situaciones como esta se repiten a diario y se cuentan por miles, algo que las militantes observan como un obstáculo adicional para validar los derechos de las mujeres. “Nosotras decimos que en épocas de ajuste neoliberal recibimos un impacto directo sobre nuestros cuerpos y nuestras vidas. Si no tenemos buena salud, bienestar y condiciones de vida dignas, es imposible pensarnos con posibilidades de crear ciudadanía”, afirma Chazarreta.

La candidata a diputada provincial por el primer distrito agrega que este gobierno “coloca a las mujeres en una situación de vulnerabilidad”, al vaciar o eliminar muchas de las conquistas cristalizadas en “la ley contra la violencia hacia las mujeres, la ley contra la trata y la de salud sexual y reproductiva. Sin embargo, advierte optimista que “ha sido muy importante que durante estos últimos años hayamos multiplicado los espacios de formación para que estemos empoderadas e identifiquemos nuestros derechos”.

Los conceptos de generación de ciudadanía, participación y organización gravitan en cada tramo de la charla con Karina y Laura, indicio inequívoco del devenir político de la organización que integran.

“Todo esto tiene que ver con relaciones de poder que hace mucho tiempo están naturalizadas y el daño sobre nuestros cuerpos, ya sea al momento de parir, de ligarnos las trompas o de elegir de qué manera cuidarnos, termina siendo decidido por quienes supuestamente tienen la verdad. Como si nosotras no supiéramos cómo hacerlo, estar tranquilas y poder trabajar o hacer lo que tengamos ganas de hacer”, reflexiona Chazarreta.

Laura plantea que la organización que integra reivindica que “las mujeres decidamos sobre nuestras propias problemáticas, deseos y demandas, ocupando los espacios de representación política para asegurarnos tener vidas dignas”. Para la dirigente, ese camino posibilitará que “empecemos a corrernos de esa lógica según la cual las políticas están pensadas para mujeres víctimas. Porque pareciese que las mujeres estamos siempre en estado de víctimas: que las mujeres no pensamos, no decidimos, no trabajamos. Esa lógica patriarcal culmina en ofertas políticas de emergencia, intentando resolver los problemas con un refugio, en definitiva un lugar de encierro que según nuestra experiencia ninguna mujer desea”.

Por último, Chazarreta asegura que “es fundamental que nosotras estemos en los espacios de decisión, generando políticas desde la Legislatura y para frenar las iniciativas de la derecha. No solo oponiéndonos, sino impulsando nuestras propuestas: que se respete el parto humanizado, que se monitoree el acceso a la medicación, que se garantice la aplicación de la ley de salud sexual y reproductiva, que se promuevan operativos y campañas para prevenir los cánceres femeninos y, entre otras necesidades urgentes, se implemente los ILE (interrupciones legales de los embarazos).