En entrevista con EL OTRO, el arquitecto Osmán Caylá Moreno denunció la grave situación de desidia institucional que representa el abandono del antiguo Hotel de los Inmigrantes (Ex hotel San Luis) y la Mansión Citón, entre otros edificios históricos del departamento de Junín, parte del patrimonio sociocultural de la provincia.

Fotos: Coco Yañez

Osmán Caylá Moreno, arquitecto.

En días en que la plana mayor del marketing provincial hace sus principales apuestas en torno a la imagen de terruño vitivinícola, EL OTRO rastreó en los orígenes de la historia del vino del este de Mendoza algunos desarrollos iniciales lamentablemente olvidados.

La diferencia entre los departamentos de General San Martín y Junín es casi invisible si uno cruza al este desde “la colonia”. Sin embargo, quienes conocen la zona pueden ver pequeñas grandes diferencias en los edificios históricos.

Hotel de los inmigrantes. Obra paralizada

Es que el gobierno del “jardín” de la provincia, que tiene según la intendencia el 93% de su territorio con árboles y grandes viñedos, no ha brindado el necesario cuidado que merecen los sitios que hicieron de aquel paraje de personas de trabajo una pequeña ciudad que crece paulatinamente, según sostienen especialistas como el arquitecto Osmán Caylá Moreno, quien dialogó con este diario.

Antigua casa de la familia Citón, abandonada y en proceso de destrucción.

La primera parada del recorrido es en el Hotel de los Inmigrantes (1920), que hoy luce como un edificio de departamentos particular a medio hacer, pero que no siempre tuvo esa fachada.

¿Qué era este lugar?

Osmán: Este es el viejo Hotel de los Inmigrantes. Aquí llegaron los primeros toneleros que vinieron con Gargantini en el ferrocarril para iniciar las primeras bodegas de Mendoza. Hoy, claro está, tiene poco que ver con su estructura original.

La construcción del Hotel de los Inmigrantes y la puesta en valor de su fachada se encuentran paralizadas.

¿Por qué luce como una obra común y corriente?

Osmán: La obra que se inició en 2017 naufragó al año siguiente. Yo he sido presidente del Colegio de Arquitectos de Mendoza regional este, además de funcionario, por lo que he hecho el seguimiento de que ha venido sucediendo.

En el año 1995 se realizó el inventario de sitios históricos pero aquella documentación recopilada en el gobierno de Dante Pelegrini se perdió. Aún conservo copias de originales pero ellos siguen desconociéndolos y esto les permite avanzar como lo han hecho.

Pelegrini le encargó en su momento a Marisa Forte y al Dr. Omar Cueto, actual decano de la Facultad de Filosofía y Letras, un trabajo de historización de este edificio, entre otros 16 o 18 sitios.

Cuando vimos que se venía el derrumbe del bien comenzamos a intensificar los reclamos y pedimos explicaciones además de realizar una audiencia pública. Continuamos reclamando desde la organización no gubernamental que presido (Recuperadores de Historia y Patrimonio Cultural). Pasaron cuatro presidentes del Concejo Deliberante de Junín, entre ellos el actual intendente, y ninguna respuesta concreta.

Archivo ONG

 

En 2017 el municipio nos llama a una reunión para contarnos que licitan la obra y que, si bien van a demoler el interior del edificio por malas condiciones, conservarían la fachada.

Nos pareció lógico, pero al tiempo que iniciaron la obra la paralizaron y derrumbaron todo, fachada incluida.

Ahora ya hablamos de reconstruir una fachada de estilo neo italianizante, con todo tipo de molduras con muchísimo trabajo que podía verse en el portón de hierro forjado que desapareció y del que no hay novedades, porque el Concejo no responde nuestras notas y consultas.

¿Por qué es importante que estos edificios luzcan como hace casi 100 años?

Osmán: Esto es un bien de la sociedad, como la casa Citón. Estos lugares que están siendo destruidos nos dejan sin parte de nuestra identidad. Algunos me dicen que ahora que llega el “progreso” los arquitectos nos oponemos, y yo les pregunto: ¿qué pensarían si derribaran la torre Eiffel o el Coliseo?. El patrimonio es identidad, es lo que nos identifica, es la herencia cultural propia de un pueblo que no olvida.

Dijeron que lo derrumbaron por seguridad pública, y la obra es también muy insegura para cualquiera que pase por aquí.

Desde el hotel que albergó a quienes pusieron en pie las primeras bodegas de la provincia nos trasladamos a la casa que haría llorar a cualquier arquitecta o arquitecto por su ruin estado en contraste con las calidades de su diseño y materiales.

¿Esta casa también es de la primera mitad del siglo XX?

Osmán: Sí. En las patentes municipales recién aparece en 1960 y está inventariada. Fue construida por la empresa constructora de un exintendente, Juan Marcovich, y tuvo una restauración posterior. Las baldosas son traídas de Italia, los muros dobles de ladrillo cocido en aparejo y con hormigón armado, lo que ha hecho que la destrucción haya sido más difícil.

La diferencia de esta casa con las que se construían en Pompeya es que las galerías cambiaban al norte y al sur por el clima de Mendoza, para adaptarse al verano y al invierno. Esta casa tenía dos plantas, cocina y baño azulejado respetando el estilo, con un sótano muy cómodo también. Todo de primer nivel, pisos y techos de pinotea que se llevaron por inacción del Estado.

Para entender esto hay que  acudir a la historia. La Colonia se llamó en algún momento Citón-Oliva. Viniendo hacia aquí pasamos por la casa Oliva, también descuidada.

Inventario 1995. Gentileza OCM

Muchas veces solicitamos que no dejara de estar el loteo pero que conservaran la casa como un posible museo del vino y del departamento, o la Facultad de Arquitectura y Diseño.

Cuando las personas que ocupaban esta casa la desocupan en 2014, nosotros empezamos a accionar desde la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos pero tampoco hubo respuestas favorables, pese a que se instituyó una comisión con el propio Concejo Deliberante para la conservación del patrimonio.

Patrimonio de la provincia no vino nunca. Viene olvidando el patrimonio de los pueblos. También son responsables del olvido.

“La memoria estalla hasta vencer a los pueblos que la aplastan y que no la dejan ser libre como el viento”. León Gieco

 

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