En 1999 la Unesco decidió proclamar el 21 de marzo como el Día Internacional de la Poesía. Alrededor del mundo esta fecha es una ocasión que reúne a poetas y a admiradores que celebran la palabra lírica con fervor y entusiasmo. Sin embargo, en medio de una cuarentena que impide la aglomeración de personas, esta vez la poesía tendrá más lugar en las redes sociales. En una fecha importante como esta se hace necesario reflexionar por qué la poesía sigue estando vigente como vehículo de libre expresión y muestra de la diversidad cultural.
Por Marcia Castro / Fotos: Jo Thomatis y Slam Poético Mendoza
La poesía sirve para cuestionar. Esta afirmación es válida para quienes escriben y para quienes se dedican únicamente a su lectura. Con la poesía el lenguaje cobra vida y se vuelve la materia prima con la cual se podrá crear material de diversa índole. La imaginación al ser ejercitada con constancia se vuelve un espacio digno de ser habitado, se vuelve un músculo. Y sólo quienes imaginan en completa libertad tienen la posibilidad luego de cambiar de lleno aquellos aspectos de la vida en sociedad que son objeto de cuestionamiento.
La realidad se vuelve objeto de estudio para el poeta, que intentará plasmarla según su percepción en los escritos. Por eso en parte es importante que una provincia, país y el mundo tenga su cúmulo de poetas: para que hasta el papel insignificante que alguien tira al suelo sea cuestionado, sea puesto en observación. Tener gente que se dedica a la poesía equivale a tener personas que piensan y se cuestionan la realidad, personas que se asombran, que se entristecen, que se sonrojan, que se atreven a decir las cosas sin tapujos: personas activas en la completa expresión de la palabra.
A su vez, es necesario que existan espacios donde los y las escribientes puedan plasmar sus creaciones, sus percepciones: en una sociedad que dice llamarse democrática estos espacios tendrían que ser los primeros en tener existencia. No deberían estar confinados únicamente a cafés.
En Mendoza hay diversos espacios habitados por quienes se dedican a este tipo especial de arte. Solo por mencionar dos, tenemos el reconocido Slam Poético Mendoza y la Editorial Pan, que organiza eventos mensuales en el Salón Cultural de Seguros Rivadavia.
No solo la radio hegemónica o la televisión de turno tienen derecho a consumir nuestra atención. Como ciudadanos es nuestro deber alimentarnos de las diversas muestras de contenido cultural que la provincia ofrece. Es otra manera de estar despiertos. Aunque no escribamos, concurrir a estos espacios nos humaniza, hace que escuchemos al que piensa distinto a nosotros, nos conmueve en una atmósfera de respeto e igualdad.
Si quiere saber lo que pasa en la ciudad, pregúntele a alguien que se dedica a la poesía. Él o ella sabrán decirle lo que ocurre. Si quiere saber qué piensa la juventud acerca de los movimientos sociales, de las luchas que quedan por conquistar, del amor o de la amistad: ahí están las y los poetas. Listos para dar la voz.
En estas dos poesías que acompañan la nota encuentro el reflejo del contexto social que diariamente se vive en esta provincia:
Descenso/ascenso
(Por Agustina Vidal)
Me encuentro caminando
por la acera
de lxs niñxs fusiladxs.
me atropello
con paredes rayadas
con mensajes de esperanzas
que terminaron en el río de sangre
corriendo por las acequias
largas y largas
de una Tierra
en la que ya nunca lloverá.
me detengo
en un boulevard
donde solíamos bailar desnudas
y sin miedo
de respirar
el aire contaminado
por las gomas quemadas;
ahora la libertad
es una nube en el cielo
que solía envolvernos
pero vuela lejos
desprotegidas
y arrodilladas bajo falsas alabanzas
y consuela a aquel
que nos mata cada 24 horas.
continuo mi rumbo
sobre el pasto recién regado y cortado
de un barrio donde comen
y los pibes no aparecen
muertos dentro de las acequias
por culpa de la falopa
y
tengo flores en el pelo
tengo flores en el pelo
tengo flores en el pelo
me siento parte
de este cuento caro
y juego conmigo
a cuál de todas
aquellas bonitas casas
es mía
doblo por la esquina
la grandeza ahora es una plaza
con juegos rotos
pero baldosas de plata,
la gente sonríe
no tienen dientes
y solo visten costillas
que gritan hambre
en cada uno de sus rincones.
me dirijo a un pasillo conocido
es aquel barrio que me acunó
la villa de a lado no fue saqueada
lxs pibitxs toman chocolatada
y hay murgas
que alegran el suelo seco del verano.
Veo desde la ventana
deseosa de salir
y ser niña mariposa
volando entre ellxs
mi papá dice que no
cuando él solía gritar como un animal
en las esquinas del barrio con bolsitas en la mano
yo solo quería ser yo
corro llorando
cuando las tristes vivencias queman el pecho
hay que huir y cantar fuerte
me encuentro en el acceso sur
veo el cuerpo molido
de aquella madre maltratada
y un cuervo
comiendo su carne
ni la muerte ni la violencia nos dejan yacer en paz
me balanceo en la pasarela
las escaleras me abrazan
sacándome con fuerza
de las imágenes ultraviolentas
ultravioletas
ultraveletas
ultratodasuciedad
y estoy flotando
me transformo en viento
soy la que mece las hojas
y arranca los techos de las casas
me convierto en eso:
en lo que la vida da
y después quita
soy la magia de mis cerezos
del jardín que cree
para mi dolor
soy la niña mariposa
actuando en cada escena
de cintas inframundas
de tonalidades rojas y azules
rojas y azules
rojas y azules
soy el primer respiro del día
y el último de la noche
soy
soy
soy
soy a pesar del dolor
soy a pesar de la deshumanización
soy mi deseo de que todxs
podamos ser
para así ganar
y ser libres
ser libres
ser libres
ser libres
ser verdaderamente libres
ENOJADA
(Por Marcia Castro)
Estoy enojada
¿por qué?
Rompo con mis martillos las baldosas de la plaza
hago grafitis
en las paredes de la comisaría.
Voy al Arzobispado
firmo mi apostasía.
Enojada
he dicho, he escrito.
Escupo sobre los libros
no nos llevaron al paraíso.
Ni Marx ni Engels,
ni la vecina de enfrente,
ni Barak Obama, ni Cristina,
ni el Papa, ni Osama Bin Laden,
ni todos los premios nobel de la paz,
ni tu madre ni tu padre.
Todos los cerebros del mundo
se vuelven humo en el cuello.
Ahora los cerebros se reducen a debatir
cómo mejorar este actual infierno
que arde con un cielo azul
y con niños presos.
Nadie nos lleva y pataleo
entre una zamba de lágrima y rabia.
Estoy enojada los tambores tocan:
porque todavía creo
en el aletear del cerdo,
en el navegar del caballo,
en el transpirar de los humanos.
¿Acaso es pedir tanto?
Tiro piedras a los micros que no pasan
estoy enojada hoy
y volveré a estarlo mañana.
¿Por qué?
Porque los lazos que sostienen este canto
están ahogándolo
y no dejaré que muera.
No me dejaré morir
en la espera del atraso.
Crezco y voy en contra de la corriente
soy la flor en el pantano
amenaza para el Estado.
Harta
de la tierra abandonada de promesas
de risas, de música y poemas.
Tierra seca.
No one will understand
the radical act
of burning the president´s car with him inside.
Si lo hiciera verdad
esto no sería una poesía sino tragedia nacional.
Me juzgarían los programas de chimentos,
el poder judicial,
las monjas en los conventos,
la maestra de tercer grado,
la directora de mi colegio secundario.
Se preguntarían incansablemente
por qué por qué por qué.