Liliana Herrero vuelve a Mendoza con fecha doble. Entrevista con la entrerriana que canta y cuenta con voz siempre renovada.
Fotos: Facebook Liliana Herrero
Van poco más de 30 años de carrera y la nacida en Villaguay, quien ha editado más de una decena de discos propios y numerosas participaciones en distintas obras, presentará un espectáculo que dará cuenta de su trayectoria.
A pocos días de su visita a nuestra provincia, dialogamos telefónicamente con la referente insoslayable de la música popular argentina.
¿Viene el 15 para Mendoza?
Sí, el 15 estoy por allá. Muy contenta porque hay muchos amigos y, la verdad, es que intenté ir otras veces y no pude. Está muy difícil para salir con la banda completa. Entonces voy a dúo con Pedro Rossi, gran guitarrista joven de la generación de los que vienen, que son maravillosos y muchos, no siempre visibilizados y reconocidos. Vamos a dúo y vamos a hacer un abanico de temas que he recorrido en estos treinta años.
Hay mucho para elegir…
Sí, hay bastante para elegir pero también depende de la formación con la que vaya. Con la banda solemos hacer uno o dos temas de cada disco, ahora con Pedro podemos hacerlos pero los reformulamos musicalmente hablando. Algunos pueden hacerse con guitarra y voz, y otros no. Pero sí vamos a hacer un lindo recorrido por lo que he ido realizando y vamos a ir contando cómo ha sido. Cantar y contar siempre es algo que me gusta hacer en el escenario.
¿Si alguien no conoce su obra se va a enterar de quién es Liliana Herrero?
Sí, sí. Mejor. No hay necesidad de conocerme a mí o a mi obra. A mí me encanta encontrarme con personas que no me escucharon y la conocen en concierto. Cuando hay un oído nuevo se renueva todo, se renueva la obra y se renueva la vida. Eso a mí me gusta mucho.
Da la impresión de que las dificultades son generalizadas. ¿Cómo evalúa este momento social y político?
Horrible. Me parece que hemos ido para un lugar muy oscuro, muy confuso y muy peligroso. Y de mucha urgencia, porque la Argentina entra a una especie de globalización financiera arrasando con todo lo que haya que arrasar, con la educación pública, con la salud. Ha vuelto una fuerte presencia policial, vigilante, que acciona y actúa en lugares insospechados, como la gendarmería los otros días en la Universidad Nacional de Rosario.
Desde los años 70 que no veía esto. Esta reposición de estos viejos hábitos, que lo único que han traído es dolor y muerte, la verdad es que no los quiero más. No pensé que iban a ocurrir en democracia y está ocurriendo.
Está muy difícil el trabajo para la gente, no solo para los artistas. Está muy difícil la vida diaria, cotidiana… Lo económico, digamos.
Y la concentración judicial, en el Congreso y mediática, es una bomba de tiempo porque no hay lugar donde hablar, donde escuchar. Y en nombre de la democracia se hace esto.
El mundo también está de este modo con problemas que han sido tapados y la verdad es que la historia insiste, insiste, insiste y aparecen los problemas de nuevo. Están en cuestión los derechos humanos y esto me parece gravísimo.
¿En un contexto difícil los artistas tienen un rol?
Yo tengo una participación y una presencia en todo aquello que me parece que son causas sobre las que hay que intervenir y lo hago, pero el escenario no es una tribuna política. El escenario es un acorde bien hecho. Yo tengo que estudiar y prepararme para dar un concierto y tengo que hacerlo bien. Porque hacer un acorde bien hecho, o cantar una canción que sostiene una memoria musical y poética extraordinaria, es un hecho profundamente político. Eso es lo que yo creo.
¿Qué espera de esta gira por Cuyo?
Son cuatro noches intensas en las que hay que cuidarse, estudiar, prepararse. A mí me da mucha alegría cuando voy a Cuyo, sobre todo porque descubro ritmos y modos de tocar que son maravillosos. Cuyo es un territorio de mucha música… Las tonadas que son tan bellas. Y también uno se encuentra con amigos y dar concierto también es una celebración de la vida.
¿Qué consejo hay para los y las más jóvenes del arte?
Para mí hay que estudiar, hay que escuchar mucha música de distintos géneros y países, hay que conocer el folclore argentino, las variaciones de lo nuestro con otros territorios latinoamericanos. En fin, la música es un juego pero es un juego responsable con una memoria y un territorio. Ese es mi único consejo para los que empiezan a buscar. Buscar hasta el infinito, porque la búsqueda cesa cuando cesa la vida.
Entrada general: $200
