Por Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz.

Fuente: La Garganta Poderosa

Foto: Coco Yañez

La Ley N°7.722 que fue sancionada para poner un freno a la megaminería, no debe modificarse por intereses económicos. Hace unas horas Rodolfo Suarez, gobernador de Mendoza, suspendió la modificación de dicha ley, este es un buen signo, sí, pero nuestra lucha es hasta su derogación, no podrán engañarnos tapando sus intereses. La reacción del pueblo fue un claro llamado de atención a los gobernantes mendocinos que no hicieron más que reprimir y encima tildarlos de “violentos”. ¡El gobierno fue violento, no la manifestación del pueblo! Y desde este plano, debemos entender que se trata de un conflicto que no incumbe solo a la provincia, sino a todo el país.

Y hay que tener mucho cuidado, porque el Gobierno no debe confundir desarrollo con explotación. La megaminería daña la producción y el desarrollo social, que es afectado de carácter permanente. Peor aún en los sectores empobrecidos, que siempre son los más afectados, en pos de privilegios para unos pocos. Entonces, si quieren gobernar, deben ponerse al servicio del pueblo. Y si llaman a un diálogo, que esté orientado realmente por las exigencias de la población mendocina.

Foto: Coco Yañez Adolfo Pérez Esquivel.

La democracia no se regala, se construye en la calle. Y la única manera es con la participación activa, envío toda mi solidaridad a las mendocinas y a los mendocinos que deben seguir movilizados para marcar el camino de la vida, diciendo basta ejercieron su derecho democrático para frenar los abusos de poder. El pueblo se puso de pie, por un modelo de desarrollo que no dañe la vida de las personas y que cuide a la madre tierra.

 

 

Una “zanahoria” con olor a cianuro