El peronismo mendocino en pleno se alineó detrás de las tres efes. Lo anunció Anabel Fernández Sagasti el viernes, luego de reunirse con los 18 candidatos a intendente.  La dirigenta que resultó triunfante en la interna del Frente Elegí sostuvo que hay consenso para definir esta semana una sola lista por el Frente Todos, encabezado por Alberto Fernández y Cristina, y que podrá ser integrada incluso por quienes participaron en la PASO provincial. Pese a la diferencia de 7 puntos que los separó de Cambia Mendoza en las primarias, en el peronismo local se entusiasman con que el fuerte mensaje de unidad y los indisimulables conflictos internos del oficialismo, sumado a la caída sin freno de la imagen del gobierno nacional, les permita estrechar la diferencia por la gobernación en setiembre.

Fotos: Seba Heras

La que gana conduce

Anabel Fernández Sagasti.

El tradicional apotegma acuñado por el peronismo se materializó el viernes último, tras un encuentro convocado por la senadora Anabel Fernández Sagasti, vencedora por el Frente Elegí en las PASO provinciales del 9 de junio, con los 18 candidatos y candidatas a intendente y los principales dirigentes del espacio, entre ellos su otrora competidor Alejandro Bermejo.

La reunión perseguía varios objetivos, todos en torno a que el peronismo se mostrara rápido de reflejos y despejara cualquier especulación respecto a presuntas heridas o dispersiones como saldo de las primarias.

Fernández Sagasti, junto a su compañero de fórmula Jorge Tanús, y los intendentes Félix, Giménez y Righi.

Las presencias, el mensaje y la tónica fue unívoca: el peronismo está unido y la unidad no se limita a la conformación de la lista provincial que encabezará Fernández Sagasti. El acuerdo adquiere proyección nacional y local.

“Es muy importante para nosotros anunciar que todos los intendentes y toda la lista que se conformó en las PASO vamos a estar apoyando al Frente Todos y Todas, es decir, vamos a estar trabajando para que Alberto y Cristina sea la fórmula que gane a nivel nacional”, puntualizó la candidata a gobernadora. La resolución plasma que la victoria en la interna también encausó esa identificación, que permanecía en terreno de cavilaciones por parte del peronismo derrotado.

 

La foto de la fórmula ganadora en Mendoza con el tándem presidencial Fernández-CFK promocionada en la semana, sugería tal determinación, al punto de diagramar una pronta visita “para charlar cara a cara con los mendocinos y mendocinas”, vaticinó Fernández Sagasti.

La decisión de adherir al Frente Todos apremiaba, ya que en pocos días deberán definirse las candidaturas. El calendario, esta vez, fue oportuno en cuanto a flexibilizar posiciones y expresar la unidad, con la novedosa correlación de fuerzas que el fresco resultado provincial proporcionó. Si la cercanía de Fernández Sagasti con la fórmula presidencial se presentaba como obstáculo a algunos sectores del peronismo, su triunfo electoral no solo neutralizó cualquier cuestionamiento, sino que incluso le aportó un alto margen de negociación, que hasta permitirá derramar generosidad. Es simple: nadie sobra, todos se necesitan.

Ilardo, Amstutz, Righi y Abraham.

 

Fernández Sagasti, Giménez y Bermejo.

Bermejo, un prolijo candidato con fama de buen administrador como intendente y potenciado por la visibilización que le brindó la reciente campaña, podría ser perfectamente el benefactor de una candidatura al Congreso. Aunque deberá contar también con el acuerdo y amabilidad de otros sectores del peronismo que ratificaron su poder territorial acompañando su precandidatura. Aquí es preciso advertir que se ratifica otro clásico lema de la liturgia peronista: el caudal de votos define premios y castigos, más allá de la voluntad de ser o participar.

Por si faltara recalcar que la súbita conjunción alcanzada en el peronismo apunta a incrementar su chance en la general de setiembre, la candidata a gobernadora aprovechó para anunciar que el acuerdo abarca la creación de “interbloques entre Unidad Ciudadana, el PJ y algunos monobloques para empezar a trabajar juntos en la Legislatura y diagramar el proyecto que viene”. Una arista fundamental para cualquier propuesta que se precie con vocación de poder real.

 

Resuelto el frente interno, al menos estructuralmente, desde Unidad Ciudadana se entusiasman con replicar la levantada hacia setiembre con la táctica de las primarias, en las que partieron de punto y tomaron la banca. En esa línea Fernández Sagasti reiteró que “el peronismo no soporta la desigualdad que está viviendo la gente, así que en primer lugar convocamos a todos y todas las que hayan trabajado en las dos listas y en segundo lugar, convocamos a todos los mendocinos y mendocinas para cambiar el rumbo de la provincia de Mendoza”.

Ese camino hacia la ampliación de su base electoral cobró continuidad el sábado, cuando el candidato a vicegobernador Jorge Tanús, un hábil armador político y experto negociador muchas veces subestimado, y Lucas Ilardo, jefe de campaña de Unidad Ciudadana, dieron a conocer una base de entendimiento con el sector político de Dante González, quien dejó huérfanos de representación a casi nueve mil mendocinos, al no alcanzar el 1,5% que exige la ley para participar en la elección general. Una cantidad de votos en apariencia menor, pero que probablemente se acople mayoritariamente a la candidatura peronista.

El pato rengo y el pollo mudo

Alfredo Cornejo y Rodolfo Suárez.

Ocupada, abrumada y en cierto sentido relegada en el plano nacional, la versión provincial cambiemita se llamó a silencio tras la victoria del intendente Rodolfo Suárez en la primaria sobre Omar De Marchi, el candidato de Macri. Aunque esperaban un poco más, tanto del capitalino como de su competidor y par de Luján, los pro-radicales insisten en su hipótesis según la cual el resultado del peronismo los favorece, al calcular que en setiembre podrán aumentar su ventaja, producto de la polarización con el presunto pasado populista que transmite Fernández Sagasti.

Sin embargo, el jefe de campaña de Suárez y también gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, irradia nerviosismo y cierto gesto irascible. Lo envuelve el síndrome del pato rengo y una compleja coyuntura que, tal como anticipamos hace dos años, lo dirige irremediablemente a su postulación como diputado nacional a fin de disponer su imagen y prestigio al proyecto reeleccionista de su socio Mauricio Macri. Ahora secundado por Miguel Ángel Pichetto, a quien el gobernador felicitó en tono de jactancia, destacando como fundamental el pedido de apertura surgido de la Convención de la UCR, que no llevará, por primera vez en su historia, ningún candidato en la fórmula presidencial.

Cornejo junto a fórmula Suárez-Abed.

El lugar reservado como diputado, sensatamente no entusiasma mucho al gobernador, pues viene perfilada hacia el umbral de la anécdota, cuando todo parecía indicar que su liderazgo en el radicalismo lo ubicaría en el trono de los protagonistas.

Más allá del destino de Cornejo hacia la elección provincial de setiembre, la estrategia de esconder el fraternal y funcional vínculo del oficialismo provincial con el presidente Macri será mucho más permeable. Sobre todo porque el gobernador estará mucho más expuesto, tanto en su rol como presidente del radicalismo, como en su eventual acompañamiento en la lista del presidente.

Omar De Marchi y Suárez.

Es previsible que para atenuar los efectos colaterales que desparrama la fórmula Macri-Pichetto, Cornejo delegue la jefatura política de la campaña local y obligue a Suárez a liderar su propio proyecto. Situación que, aunque lógica, revestiría cierta peculiaridad si se contrasta con el ostracismo en el que transitó la campaña en las PASO.

Así como Cornejo dominó la escena política de la Mendoza reciente al disciplinar a un justicialismo desordenado, carpeteado y errático, no es dificultoso identificar que su sistemática y cada vez más profunda invectiva colaboró indirectamente en el panorama de unidad del peronismo. No son pocos los dirigentes de peso de ese espacio que reconocen su hartazgo a las formas del gobernador y se muestran dispuestos a confrontarlo de cualquier manera.

La candidata del peronismo también se muestra entusiasmada en este punto e insinúa el fin del sigilo de Suárez: “queremos debatir el futuro de la provincia de Mendoza y ese futuro lo vamos a debatir con los candidatos. El candidato de Cambia Mendoza es Suárez y esperamos que en esta campaña podamos debatir con él, y los otros candidatos, lo que la gente quiere saber”.

Ahora Suárez tiene la palabra.

Errores políticos garrafales

¿Cuál es la estatura de Cornejo?

Anabel ya ganó, Suárez deberá ratificar