Consciente del “privilegio” de tener trabajo y las necesidades básicas satisfechas, la música y comunicadora social Camila Millán reflexionó en torno a la actualidad y las posibilidades de sus oficios en comunicación telefónica con EL OTRO.

Fotos de archivo: Leandro Fernández, Flor Navas y Luciano Viard

Leandro Fernández

Mansa y tranquila. Con la mirada aguda. Casi sin concesiones que solo otorga por cariño, merced a la ternura que se le escapa a veces en el torbellino de ideas que maneja eficientemente. Camila  Millán recibe a EL OTRO en su casa con la jornada laboral más o menos resuelta, con muchas ganas de pedalear al sol y llevar La mansedumbre de la Tarde, su último disco, (entre otros proyectos) a otros lares.

¿Qué reflexiones te merece el momento actual de los medios?

Valoro mucho el trabajo de algunos medios en estos días porque, si bien podemos discutir bastante qué es el periodismo y a quiénes puede representar, me parece que hay algunos sectores que están haciendo cosas muy valiosas en términos de comunicación en distintos sentidos.

Flor Navas

Me parece buenísimo lo de aquellas personas que se han dedicado a bajar el lenguaje técnico a la cotidianeidad y a un lugar más amable como hace El gato y la caja. Me parece muy hermosas las líneas e iniciativas que se van generando en La Vaca. He visto que ustedes en EL OTRO tienen algunas imágenes de #EstamosEnCasa, recuperando la experiencia más micro de la cuarentena, que es un poco como destapar el ámbito más íntimo de las casas.

Y me parece un momento muy loco de representaciones de la intimidad en lo mediático. Empiezan a aparecer las cocinas, las cortinas de fondo y cómo cierta visibilidad requiere armar un pequeño escenario en tu casa para cuando sea necesario. Esto me parece un fenómeno de lo íntimo que valoro en tanto gesto de la comunicación, como valoro que empecemos a inscribir a otros livings y otras cocinas, patios y pisos a esa representación que ahora está siendo mediática. Vemos muchas más cocinas de las que veíamos en las novelas.

Y después están los de siempre que solo difunden noticias extrañas con titulares amarillistas, que reproducen la xenofobia, el racismo, etcétera. También está esa otra parte de la comunicación, pero trato de no envenenarme con ella.

Leandro Fernández

 

¿Será que las características preexistentes se acentúan?

Totalmente. La perilla se va para el lado del máximo.

¿Esta perilla al máximo qué te genera en la música?

Un poco de todo. Quienes estamos con los casilleros chequeados de “tenemos una casa, tenemos dónde estar”, y en el contexto actual nos encontramos con una cantidad de tiempo disponible inusitada, fuera de lo normal.

En ese contexto, creo que buscamos actividades que nos lleven un par de horas, que nos saquen del alcance del bombardeo de datos médicos, biomédicos, estadísticos.

La música en este plan está buena. No en el hippie-lavado de “la música nos salva” sino como cualquier actividad de abstracción que active nuestra capacidad de vernos y de pensarnos y de hacernos en el mundo.

En este sentido la música, que veo en las vidrieras de las redes sociales de muchas personas que les pinta ponerse a tocar, me parece bastante interesante, como también lo es leer o ver una peli. Rescato que en esta sensación de clausura aparece la necesidad de la abstracción que también estuvo siempre ahí presente y es súper importante para el pensamiento y la práctica.

Luciano Viard

¿Y vos estás más compositiva?

Por un lado sí, pero también he estado haciendo un poco de orden de las canciones que estuvieron en el disco (La mansedumbre de la tarde). También hay nuevas, estoy grabando maquetas. Es un proceso, el de ordenar un poco las canciones y los recursos, lo empecé después de presentar el disco el año pasado y la disponibilidad de tiempo me ha conectado más con ese proceso y con la composición y con los arreglos.

Otra cosa es, también, que este tiempo me ha dado la posibilidad de escuchar más música y poder estar un buen rato con una canción o un disco y ponerme a tocar eso para encontrar tímbricas, pasar las palabras de otres por la propia voz. Ambas vías se han abierto a partir de la disponibilidad de tiempo y las restricciones existentes.

¿Cómo te ha afectado la situación general? ¿Qué te deja mal sabor de boca?

Sin arrimar fuego a la paranoia, la masividad de la vulnerabilidad y el tema de contar muertes todos los días, me resultan angustiantes.

Me preocupa un poco las atribuciones que las fuerzas de seguridad y la policía se van tomando en este contexto, con el paso de los días y las actualizaciones de las normas. Eso me genera un poco de miedo y me crispa los pelos. Celebro a las personas que están atentas desde distintas organizaciones.

También desde lo personal me pesa porque disfruto mucho de la calle, andarla en bicicleta o caminando y cercenar ese andar me angustia. Y también la falta de claridad sobre el final de la situación.

Luciano Viard

¿Cómo la pensás para adelante en la música y en la comunicación?

Me parece que esta situación evidencia y acrecienta algunas crisis como son la precariedad laboral de algunos sectores, desde les trabajadores que estuvieron olvidados en la terminal hasta estos otros sectores de la música que acá tiene una industrialización muy precaria.

En el caso de la música independiente, en el que hay mucha movida, me parece que hay un abandono total de parte del Estado provincial y un Estado nacional que de algún modo se intenta ocupar.

Pero me parece que es difícil, en un ambiente en el que la legitimación y la visibilidad son tan complejas y desiguales, poder generar medidas que verdaderamente tengan un impacto en el sector. Obviamente es una oportunidad para observar las fisuras del funcionamiento del sector y generar líneas de fomento y redes de colaboración o de inversión para mejorar las posibilidades laborales de la música en general y de todo lo que de allí se desprende, todas las implicancias de laburo de técnica, diseño, incluso el de comunicación.

En la comunicación lo mismo. La virtualización de la vida evidencia de sobremanera la necesidad de una comunicación consciente, crítica, pensada, estratégica, entendida como un derecho y un servicio.

Sin malicia, ¿Por qué creés que el Estado provincial no se ocupa del sector independiente del arte?

Sin ánimos de tibieza, me parece que es uno de los pilares de la crisis del sector mas no el único. Creo que hay algo más de base y de fondo que tiene que ver con las maneras en las que se piensa la actividad artística. Hay unas concepciones que son demasiado exitistas o demasiado meritócratas o demasiado paisajísticas, dependiendo de los lugares en los que se vea y me parece que el problema de las políticas públicas en ese sentido es, por un lado, su ausencia y, por otro, la ausencia de estrategias democráticas que desarrollen la pluralidad y la potencialidad ecléctica del sector musical.

Volviendo a esta idea de la concepción. No toda inversión en el sector es profesionalizar a les artistas o mejorar condiciones técnicas sino también hacer llegar propuestas a distintos lugares y volver a la actividad artística una actividad posible, cotidiana. Bajar todo de la estructura del deber ser del megashow.

 

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