Entrevista con el cantautor Gustavo Maturano. La censura que sufrió en Capital. El momento social y político. Su compromiso con el campo popular.

Fotos: Lucky Viard

En Mendoza pareciera sobrar la caracterización de Maturano, ya que cuenta con una dilatada trayectoria en nuestra provincia, además de su participación en escenarios más allá de las fronteras cuyanas.

“Si contamos desde las primeras experiencias que hice en el 82, ya llevamos 35 años haciendo música”, dice este joven maduro e inquieto, que se aparta de la mesa de los artistas para recibir a EL OTRO.

 

¿Pasaste por muchas agrupaciones?

En realidad siempre fui solista, a excepción de lo que hacemos con El Tour de los Bares.

¿Y cómo surgió el Tour?

Como dijo Jaques Monod: “Por el azar y la necesidad”. La necesidad de laburo y una idea que surgió en Buenos Aires a finales de 2013, con Claudio Brachetta, cuando comenzamos a versionar el rock nacional y otras canciones de la música popular. De hecho, en algún momento hicimos una canción de Rodrigo (Bueno), y también del cancionero cuyano.

Nos llevó todo el año 2014 probar y encontrar. En la casa del Claudio, en Luján, se le ocurrió que tendríamos que hacer un tour por los bares, y ahí le dije que ese era el grupo, que ese era el nombre. Un año después, los convoco al Marcelo López y al Negro Fiat, y acá estamos. Fue una idea que funcionó.

Hace tiempo que recorren caminos…

Los cuatro tenemos más de treinta años de trayectoria, por no decir cuarenta. El Negro con el antecedente de Los Alfajores (de la Pampa Seca), sus experiencias como solista y otros grupos que armó. López con Martes 13, El Ala disidente y con sus discos editados por Melopea. Brachetta con sus producciones musicales, no solamente vendimiales sino como solista, o en grupos como La Rebelión.

Tenemos años de conocer, de caminar. Marcelo es el padrino de mi hija, con él nos conocemos desde el 83. Al Negro y al Claudio los he conocido por sus actividades, hasta que la vida te junta…

 

¿Qué perspectiva ven del complicado momento social? ¿Lo sienten en los shows?

Sí. Estamos atravesados, evidentemente, por la situación política. Tenemos una posición política tomada. A nosotros nos atravesó el movimiento nacional y popular, y lo decimos y ponemos la cara. Defendemos el movimiento nacional y popular. No hacemos partidismo, no nos interesa, como tampoco nos interesa hacer música panfletaria. Pero sí estamos del lado de la buena gente.

Cuando elegimos el repertorio no es casual que elijamos Queremos cantar, recordando al Che, o Inconsciente colectivo que fue un canto de Charly en la apertura de la democracia, y fue un canto libertario. Hacemos también La gente del futuro de Cantilo, en fin, el que quiera tener oído que lo tenga, y después cada uno hace lo que ha venido haciendo.

 

El Negro canta blues, yo canto canciones latinoamericanas, López canta más baladas. Y hacemos juntos una canción del Negro que se llama Por la sencilla razón, que habla de esta historia que se ha instalado en este último tiempo, de que si naciste pobre o naciste rico es porque Dios lo quiso, y si naciste pobre te jodés.

Ya no hace falta decir más nada cuando cantás estas canciones. Hacemos sobre el final una canción de Inti Illimany que se llama Free Nelson Mandela, y nosotros en el estribillo cantamos Free Milagro Sala.

 

Esta postura política tan marcada, les costará algún roce…

Bueno, de hecho, nos censuraron el viernes pasado. Se puede especular en que uno es un mal pensado, pero yo no creo en las casualidades.

¿Hablás de lo que pasó el viernes pasado en Julepe Bar?

Sí. Pasó que terminando el show, en el último tema, que es un homenaje a Spinetta, a un minuto y medio de terminar, entraron siete sujetos y ordenaron prender las luces amenazando con cortar la música, lo que finalmente hicieron. Bueno, hasta ahí uno dice: “Está bien, es el Código de convivencia (municipal)”.

Pero luego la gente que administra el lugar, muy gentilmente nos sirve algo de comer, y una hora después vuelve una embestida final que ordena desalojar el local. Vos decís: “¡Eh, Independiente Rivadavia había jugado, pasaron los hinchas con los bombos -y ojo que yo soy leproso- y toda la Arístides Villanueva funcionando”. Uno se pregunta cómo no suspenden nada de lo otro.

¿Cuál es el argumento del cierre del local?

La encargada viene en un momento y nos dice que tenemos que desalojar, un segundo después de que entran los tres sujetos. Tendrías que preguntarles a los chicos del Julepe. Creo que pueden haber razones de deslealtad por parte de otros locales, porque estos pibes han armado una propuesta superadora. Puede haber razones políticas también.

Seguramente Rody Suárez (el intendente de la Capital) va a decir que no, pero estamos acostumbrados a que la derecha te dice que no reprime y reprime, que no suben los precios y los precios suben, que no van a sacar los subsidios a los discapacitados y los sacan. Es un gobierno de mentirosos.

¿Cómo se sigue entonces?

Se resiste. Casa uno en su propuesta individual y como Tour seguimos. El viernes 28 estaremos en Los Angelitos con el  Tour.

¿Y el 4 también volvés a Los Angelitos?

Yo tengo un proyecto que se llama Acordes a la historia, que es una idea de contraponer un relato a esa historia oficial mitrista, neoliberal, porteña.

Estamos con Estela Caloni, que es una periodista de lujo de Argentina que fue corresponsal de guerra en Nicaragua en los 80. Ella presenta su libro Mujeres de Fuego el 3 de agosto en el salón Bicentenario de Diputados. Al día siguiente hacemos Música y poesía suramericana en el teatro bar Los Angelitos.