Vinaria y Fabián Sepúlveda se juntan este viernes para contar fotos a través de la música o graficar las notas mediante imágenes. El encuentro será a las 20 hs, en la Biblioteca Pública Gral. San Martín.

Fotos: Lucky Viard

La banda de música electrónica ambiental, compuesta por Rodolfo Iriart y Mario Maure, tocará sus temas a partir de una relación simbiótica con las fotografías de Fabián Sepúlveda. Charla con EL OTRO, en la calle.

¿Hace mucho que se conocen?

Iriart: A mí me invitaron a formar una banda que se llamaba Cuerpo Divino, como un libro de ciencia ficción. (Piensa) ¿Cómo se llamaba el autor?… (Theodore) Sturgeon. Se va el guitarrista y yo quería un violero tipo Jonnhy Marr, que no tocara las pentatónicas, que no fuera ese violero de rock and roll básico. Quería un violero que hiciera paredes musicales, paredes sonoras. Y el Gabo Espejo me tiró el dato… En realidad el Mario Samorano, a través del Gabo Espejo, me dice: “mirá, hay un flaco que toca así”. Doy con él (Maure), lo invitamos a tocar y, un poco reticente al principio, tocamos en Cuerpo Divino casi un año. Decidí irme, él también. Empecé a pensar en tocar unos temas míos y lo invité. Comenzó a nacer todo esto, que no nace de un ensayo sino de una charla.

Maure: La idea del Pollo (Iriart) -lo charlamos en una Vendimia- fue salirse del formato de banda de rock tradicional de trío o cuarteto, y pasar a uno en el que se pudiera tocar cualquier instrumento con las máquinas.

En este formato, distinto del clásico, ¿no tenían un nombre?

Iriart: No. Aparte fue pensado para laburos chicos de bodeguitas, eventos chetos…

Música gourmet…

Iriart: Exacto. Música incidental.

Maure: A mí la idea del Pollo me copó porque puede venir cualquiera a tocar. Si bien ahora estamos en un estilo de electrónica, dejamos un poquito que el espíritu del rock fluya.

Rodolfo Iriart

Y después a Fabián lo conocen de fama nomás…

Iriart: Del diario EL OTRO

Sepúlveda: Es una de las cosas que consiguen los gobiernos neoliberales que nos juntan. Como decía Borges, nos junta el espanto. Nos conocemos, como muchos que se van a sentir identificados, de las redes sociales que hoy en día son un gran articulador. Ahí empezás a ver a alguien, escuchás de alguien, y te conectás. El Pollo Iriart vio algunas de mis fotos y me habló.

Yo hice una fan page de Facebook para publicar las fotos, porque hace poco que empecé a dedicarme más a la fotografía, y la primera publicación que hice importante -entre comillas- fue para el diario EL OTRO, en diciembre del año pasado.

Cuando me llamaron me dijeron “queremos ponerle música a tus fotos” y me encantó, porque además me gusta la música.

Maure: Claro, porque aparte el Pollo se está dedicando a musicalizar películas, cortos. Entonces se fue armando la idea de ir poniéndole sonido a la imagen.

Iriart: Sí, mi salida de la banda coincidió con una crisis personal que duró poco, por suerte y largué todo. Yo cocinaba en un restorán, armaba eventos, tenía la banda, una novia, mi familia, mi vieja con problemas de salud, vendía sistemas para clínicas… Largué todo y, repensando todo con mi terapeuta, volví a este viejo amor de la música con imágenes.

Mario Maure

¿Ahora lo van a hacer en un formato distinto, más sintético?

Iriart: Por eso lo hemos agrupado en sets comunes, aunque hay uno que no tiene que ver con nada.

Maure: La Conexión Secreta se llama.

Sepúlveda: Igual, coincide la música desde las imágenes. Es todo muy onírico, las fotos se encuentran con la música. Por eso les dije que sí.

¿Cómo fue el momento en que esto sucedió?

Iriart: Vi las fotos en blanco y negro e inmediatamente una conexión con la música que estamos haciendo. La idea de la síntesis. Nuestra música no es electrónica y nada más. En nuestros temas no hay rulos, no hay cortes.

Todo esto se fue transformando en esta performance que también tiene su claro tinte político, y de los cuales tenemos dos temas de mayor intensidad. Uno se llama Hebeas Corpus y el otro. Cuando fuimos los tres a la sentencia (de la Megacausa), en donde no nos vimos, yo me quedé paralizado en el lugar. Empecé a escuchar los bajones de los sobreseimientos y las cadenas perpetuas de los jueces y eso tuvo que salir en Clara Noche Voz Marmat.

Fabián Sepúlveda

¿Cómo se sienten con la idea de tocar en la Biblioteca Gral. San Martín? ¿Parece raro que el gobierno auspicie un evento tan lejano ideológicamente?

Iriart: La otra vez nos trataron muy bien. A mí me conmueve ese lugar. Al ser una biblioteca con esa infraestructura, y con lo que significa en torno a la lectura, y por la gente que está adentro, que son los que nos otorgaron la fecha. Nunca tuvieron un drama.

Sepúlveda: Sí, es un espacio que nos corresponde como ciudadanos. No recibimos ningún dinero ni estamos en el marco de ningún programa, pero nos corresponde.

Iriart: Quedó una política de puertas abiertas del gobierno anterior, claramente. Además de la decisión firme de la gente de la Biblioteca.

Maure: Sí, igual de todas maneras, más allá de la energía de la gente de la Biblioteca, yo coincido con Fabián en que es una apropiación que hacemos de algo que es público. Porque ya pasó en una que tocamos, la muestra de Taimados, y los artistas plásticos tuvieron un problema serio.

Iriart: Es lo normal. No están haciendo nada extraordinario. Pasa que también, en este año y medio, te empiezan a acostumbrar a muchas prohibiciones, a muchos “ya no se puede”, y eso es lo que hay que pelear. Como artistas coincidimos en que hay que salir y expresarse políticamente a través de la música.

Maure: Cada vez hay menos lugares para tocar. Han cerrado varios lugares, Maldito perro y otros. Sumado a lo que les pasó a la gente del Tour de los Bares. Si encima relegamos los lugares públicos…

Sepúlveda: Creo que tiene que ver con sostener la dignidad de las propuestas y expresarse públicamente. Ellos, además, no renuncian a una estética que quizá no sea la más vendible o fácil. Las fotos mías tampoco, inclusive participando en EL OTRO, con una postura de militancia innegable.

¿Qué quieren expresar el viernes?

Iriart: La mitad del set es lo que dicen las fotos de Fabián. A través de la música va lo que pensamos y lo que sentimos. Un tema se llama La No Verdad, otro que se llama La Pasiega, por la cueva en la que se encontró un primer alfabeto. Creo que el objetivo es expresarnos, comunicarnos con la gente, estar con la gente, en un momento complicado. Y sabiendo que no nos van a dejar adentro de nuestras casas, no nos van a encerrar en las salas de ensayo. Eso ya lo vivimos, ya me pasó y no me va a volver a pasar.

 

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