Durante su mandato como gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo recibió con honores al golpista brasilero Michel Temer y reconoció como legítimo al “presidente” de facto de Venezuela, Juan Guaidó. Sin embargo, ante el explícito golpe de Estado consumado este domingo en Bolivia, el mandatario mendocino y presidente del radicalismo nacional prefirió callar. 

Por Negro Nasif

Foto: Prensa Gob. Mza.

El 20 de julio de 2017 el gobernador de Mendoza protagonizó un acto institucional que entró en la historia de la vergüenza democrática: Alfredo Cornejo recibió con honores de Estado al golpista Michel Temer, quien visitó la provincia para participar de la Cumbre del Mercosur.

Este año, Cornejo reiteró un gesto de aval a la interrupción de procesos democráticos en Latinoamérica por vía de intentos golpista. En mayo último el mandatario mendocino recibió en la Casa de Gobierno a Elisa Trotta Gamus, representante en Argentina del autoproclamado “presidente encargado” Juan Guaidó, quien justificó el uso de la fuerza para derrocar al presidente Nicolás Maduro, en el contexto de una fracasada intervención militar en Venezuela por parte del gobierno de los Estados Unidos.

Foto: Prensa Gob. Mza.

Ayer, un golpe cívico militar provocó la renuncia del presidente constitucional Evo Morales, reeditando la historia más oscura de nuestros países latinoamericanos. “Renunciamos para que no sigan quemando casas, intimidadas nuestras familias y amenazadas, por eso renunciamos”, dijo el presidente junto al también renunciante vicepresidente Álvaro García Linera. “(Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo, secuestrando y maltratando a mis ministros, dirigentes sindicales y a sus familiares”, denunció Morales con nombre y apellido a los promotores del golpe respaldado por el gobierno de Donald Trump.

Lejos de un acto político voluntario, la dimisión de Evo, tras la renuncia de varios funcionarios de su gobierno extorsionados por la oposición, fue la salida pacífica que buscó el mandatario para evitar un baño de sangre contra la población civil, en una Bolivia donde las máximas autoridades de la Policía y el Ejército desconocieron la autoridad constitucional del jefe del Ejecutivo y le “solicitaron” -con las armas en la mano- que se apartara de su cargo.

Siguiendo el silencio de los líderes de la derecha sudamericana, como Sebastián Piñera y Mauricio Macri, el gobernador mendocino no emitió siquiera un tuit o posteo en Facebook para repudiar el golpe y solidarizarse con el pueblo de Bolivia y los residentes bolivianos en Mendoza, una de las comunidades de inmigrantes de ese país más importantes de la Argentina.

Tampoco se pronunció Cornejo en su carácter de presidente de la Unión Cívica Radical. Aunque el Comité Nacional de la UCR emitió anoche -recién a las 23.30 hs- un comunicado completamente ambiguo: “América Latina está viviendo jornadas particularmente convulsas. Hoy recibimos noticias de Bolivia que dan cuenta de una sucesión de hechos preocupantes. Entre ellas, la renuncia del Presidente Evo Morales, en medio de un clima de agitación”.

Captura: Twitter Unión Cívica Radical

El radicalismo explicó la ruptura del orden constitucional por la pretensión de Evo Morales de acceder a un nuevo mandato habilitado por la Corte boliviana: “No es justo someter a las sociedades al agobio, por una vocación de perpetuidad ilegal. Las autoridades electas en cada comicio deben gozar de la legitimidad que da la limpieza en dichos procesos”.

Si bien la UCR reconoció que las “tensiones deben resolverse en su marco legal sin injerencias ajenas al poder civil”, no condenó al candidato Mesa, ni al empresario Camacho, ni a las fuerzas de seguridad y armadas de Bolivia por la responsabilidad en la caída del gobierno de Morales.

Foto: Seba Heras

Finalmente, en los últimos párrafos de su comunicado, la UCR rechazó “las trampas”, “las injerencias externas”, y el “Golpe de Estado”, intentando equiparar al presidente constitucional renunciante con quienes provocaron violentamente su caída.

El comunicado del Comité Nacional de la UCR, a diferencia de otros de menos relevancia política, no lleva la firma de Cornejo ni de ninguna autoridad del partido.

 

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