El INTA realizó su “Jornada de Puertas Abiertas” en la Estación Experimental de La Consulta, para mostrar a la comunidad sus resultados y productos. Mientras tanto, hay preocupación por recortes presupuestarios.
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cumplió este año su primer medio siglo como ente estatal descentralizado, autárquico y federal.
En nuestra provincia las estaciones experimentales trabajan año a año en el desarrollo de sistemas de riegos, mejoramiento genético, ensayos con productos fitosanitarios, rendimientos y controles de plagas, entre otras actividades.
En esta jornada, técnicos y extensionistas realizaron -junto a agricultores locales- un taller en torno a los avances en el cultivo del ajo, el principal rubro de exportación de Mendoza. Además se llevó a cabo la presentación de productos de la propia institución.
Las escuelas técnicas del Valle de Uco, que trabajan con el Instituto durante el ciclo lectivo, también mostraron sus trabajos y las metas que alcanzaron en el desarrollo de herramientas que se transfieren rápidamente a los cultivos y las labores de las fincas mendocinas.
¿Puertas que se cierran?
Estas actividades han visto un desarrollo creciente de sus asignaciones presupuestarias en los últimos 5 años, según nos relataron algunos trabajadores del Instituto. Aunque el freno a este crecimiento comenzó a notarse a fines del 2016, cuando los fondos fueron disminuidos por el Ministerio de Agricultura, por “cuestiones administrativas”.
Hay preocupación dentro y fuera del organismo. Ya encendió una luz de alerta la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que reúne a más de 400 entidades del campo. Según esta entidad, la propuesta de presupuesto 2017 -del gobierno nacional- prevé podas financieras significativa para el Instituto. “El proyecto del Ministerio de Hacienda contempla para el INTA un presupuesto de $5.112 millones para el año que viene, una cifra que representa un recorte del orden de los $1.140 millones en relación con la inflación”, reseña un comunicado de la CAME.
Frente a la posibilidad de verse afectadas las partidas que sostienen el empuje de la tecnología agropecuaria que el INTA promueve, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap) entendió “que dicho recorte de recursos haría retroceder el trabajo que viene desarrollando el Instituto a través de todas sus estaciones y agencias para promover un mayor desarrollo productivo, como así también tendría impacto negativo en las acciones que viene generando en innovación tecnológica de insumos y procesos para el sector agroindustrial, agroalimentario y forestoindustrial”.
Estas instituciones han puesto en alerta a productores y productoras agrícolas y ganaderos a lo largo y ancho del país, ya que el ente posee agencias de extensión en todas las provincias argentinas.
Si bien se estima que el proyecto de ley de presupuesto se trate a principios de noviembre, el personal del INTA ya está trabajando para que el recorte no cierre ninguna de las puertas de la institución.
