Mientras los sectores concentrados de la soja, maíz, trigo y girasol acumulan fortunas, gracias al modelo económico de Cambiemos, más de 600 agricultores familiares llevaron sus frutas y verduras a la Plaza Independencia para exponer nuevamente la dramática situación del sector. Cientos de mendocinas y mendocinos hicieron filas para comprar diferentes productos de la tierra, a tan solo $10.

Fotos: Coco Yañez

“Del productor al consumidor”, podría ser la síntesis del mercado a cielo abierto que ayer se desplegó en la principal plaza de la Ciudad de Mendoza. Pero lamentablemente este lema resultaría parcial si obviamos que las y los agricultores familiares se ven nuevamente empujados a salir a la calle para exigir medidas urgentes que les permitan afrontar la crisis que viven los campesinos de Mendoza y el país.

Las políticas de la alianza UCR-PRO de ajustes, tarifazos, inflación, liberación de las importaciones y falta de regulación sobre los formadores de precios, hundió al corazón de las llamadas economías regionales a una situación de subsistencia, en contraste con el crecimiento económico del núcleo agroexportador de la Pampa Húmeda. A tal punto que las frutas y verduras que llegan a los consumidores tienen precios entre 500% y 1500% más elevados que lo que se paga al productor.

 

 

 

En ese contexto, el vaciamiento de las instituciones públicas que impulsaban el desarrollo rural, como la Secretaría de Agricultura Familiar, no ha hecho más que profundizar las problemáticas de quienes cultivan el grueso de los alimentos que llegan a la mesas de las familias argentinas.

Frente a esta crítica situación, las y los trabajadores organizados se concentraron este miércoles por la mañana en la Plaza Independencia con el afán de exponer sus problemáticas ante la sociedad y el Estado, y ofrecer sus productos a la comunidad a precios justos.

 

 

 

El “Feriazo” significó un llamado de atención sobre la cadena de formación de precios y un señalamiento hacia quienes, ejerciendo una posición dominante, fijan los valores de mercado de hortalizas y frutas que, paradójicamente, se adquieren a precio vil en las fincas y chacras, pero no están al alcance de todos los consumidores.

Al mismo tiempo, los manifestantes exigieron acceso a la tierra y reivindicaron una agricultura sustentable y no contaminante, y repudiaron la represión que la policía de la Ciudad de Buenos Aires realizó, el 15 de febrero pasado, sobre feriantes en Plaza Constitución.

De acuerdo con los organizadores de la manifestación de ayer, “la Agricultura Familiar y Campesina representan el 75% de los productores del país, pero ocupan solo el 18% de las tierras agrícola-ganaderas. A la vez, producen más del 60% de las verduras, y generan el 64% del trabajo permanente en el campo, por lo que contribuyen con el 27% del valor de la producción agropecuaria del país”. Cifras que ponen en evidencia que hay “otro campo”, más allá del conglomerado sojero, del cual depende una auténtica soberanía alimentaria.