La senadora provincial Florencia Canali presentó un pedido de informes para conocer si se ha establecido una custodia policial en el domicilio del diputado nacional. Fuentes del Ministerio de Seguridad ratificaron que el cuidado del predecesor de Suárez insume una asignación semanal de 24 policías, de 8 agentes por jornada. Privilegio que ningún exgobernador ostenta. Ante la necesidad de optimizar recursos por la pandemia, la austeridad vociferada por el mandamás radical queda resumida a su versión del populismo que tanto denosta.
Es conocida la importancia que Alfredo Cornejo le brinda a su seguridad, la de su morada y de su familia. De hecho, apenas asumió como gobernador decidió reincorporar en el mando de la división policial Custodia de la Gobernación de Mendoza a Camilo Uvilla, primer jefe operativo al momento de la creación del grupo, cuando Roberto Iglesias gobernaba la provincia en medio del estallido social por la crisis de 2001.
La preocupación de Cornejo por la seguridad de su entorno cuenta con otros antecedentes. Uno de los numerosos negocios de su hijo y ascendente empresario Lautaro -quien ocupa el domicilio familiar como sede para sus emprendimientos-, fue violentado en mayo de 2016, en pleno mandato de papá. Similar situación padeció “Caléndula”, el restorán de su esposa, ya en el ocaso de su administración.
Seguridad a tiempo completo
Ese problemático historial, sin embargo, no habilita al gobernador mandato cumplido al privilegio de la custodia policial. Ningún exmandatario provincial la posee y no hay información pública que constate que su actual función en el Congreso Nacional lo amerite.
Probablemente por esa falta de justificación, la senadora provincial Florencia Canali (Frente de Todos) presentó un pedido de informes al Poder Ejecutivo de cuenta “respecto a la custodia policial que estaría establecida en el domicilio del Diputado Nacional Alfredo Cornejo”.
La legisladora basó su pedido en base a “publicaciones e imágenes que circulan por las redes sociales que muestran a efectivos de la policía de la provincia de Mendoza custodiando” su domicilio. Situación que Canali demanda certificar y, en todo caso, explicar su razón y costo. Advirtiendo que “en el marco de la emergencia sanitaria y la crisis económica y social que estamos viviendo debido a la pandemia del coronavirus, nos preocupa el debido uso de los recursos del Estado provincial”.
Pero más allá del pedido de informes de la senadora y las imágenes difundidas en las adyacencias del hogar de los Cornejo, fuentes del Ministerio de Seguridad detallaron a EL OTRO en qué consiste la protección del ex gobernador: 8 agentes asignados por día que se desempeñan bajo la modalidad 24×48 (es decir, un día completo y dos de descanso), lo que resulta en un recurso destinado de 24 policías por semana.
¿Patrullaje al populismo?
Locuaz sempiterno en pos de su sobrevida política y a través de su cuenta de Twitter en el mediodía del domingo pasado, Cornejo se despachó contra el presidente Alberto Fernández ante presuntos nombramientos en ANSES. Sin miramientos, lo señaló como responsable de usar la pandemia “para esconder las peores miserias del kirchnerismo”.
Su posición le valió diversos repudios por la misma vía.
El mismo Alejandro Vanoli -titular de ANSES- calificó como falsa la afirmación de Cornejo, al asegurar que la entidad que dirige “no hizo 400 nombramientos de gerentes. Solo designó 85 titulares de UDAIS para reemplazar a más de 300 gerentes políticos de Cambiemos. Es malintencionado, porque busca con una chicana usar políticamente la pandemia”. Mientras que le sugirió seguir “el ejemplo diario de cuidado, conciencia y responsabilidad de millones de argentinos”.
Unas horas antes, su par sanrafaelino Omar Félix también reaccionó al posteo de Cornejo y le espetó que “la única miseria que resulta clara es la suya”. Contrastándolo con el jefe de gobierno porteño lo invitó a aprender “de los dirigentes responsables como Rodríguez Larreta, lo importante hoy es la vida, no hay lugar para las especulaciones económicas y mucho menos para las políticas”.
Un tanto más mordaz resultó la respuesta de Aníbal Fernández, actual interventor del Yacimiento Carbonífero Río Turbio (YCRT), quien al citar una nota con las aseveraciones de Cornejo expresó que “Don Juan Carlos Pugliese, un radical de verdad, decía: petiso que no es compadre, no es petiso, es agachado”.
Lo cierto es que más allá del debate virtual por las “miserias”, el actual gobernador Rodolfo Suárez deberá justificar el motivo por el cual se destinan frondosos recursos de Seguridad en provecho de un ciudadano que hoy desempeña una función política que no los estipula.
Aunque más allá de la respuesta formal del gobernador, el mismo Cornejo, en tanto dirigente “nacional” cambiemita, debería ocuparse en aclarar la situación. Sobre todo si pretende sostener su discurso de la buena administración, la revolución de lo sencillo y el orden de las cuentas (o lo poco que queda de él), lejos de los actos arbitrarios propios de lo que denomina populismo y en ocasión de una inédita crisis sanitaria, económica y social que no permite distorsiones de este calibre.
Porque sea compradre o no, agachado o de pie, el cacique del barrio Laprida parece estar bien custodiado.
