Tras un período de ostracismo, el director general de escuelas, Jaime Correas, debió retornar a la arena pública. La reestructuración de su cartera, la paritaria docente y gestos explícitos de rebelión entre funcionarios jerárquicos, expusieron un debate incómodo sobre su gestión. La tensión lo obligó a difundir sus logros a través de una nota de opinión publicada esta semana, en la que desparramó la agresividad que lo caracteriza. Aquí un repaso de sus dislates.

La primera línea de la DGE junto a Cornejo. Foto: Prensa Gob. Mza.

Comenzó el ciclo lectivo 2018, y con este, una serie de hechos y discusiones sobre la gestión educativa provincial se coló en la agenda pública. Falta muy poco para el inicio de clases y, cuando llegue ese momento, los docentes, así como todos los empleados públicos de Mendoza, comprobarán que el primer tramo de aumento salarial que el gobierno de Cornejo fijó de enero a junio ya se esfumó. Enero, según informó esta semana la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas), marcó 3,7%. Febrero es un mes corto, afortunadamente. Si el refrán involuciona cínico, “habrá que pasar el verano”.

Pero más allá del ridículo descrito, la siempre compleja labor del gobierno educativo es blanco de inquietudes que, aunque diversas, tomaron estado público en forma simultánea. Al estar acompañada de datos concretos, la disputa obligó a Jaime Correas a presentar batalla.

Foto: Prensa Gob. Mza.

En eso se concentra el director en estos días. Conservador por formación y convicción, recurre a la fórmula del éxito inicial y recuerda a la sociedad mendocina los despilfarros de gestiones anteriores. Sin reparar que por ahora el gastado cliché, el disciplinamiento vía ítem aula, el engaño inflacionario, los grandilocuentes anuncios de inversión en infraestructura o el presunto ordenamiento administrativo poco aportaron al mejoramiento del sistema.

Correas se encuentra acorralado tras camuflar un agudo ajuste económico que proyectó todos los males en el recurso humano, de por sí relegado. Su jefe lo notifica del asunto: “la educación está lejos del ideal”, tribunea Cornejo.

Seamos buenos: pocas transformaciones sustanciales podrían esperarse en dos años y monedas de gestión. Pero el clima que predomina en las salas de profesores cambió radicalmente. El presunto rédito agotó sus regalías. ¿Hay un plan en educación más allá del ajuste? Las manifestaciones públicas de los responsables gambetean el dilema.

El Licenciado Macarto

Foto: Coco Yañez

El viernes pasado la DGE (Dirección General de Escuelas) dio formal inicio al ciclo lectivo 2018. En una de las salas de la Nave Cultural se aglomeraron alrededor de 200 personas, mayormente funcionarios con rango jerárquico. La cita sirvió para exponer los “lineamientos educativos” para el año en curso y cobró relevancia institucional al contar con la presencia del gobernador.

El acto, de rutina garantizada, rumbeó inesperadamente. Algunos medios calificaron como “escandalosa” la situación. Mientras Correas describía alegremente su pericia y buen oficio, fue interrumpido por el murmullo generalizado de la selecta platea. La portavoz del malestar, con elocuente aliento de sus pares, fue una supervisora de Tupungato.

Este miércoles, en pleno ejercicio del modo house organ que habilita la pauta publicitaria, Jaime Correas publicó en la tribuna amiga de MDZOL una nota de opinión titulada “El consejo de la supervisora”.

El contenido de la columna -sin contemplar tramos de grotesca obsecuencia- centra su objetivo en descalificar la interrupción de la docente tupungatina a la que “se sumó otra supervisora, apoyadas ambas por algunas voces”, en medio de su exposición.

El relato de Correas califica a la díscola como una “peronista” que está “en contra de todo lo que hace este gobierno”. Según enuncia el director, no es el primer reclamo de la marcada, por lo que complementa el escarnio de costumbre: “participante de las gestiones kirchneristas”.

Foto: Prensa Gob. Mza.

El texto de descargo del funcionario se atora en un macartismo básico ya estéril y sobre todo ilegítimo. Aun omitiendo el aspecto ético, la reacción del ministro educativo denota una debilidad política sensible. Sea novedad o consecuencia, un berrinche de la magnitud exhibida el viernes promueve otras hipótesis. En un ámbito caracterizado por una férrea cultura del verticalismo –el mismo Correas confiesa su aprendizaje “el respeto a la vía jerárquica como una regla de hierro del sistema me ha sido transmitido en estos dos años justamente por las supervisoras”-, la revuelta huele a desautorización, malestares lógicos al margen.

Posverdad al cuadrado

Foto: Cristian Martínez

El mandamás de la DGE embarró más la revuelta del viernes pasado. En la forzada nota recordó que la supervisora “peronista” en su momento le recriminó sus dichos referidos a docentes que se comían la merienda de los chicos. Correas asegura que logró convencerla de no haber dicho lo que dijo.

Sin sonrojorarse, el licenciado añade que “en tiempos de la llamada posverdad (un conjunto de mentiras que circulan en las redes sociales y que los medios a veces incluso amplifican), es difícil rectificarse ante quien tiene una posición tomada con convicción religiosa antes de informarse”.

Foto: Prensa Gob. Mza.

Correas reniega de la partidización de la educación –chicaneando a los díscolos y díscolas- aunque adeuda una investigación y explicación sobre las incursiones proselitistas promovidas desde el oficialismo, en su momento denunciadas por EL OTRO. ¿Cómo es eso del populismo?

No es casual que el objetivo de su diatriba y estigmatización sea nuevamente una mujer. En la misma semana en que Mendoza volvió a ser noticia nacional por un triple femicidio, resulta oportuno recordar que la máxima autoridad de la educación, cuando ocupaba una posición jerárquica en el multimedios UNO, maltrató a una trabajadora hasta provocarle una incapacidad laboral permanente. El antecedente no es chisme de red social ni “convicción religiosa”, sino información objetiva que consta en una sentencia judicial de 2015.

¡Clink caja!

Foto: Coco Yañez

La reaparición de Jaime no se restringe a la escaramuza del viernes. Su cartera sufrió una sensible reestructuración, y por ende, acarrea premios y castigos. Se le exige caripela.

El flamante organigrama fue presentado en código de simplificación. Se generó una jefatura de gabinete a cargo de Graciela Orelogio, quien llega con cuotas de prestigio, capacidad y versatilidad, que la posicionarían incluso frente a una salida anticipada de su actual jefe.

Foto: Cristian Martínez

Se ponderó también la trayectoria de Emma Cunietti para liderar una reforma con mayor sintonía nacional y más factible en términos de ajuste: la educación superior. Decisión que desembocó en el descenso de Gustavo Capone, otro de los funcionarios que fue perdiendo autoridad entre los rectores de los exterciarios.

Finalmente, la administración se delegó en la escuela “K”. El superministro Kerchner aglomera gran parte de las “cajas” del Estado provincial. Caricias para la carrera 2019. Mismo dueño, fiel empleado.

El 5 murió en febrero

Foto: Coco Yañez

El único mérito comprobado hasta aquí de la nueva conducción del SUTE ha sido exponer con datos duros la realidad presupuestaria de la educación en Mendoza. También por eso Correas fue obligado a ser torazo en un rodeo que no previó ajeno. Incluso Cornejo debió dar alguna explicación.

Sin embargo, la negociación paritaria tiene final cantado. Resta conocer el dato sincero que las y los trabajadores de la educación transmitirán una vez que la oferta inflexible del Ejecutivo llegue a las escuelas, con dádivas sobrevaloradas capaces de reparar culpa y vergüenza.

Foto: Prensa Gob. Mza.

A las sombras del pronóstico, cada hora que pasa resulta calvario en los planes del gobierno provincial. A pesar de la cuota extorsiva que asume con la denominada “cláusula gatillo”, los datos económicos condicionan o relativizan cualquier criterio.

El gobierno propone 5% hasta junio, ecuación que gran parte de los sindicatos aceptaron y que ya choca con el 3,7% de inflación que la DEIE -el “Indec mendocino”- midió para enero.

¿Cláusula gatillo a principios de marzo, al inicio de clases? Parece otra bravuconada de Jaimito.

 


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