Quien ama el tango asume el riesgo y el placer de evadir lo trivial. En una noche de músicas y poesías intensas, nos dejamos llevar por Alejandro Guyot y Elbi Olalla hasta ese dulce abismo de “Piano canción”.
Fotos: Seba Heras
Este miércoles, en el hermoso auditorio del Colegio Profesional de Ingenieros y Geólogos de la capital mendocina, Elbi Olalla (Altertango) y Alejandro Guyot (34 puñaladas) presentaron su último disco, sin más ropajes que las voces hondas del piano y la poesía del tango en el cantor.
Luego de los conciertos de Buenos Aires, y a medio camino hacia Chile, Olalla y Guyot nos compartieron el disco “Piano canción”, acompañados de talentosos músicos, cantores y cantoras del colectivo Microtango y la banda/orquesta Altertango.
La pianista y compositora mendocina y el cantor y letrista porteño brindaron exquisitas interpretaciones de Corazón delator, Esclavo, La viajera perdida, Viejo bar, La violeta, Falso abismo, Héroes y La cerveza del pescador Schiltigheim, temas que construyeron un diálogo ecléctico y arriesgado entre Olalla, Guyot y un público que celebró, uno tras otro, con aplausos notoriamente emocionados.
Tanto en el inicio como en el transcurso y final del concierto, Elbi y Alejandro enriquecieron el álbum, que comienza a respirar el vivo de los escenarios, con sus amigos del tango cuyano que despunta con gran talento la canción urbana de este siglo.
Jerónimo Flores, Luciana Scherbosky, Laura Lorenzo, Gabriel Gutiérrez, Leonel Neirotti, Paula Bilen, Emanuel González y Javier Ledda -del siempre sorprendente colectivo Microtango- abrieron una noche que poco a poco creció con Ezequiel Acosta, Gerardo Lucero y Pablo Conalbi.
Los Altertango construyeron alternativamente el set donde caló “Piano canción”, la potente versión instrumental de Danzarín de Julián Plaza y el bis final con Everybody knows, logradísima versión discepoliana del clásico de Leonard Cohen y el oficio de Olalla y Guyot.
Otra vez en la superficie, enamorados e ilesos.
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