La pueblada que derribó de un plumazo la Ley cianuro en Mendoza desnudó en segundo plano la complicidad de los grandes medios de comunicación con la megaminería. Buena parte del colectivo en defensa del agua, tajante y atinadamente, denunció la confluencia de intereses de las empresas periodísticas con los promotores de la reforma de la 7722. Negocio versus derecho a la información. El confort de una lógica -cual si fuera magia- a caballo de la millonaria pauta que se llevó puesta a la partidocracia.

Foto: Seba Heras

Montajes, lobistas, militantes e independientes, arrastrados, mucha, pero mucha obediencia. Barritas, angustia y dignidad ¡vaya sorpresa!;  redes, nuevas tecnologías y consumo, consignas, punching ball, valores, patrones (o matrones), reinas y hegemonía. La victoria popular de fin de año despierta infinidad de interrogantes alrededor del ejercicio social de la comunicación. Deslizamos aquí, arbitraria y desordenadamente, respaldados en la duda, algunas de ellas. Confiades en que lectores contestarán con mayor profundidad y solvencia. También las podrían multiplicar,  ¿así como el Mudo hará con la pauta?

Solo a modo introductorio y sin ánimo de incidir en la trivia propuesta, planteamos una directriz, muy general y lejos del academicismo, a modo de enfocar flexiblemente el tema que aborda este texto: la comunicación.

Foto: Seba Heras

Partamos de la base de que es una cualidad o capacidad de nuestra especie, potenciada por lo tanto en cada salto evolutivo, sea individual o, sobre todo, colectivo. En la actualidad, cobró un protagonismo central y parece contener cada faceta de nuestro devenir.

Es obvio entonces que su administración se transformó en una clave ineludible, hace bastante ya, en las disputas y tensiones políticas. Pues el universo simbólico, el de las ideas, el del poder, el del deseo y los intereses, se pelea.

Foto: Coco Yañez

Antes de rumbear al foco del conflicto propuesto, es honorable recordar que en 2010, a través de la discusión de la vulgarmente llamada Ley de Medios -en sentido estricto: Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual– se socializaron muchos cuestionamientos al desigual entramado que el Estado fue cediendo a los grandes conglomerados de la información en nuestro país, entonado en una tendencia global. También es digno destacar que aquella magnífica legislación terminó siendo más importante en cuanto a socializar el conflicto que en encarar su resolución. El macrismo la haría trizas, con su marcha atrás.

El Estado, y quienes estén circunstancialmente a cargo de su administración, tienen el deber de comunicar sus actos de gobierno. La obligación no detalla el cómo. Ese modo, entonces, indefectiblemente queda determinado por equis valoración, en todo caso por una posición ideológica: ¿se fomenta la comunicación pública, social, o en definitiva es un gasto, porque que existen empresas que ya lo hacen? ¿La información es un derecho o un producto transable como un detergente?

Foto: Seba Heras

Sin divagar más, vamos al foco: en nuestra provincia el Estado, independientemente del proyecto o partido político que lo administrare, delegó o tercerizó gradualmente su manera de comunicar mediante el creciente presupuesto en pauta publicitaria.

Con más o menos negociación, reproches o tensiones, fue quedando prisionero de un poder que hoy, como sabemos, no se restringe a la rentabilidad del negocio informativo, sino más bien representa un factor de presión para integrar la explotación de los recursos estratégicos a su diversificación económica.

Foto: Seba Heras

En estos tiempos esa delegación de facultades trasuntó obscenamente en cerco informativo o blindaje mediático. La lógica absorbió a propios y extraños. Oficialistas y opositores, izquierda y derecha, conservadores y liberales (la conducta no es exclusivamente mendocina, sí su carácter ganso) sucumben a la presión y apuestan a comunicar desde los grandes medios. Pagar un servicio, concluyen, garantiza al menos el reclamo y exime invertir tiempo, ideas y recursos en el área. Pero, ¿es  comprobadamente efectivo?

Las consecuencias están a la vista: comunicar sin política puede funcionar en el corto plazo o coyunturalmente. Sin blindaje y merced al cruce de intereses, cualquier bodoque con micrófono puede ser mandado a la mierda si se encuentra al margen del servicio tercerizado acordado.

Foto: Coco Yañez

Los primeros días y primeras iniciativas del gobernador Suárez indican el mismo tropiezo. Aunque la dimensión del conflicto fue proporcional a la ineficacia del cerco mediático plagado de intereses económicos.

Otra vez, subestimación política y sobreestimación de la manipulación.

El error, sensatamente, debiera concentrarse en la faceta política. Porque la comunicación es subsidiaria.

Foto: Cristian Martínez

Ahora sí, breves interrogantes que redundan en la importancia de la comunicación, los medios y el ejercicio periodístico:

En medio de la toma de la ciudad, en algún momento el descontento se concentró en algunas sedes de medios de comunicación tradicionales. ¿Por qué?

Muches integrantes de esos u otros grandes medios provinciales acusaron agresiones y persecuciones de todo tipo. Incluso algunes teorizaron alrededor de conductas neofascistas. ¿La propiedad transitiva en base a la respuesta que antecede es taxativa? ¿Los trabajadores y trabajadoras de prensa equivalen a las empresas periodísticas en las que se desempeñan? ¿Algunes sí y otros no? ¿Por qué?

Foto: Cristian Martínez

Coincidís con la afirmación del ex ministro del Interior de la Nación, José Luis Manzano, actualmente empresario, en que “A veces, tener medios contribuye al negocio petrolero” ¿Considerás posible que esa condición no se restrinja solo al negocio petrolero? ¿Por qué?

En su discurso inaugural, el presidente Alberto Fernández se refirió a la relación con los medios de comunicación. Insinuó cierta revisión en la relación, pero aseguró que en tanto jefe de Estado no los llevará al precipicio pues contempla el trabajo que generan. ¿Coincidís con ese parámetro del presidente? En gran medida, ¿de quién dependen económicamente los medios de comunicación? Entonces, ¿los salarios de sus trabajadores?

Foto: Coco Yañez

El gobernador Suárez, un tanto resentido, en un momento rezongó que no alcanza con los medios tradicionales, se quejó del anonimato de las redes, propagadoras del odio y coso… ¿Cómo incidieron las nuevas formas de comunicación en la visibilzación y convocatoria a la resistencia? ¿El adversario se quedó dormido?

El peronismo triunfante en la última interna aprovechó eficientemente el segmento sub 30. Comunicó muy bien su perfil. ¿Qué les pasó? ¿Cómo revertir la ignominia?

¿Imagina usted, lectora, lector, por qué Suárez se sometió a la recepción de todas las piñas habidas y por haber, incluyendo arzobispo, representantes de las asambleas y cortejo vendimial?

Foto: Coco Yañez

Si la pauta manda y ordena todo, ¿cómo es posible que en todos los guasaps del mundo entero haya videos de los policías mendocinos de civil intentando infiltrar y embarrar el repudio popular? ¿Qué aportan las nuevas tecnologías en contraste a la manipulación permanente?

¿No deberían los medios sincerar sus intereses para en todo caso dar cierta legitimidad a sus mensajes?

El habitual método de las empresas periodísticas en medio de las crisis desemboca en despidos y precarización laboral, concentración y simplificación de sus unidades productivas. ¿El servicio informativo, si es que lo hubiera, no pierde calidad?

Foto: Seba Heras

¿El acceso a una noticia o información, su tono o línea editorial se equipara al consumo de una lata de duraznos? Peor aún, ¿una suerte de obediencia debida sobrevuela la labor del oficio periodístico? ¿Santoro para todos y todas es la solución en medio del lawfare?

Bajo la lógica imperante de la pauta y el confort, ¿los medios ayudan realmente al gobierno, de Suárez en este caso? ¿Podría el oficialismo incentivar el choque de neuronas en sus propias filas -y en la de todes- a su conveniencia?

Rody recurrió a la dificultad de convencer con argumentos su propuesta, considerando que las consignas del miedo y de propagadores anónimos son más efectivas. ¿Y las revoluciones de la alegría o lo sencillo, los túneles y las tormentas, el río y el esfuerzo, el orden de las cuentas y la buena administración, dónde quedaron? ¿En el mismo lugar que la justificación de incorporar veneno a nuestro suelo y agua porque en Mendoza hay 40% de pobres?

Foto: Cristian Martínez

Ese miedo que esbozó el gobernador reiteradamente, que se evidenció más propio que ajeno, ¿nació de un repollo? ¿quién lo promueve? ¿Qué rol han jugado históricamente los medios en esa jugarreta? ¿Qué se busca, en todo caso, ordenando a la Infantería tirar gases y tiros a lo loco en pleno centro mendocino, a la par del tour de compras de señoras y señores que disfrutan su café peatonal?

Volviendo al eje, la tercerización posibilita a los medios que facturan –con la plata de todos los mendocinos- una enorme capacidad de instalación y penetración en base a su inversión en diversas plataformas y redes. ¿Algún agente o funcionario del Estado, en tanto representante de la ciudadanía, se ocupa verdaderamente de certificar si esa medida es eficiente? ¿Monitorean calidad y cantidad? ¿Interpretan la recepción? ¿Auditan la interacción? ¿El Estado aprende algo con tamaña inversión o alimenta el big data de sus privilegiados beneficiarios?

Foto: Seba Heras

Si se entiende que esa sociedad gobierno-medios parece consolidada, ¿semejante  desliz político no derrama responsabilidades, al menos colaterales, en la contraparte mediática? ¿Y las cámaras mineras? ¿Y Sánz, y Félix? ¿Por qué los medios se escudarían en la inmunidad de la libertad de expresión, cuando una buena parte de la sociedad movilizada los identifica como actores interesados en defender su libertad de empresa?

Esta intensa semana de lucha que experimentamos en Mendoza, ¿posibilita cuestionarnos a cierta conformidad social respecto al consumo de información? ¿Valoramos realmente ese derecho humano? ¿Depende de la circunstancias? Reconocer e incluso señalar concretamente a ciertos medios en tanto integrantes de la red del veneno, ¿queda en eso nomás? ¿Mañana nos reiremos inocentemente del perrito que baila delante de la TV?

El triunfo popular con  semejante movilización, ¿preanuncia otras batallas?

Ojalá. Hacia allá vamos. Ahí estaremos. Nosotros #EstamosEnLaCalle #Siempre.

 

#BanderazoPlurinacional

El pueblo unido

Una “zanahoria” con olor a cianuro