Uno de los enólogos de la nueva generación de wine makers alzó su voz ante la incoherencia de las políticas públicas que benefician solo a las grandes bodegas. Lucas Niven, hijo del único referente legislativo del Partido Demócrata, dialogó con EL OTRO en su pyme de Junín.

Fotos: Seba Heras

Una joven atiende al equipo de EL OTRO apenas llega al lugar que alberga al proyecto Pala Corazón. Es una de las hermanas de Lucas quien está a unos metros del ingreso de la parcela donde se encuentran la bodega y la finca. “Ya lo llamo para que los atienda”, dice amablemente la mujer, antes de subirse a una camioneta con un carro para ir a buscar, a una viña cercana, un par de miles de kilos de uva para vinificar.

Las manos ajadas y el olor a vino encima. Niven (hijo) recibe al cronista y al fotógrafo de manera cordial, gentil, aunque con cierta pesadumbre. El tema es difícil y el contexto peor.

¿Cómo les cayó el acuerdo entre nuestra provincia y San Juan que este año llevó el porcentaje de mosto al 25% obligatorio del total de la producción?

Duele mucho que no nos ayuden a los que queremos hacer vino, que no apoyen con políticas públicas a los pequeños bodegueros. Este año vamos hacia una de las peores cosechas de la historia a nivel mundial, y el ministro (de Economía) Martín Kerchner, con mucha hipocresía, desde Alemania anuncia que el porcentaje de producción que cada bodega debe destinar a mosto, y no a vino, es del 25% del total.

Imponen ese porcentaje de mosto pero con la entrada de casi 100 millones de litros de vino importado, que para colmo es mayoritariamente vino básico. A mí me duele mucho ver que en la botella de Toro Viejo, que es un emblema nuestro, del “vino argentino”, indique en la etiqueta la procedencia de Chile.

Me calenté, firmaron el 25 % de elaboración de Mosto y nos siguen pegando fuerte a los que apostamos a trabajar. vergüenza Dujonvne, Kerchner y Cabrera. Leyes viejas, leyes que no suman, todavía esperando un cambio.

Posted by Lucas Niven on Friday, March 23, 2018

 

En las últimas semanas, Lucas Niven publicó un video, viralizado rápidamente en las redes sociales, donde plantea sin tapujos fuertes críticas hacia la política vitivinícola de Cambiemos.

 

¿Considerás que las autoridades provinciales o nacionales están tomando cartas en este asunto, que no nació con sus mandatos pero que es su responsabilidad abordar hoy?

La ley de mosto es del año 1994, y se renueva año a año el acuerdo con el que se pacta un porcentaje que evita un sobre stock vínico que haría caer el precio. No estaba ni está mal esa ley, pero es necesario un criterio y una coherencia a la hora de pensar los porcentajes.

¿Qué te dicen algunos? ¡Exportá! Y yo les pido que nos ayuden porque para exportar vino los procedimientos son muy complejos. Tenés que llenar un montón de papeles y los costos son elevados.

Yo a Cornejo y a Kerchner los mandaría al psicólogo para que entiendan este problema, porque cada vez que hablan de esto parecen no entender que solo benefician a las grandes bodegas y nos dejan de lado a los pequeños y medianos productores que corremos con la misma presión impositiva y con los mismos obstáculos que empresas muy grandes.

Y ojo, que no solo critico al oficialismo. También me pareció mal la postura de Omar Félix (NdR: diputado nacional del Partido Justicialista) que votó positivamente el porcentaje de uva destinado a mosto de este año. Porque en estos casos los legisladores deberían dejar de lado los colores políticos para priorizar las cuestiones de fondo.

A mí me causa mucha tristeza observar cómo algunos referentes como Sergio Villanueva, de la Unión Vitivinícola Argentina, afirman en radios y distintos medios que la vitivinicultura va hacia el monopolio y que el que no lo entienda la va a pasar mal. Yo no quiero que sigamos en baja el número de productores y bodegas. De un tiempo a esta parte, no menos de un 50% de los productores de vino dejaron la actividad.

El hijo enólogo de Marcos Niven, ingeniero agrónomo y diputado provincial del PD, comenta que esta pasión por producir se hizo más fuerte cuando en 2009 empezó a soñar con el proyecto Pala Corazón, que hoy llevan adelante entre toda la familia. Casi cuarenta años atrás sus abuelos iniciaban el camino.

Lucas encabeza una empresa que maneja volúmenes bajos con alta calidad y un enfoque bastante aggiornado en torno al marketing y la comercialización de la línea de productos que ofrecen. No es, para nada, un ejemplo generalizable de lo que sucede entre las bodegas pequeñas o medianas de Mendoza, pero Niven se animó a hablar de las angustias que genera la falta de acompañamiento por parte del Estado.

El video que posteaste en Facebook Live fue polémico. ¿Te contactaron medios?

Sí. Fue bastante raro lo que pasó porque algunos periodistas oficialistas me llamaron para decirme que estoy muy equivocado y algunos otros periodistas me contactaron y hablamos pero no salió publicado mi punto de vista en sus medios.

Niven reconoce que no es la estructura más convencional la de su bodega, a punto tal que fue su propia madre, junto a una diseñadora, la artista plástica encargada de plantear la etiqueta frontal de sus vinos, la misma marca que pegaron entre ambos en miles de botellas de las primeras producciones.

El enólogo de 34 años admite estar ansioso de escuchar la opinión de muchos colegas que lo apoyan en las críticas y de a poco se animan a hacer públicas estas posiciones.

El panorama no parece aclarar pero, terminando el café que acompañó la charla, el empresario finalmente asume que la posibilidad de generar los cambios tal vez se encuentre en el interior del sistema político y que quizá él pueda intentarlo.