Marisa Uceda encabeza la lista de precandidatos a diputados nacionales por el Frente de Todos en Mendoza. En diálogo con EL OTRO, la abogada laboralista rechazó la propuesta de flexibilización del trabajo de la alianza PRO-UCR, y descartó que el costo laboral sea un obstáculo para la producción en la Argentina. “Los tarifazos y las altísimas tasas de interés son las medidas del gobierno que están haciendo muy difícil o imposible la inversión”, puntualizó la militante kirchnerista, quien además expuso la necesidad de generar un nuevo sistema protectorio para el trabajo del futuro.

Fotos: Coco Yañez

La elección de Marisa Uceda como cabeza de lista del Frente de Todos, de cara a las próximas elecciones Primarias Abiertas  Simultáneas y Obligatorias de agosto, sorprendió tanto hacia el interior del peronismo como en las filas oficialistas.

La militante mendocina se develó para muchos como una cara nueva que irrumpió de la mano del triunfo interno de Unidad Ciudadana por sobre las estructuras más tradicionales del justicialismo. Uceda es la mujer que la candidata a gobernadora Anabel Fernández Sagasti busca sumar a la renovación de un Congreso Nacional que será clave, cualquiera sea el escenario político, a partir del 10 de diciembre próximo.

No es para nada casual que la precandidata secundada por Alejandro Bermejo sea una abogada laboralista. El deterioro sostenido de las condiciones salariales y laborales provocadas por la política económica de Cambiemos, y los crecientes debates sobre la necesidad de reformas en el sistema previsional y el régimen laboral, explican en parte el rol que deberá cumplir Uceda en la futura Cámara de Diputados.

Con la agenda laboral como eje prioritario, EL OTRO entrevistó a la precandidata en el sindicato de trabajadores de televisión.

Hace dos años la entrevistamos en este mismo lugar para conocer su posición sobre el proyecto de Oficina de Conciliación Laboral, propuesto por Cornejo para disminuir la “industria del juicio”. Su postura fue de absoluta oposición a la iniciativa del gobierno que terminó convirtiéndose en ley.  Hoy, con un camino ya recorrido, ¿cambió algo con la implementación de la OCL?

Una podría decir que la OCL hoy funciona porque tal vez se concilia un poco más. La cuestión es en qué condiciones se logran esos acuerdos. Con el tiempo he llegado a una conclusión parcial: aquello fue preparatorio de los despidos masivos que el oficialismo sabía que se iban a venir. En aquel momento el desempleo no había alcanzado los dos dígitos ni tampoco atravesábamos una crisis económica tan grave. Hoy los trabajadores despedidos van a la OLC y arreglan rápido porque necesitan la plata ya. Sin embargo, no se ha resuelto el problema de la Justicia.

Hace poco, empresarios afines al oficialismo plantearon la necesidad de una reforma laboral que facilite los despidos. Según ellos, esto permitiría aumentar las contrataciones laborales, disminuyendo el desempleo. ¿Cuál es su opinión al respecto?

Estos empresarios proponen contratar y despedir barato, es decir pagar pocos aportes por trabajador y dejarlos en cualquier momento en la calle sin poner un peso. De esta forma no le garantizan al trabajador ni el futuro ni el presente.

Esto no facilita las contrataciones, tampoco asegura las inversiones. Es el planteo de un dilema falaz. Hay pruebas concretas que demuestran lo contrario. Por ejemplo, hay sectores laborales como textiles y lecheros que firmaron convenios colectivos en los que incorporaron figuras de la reforma laboral macrista, como el fondo de despido o congelamiento de horas extras, salarios y categorías. Fueron sobre derechos laborales y son justamente los sectores a los que peor les ha ido. Allí están las pymes que más han cerrado y las ventas que no crecen.

Nada demuestra que recortando derechos de los trabajadores van a mejorar las inversiones y va a crecer la industria. Cuando a un trabajador lo dejás sin trabajo le desorganizás la vida y, en un contexto como el actual de alto desempleo, lo arruinás a él y a su familia.

En principio, la oposición a los proyectos de reforma laboral proviene de las organizaciones sindicales. ¿Para los empresarios mendocinos esta sería una solución?

He tenido la oportunidad de reunirme con pequeños y medianos empresarios, productores agropecuarios, viñateros, comerciantes, con cámaras de comercio, y ninguno dice que el costo laboral sea hoy su principal problema. El macrismo ya bajó los aportes y los salarios y, evidentemente, no mejoró la situación de las pymes. Los tarifazos y las altísimas tasas de interés son las medidas del gobierno que están haciendo muy difícil o imposible la inversión. Los empresarios reclaman poder acceder al crédito y no puede ser que tengamos que bancar a los “planeros” del sistema financiero. Estamos subsidiando a quienes especulan en el país y eso es una locura.

¿Qué cambió en materia laboral en los últimos años?

El gobierno llevó el índice de desempleo a casi el 10% en Mendoza, esos son los hechos concretos. Cornejo hace poco dijo que se habían creado 28 mil empleos en la provincia. Yo le pedí por Twitter, como ciudadana, que me mostrara dónde se habían generado esos puestos de trabajo, porque no sé dónde están. Pero no me contestó. Me llama la atención esa cifra porque el desempleo aumenta. Hace dos semanas visité a un productor de San Carlos que va a lotear su finca de malbec del 72, una joya vitivinícola, porque no puede producir, no puede comprar gasoil para combatir las heladas, no hay precio de referencia en el vino. El sector vitivinícola, salvo los grandes concentrados, ha sido absolutamente abandonado. El gobierno no acompaña para que no te explote quien te compra el vino.

¿Hay modelos en el mundo donde la fórmula de flexibilización y precarización haya funcionado?

Yo no sé a qué le llaman “mundo” cuando dicen que volvimos al mundo. Lo único que hizo Macri por la internacionalización fue cuando Boca ganó las dos Intercontinentales gracias a Bianchi, después no hizo más nada. Mientras todas las economías mundiales comenzaron a protegerse internamente, como Estados Unidos con Trump, cuando la guerra comercial entre China y los norteamericanos avanza, Macri propone una apertura sin límites. Les abrimos las fronteras a todo el mundo y tenemos cupos para la introducción de nuestras materias primas, no hay industrialización y pretende que volvamos a ser el granero o la góndola del mundo.

Los productores de Mendoza, como La Colina que ni siquiera tiene precio de referencia para la hojalata, no pueden producir y tienen que encontrarse con el durazno griego en las góndolas mendocinas. Las grandes economías se están protegiendo y nosotros estamos a contramano de ese mundo, regalando soberanía por todos lados.

En materia laboral se avizoran dos escenarios posibles: si Macri gana avanzará en la reforma y el peronismo ya plantea su oposición, y si Alberto Fernández triunfa parecería que ese no será un tema urgente de discusión. ¿Usted cree que es necesaria una reforma laboral en la Argentina?

El 10 de diciembre los que asumamos en el Congreso nos vamos a poner a disposición del presidente Alberto Fernández para todo lo que nos vaya solicitando y así sanear la economía. Vamos a tener que votar leyes que vuelvan a encender la economía, porque ellos sí nos van a dejar una pesada herencia y tenemos que volver a ordenarle la vida a la gente. En la primera etapa la discusión pasará por ahí: cómo acompañamos desde el Poder Legislativo esas medidas.

Después, claramente tenemos que reformular nuestro sistema laboral. Esto es natural, tenemos una legislación de 1975, el trabajador al cual Centeno le escribió la ley ya no existe más y si nosotros mantenemos esa estructura rígida vamos a dejar de protegerlo. Nos debemos una discusión sobre el trabajo del futuro. Me sorprende que solo Anabel Fernández Sagasti esté hablando de esto y el resto de los candidatos a gobernadores no lo plantee como central.

El trabajo del futuro es hoy, las nuevas tecnologías han irrumpido de una manera irreversible dentro de las relaciones laborales, las nuevas industrias son esenciales para sacar adelante la provincia. Hay que dar esta discusión porque hay que generar un nuevo sistema protectorio. A los trabajadores de Uber, de Rapi, de Glovo, de Pedidos Ya, de Mercado Libre y a los free lance que trabajan desde sus casas para decenas de empleadores no podemos protegerlos con la ley actual.

No se trata de prohibir estas nuevas modalidades de trabajo, pero sí hay que dar un marco de protección dentro de parámetros de justicia social.

 

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