La multitudinaria “Marcha por la vida” en la capital mendocina se tiñó de hostilidad hacia quienes apoyan la legalización del aborto. Desde el escenario, los organizadores de la concentración alentaron a un público que calificó de “asesinas” a las senadoras nacionales por Mendoza, la vicegobernadora y la ministra de Salud provincial. En diálogo con EL OTRO, Raúl Magnasco, referente nacional “pro vida” y principal orador de la tarde, acusó a Cornejo y Macri de no escuchar al pueblo.

Fotos: Coco Yañez

Este domingo, miles de mendocinas y mendocinos marcharon desde las calles San Martín y Garibaldi hasta la Plaza Independencia, para manifestarse en contra del proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, que el próximo miércoles tratará la Cámara de Senadores de la Nación.

Con pañuelos celestes, banderas argentinas, pancartas y un singular feto gigante, la multitud confluyó en torno a la fuente central de la principal plaza de la Ciudad de Mendoza.

Militantes de “Bandera vecinal”.

Las y los manifestantes abarcaron un amplio abanico, desde militantes neonazis de la agrupación política “Bandera Vecinal” hasta fieles, monjas, sacerdotes y pastores de distintos credos religiosos, pasando por familias completas que se sumaron a los acostumbrados cánticos “salvemos las dos vidas”, “legal o ilegal, el aborto mata igual” y “no al aborto, sí a la vida”.

Sin embargo, a diferencia de la última marcha del 10 de junio, previa a la votación de la media sanción de Diputados, esta vez el grado de hostilidad de una parte significativa del público fue creciendo, alentado por los organizadores.

“¡Asesinas!”

Mariana Soler, coordinadora de la marcha y única mujer en un escenario monopolizado por hombres, denunció que, con el silencio de los medios de comunicación, “en la Legislatura provincial se está debatiendo un proyecto de aborto sin límite de tiempo” y, tras anunciar que “vamos a defender a las dos vidas y a los mendocinos por nacer”, alentó a repudiar a miembros del gobierno y del Poder Legislativo.

“Nuestro gobernador dijo en febrero de este año que no iba a haber aborto no punible en Mendoza. Sin embargo, con mucha tristeza, escuchamos a la ministra de Salud (Elisabeth Crescitelli) decir que sí se están haciendo abortos en los hospitales públicos de Mendoza”, exclamó Soler, disparando primero los silbidos de la gente, y luego los gritos de “¡Asesina!” que replicaron tanto adultos como adolescentes, niñas y niños.

Lejos de llamar al respeto de las instituciones, ante abortos que se han realizado de acuerdo a legislación vigente desde 1921, Soler agitó aún más el clima de revancha: “Queremos hacer esta denuncia pública como se hacía otrora, en la plaza, que sea el pueblo el que le reclame a sus gobernantes que respeten la ley”.

A continuación, la dirigente “pro vida” difundió por los parlantes un audio de una entrevista radial donde la ministra Crescitelli reconoció que el sistema de salud de Mendoza realizó “la práctica de aborto no punible” en siete casos, durante el 2017. “¡Asesina, asesina, asesina…!”, fue nuevamente la respuesta del público.

Luego del intento de unas palabras conciliadoras del obispo auxiliar de la Iglesia Católica, Marcelo Mazzitelli, quien manifestó defender “la verdad incontestable de la vida” y propuso “no caer en la descalificación de los otros” y “no vernos a cada uno como enemigo del otro”, los ataques hacia mujeres políticas mendocinas continuaron.

¿Crisis de representación?

A diferencia de las marchas anteriores, esta vez el protagonista central no fue el médico Abel Albino, sino Raúl Magnasco, referente nacional de la ONG “Más vida”, quien viajó especialmente a nuestra provincia para participar del acto.

El militante, autocalificado como “apartidario” y “aconfesional”, ofreció un duro discurso que apuntó a la “crisis de representación” que estaría atravesando el país. Desde el escenario invitó a la concurrencia a pedir la renuncia del ministro de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein, y arengó ante un público fervoroso: “¡Fuera los abortistas de nuestro gobierno, son nuestro gobierno, nosotros los elegimos!”.

“Apréndanse dos nombres y dos caras: senadoras Verasay y Sagasti  (radical y peronista, respectivamente). Ellas van a votar por el aborto”, advirtió Magnasco y el reiterado grito “¡Asesinas!” ganó otra vez a buena parte de la multitud. “Busquen en Google, apréndanse, por favor, sus caras, sus nombres, porque ellas van a querer ser reelegidas. Las próximas elecciones sepan a quién no pueden votar”, insistió. “Hay que dejar limpios a nuestros gobiernos de este tipo de gente”, remarcó.

“Nuestro héroe en este momento es Julio César Cleto Cobos”, ponderó Mariana Soler cerca del cierre, e inmediatamente fustigó a la vicegobernadora de Mendoza: “Laura Montero le está pidiendo al senador Cobos que vote a favor del aborto, que vote en contra del pueblo mendocino”. “¡Qué se vaya!”, gritaron una y otra vez desde la plaza.

Los traidores

Al término de la concentración, EL OTRO dialogó con Raúl Magnasco, quien cuestionó al gobernador de Mendoza y manifestó sentirse traicionado por el presidente Macri:

Recién usted dijo que hay una crisis de representatividad. ¿En que se basa para afirmar esto?

A nosotros nos pasa, como tenemos más de un millón de seguidores (en Facebook), que la gente nos escribe y nos dice que se siente de alguna forma indignada porque la mayoría de la población argentina está a favor de la vida, rechaza el aborto. Siente una indignación cuando ve que se pelea voto a voto una ley del aborto, cuando la verdad es que no nos representa.

En el caso de Mendoza, de los tres senadores dos están a favor del aborto, por lo cual es muy contradictorio con un pueblo que está a favor de la vida.

En ningún momento el pueblo le da una carta libre a un representante para que haga lo que quiera, el pueblo le entrega la confianza del voto a un representante para que sea justamente representado en el Congreso.

Hay una crisis en eso, porque es como que los legisladores una vez que son electos hacen lo que quieren y no escuchan a su pueblo. Podemos llegar a entender que no conozcan a su pueblo, pero con el tema del aborto ha quedado muy claro, porque ha habido miles de encuestas en todos los medios, cientos de manifestaciones en todo el país, no una sino un montón de veces, y la gente ha salido a manifestarse de manera multitudinaria a favor de la vida, y todavía seguimos discutiendo.

¿Ustedes destacan la posición de Julio Cobos?

Correcto. Creemos que Julio Cobos es el único de los tres senadores que mantiene una postura acorde a la voluntad de su pueblo. Si el pueblo quisiera el aborto sería otro el escenario. El pueblo de Mendoza hoy rechaza el aborto. No puede ser que tengamos solo un senador que nos represente.

Recién fueron muy duros calificando de “asesina” a la ministra de Salud del gobierno de Alfredo Cornejo…

El pueblo está compungido ante tanto avasallamiento de la vida. Tenemos funcionarios que desconocen la realidad. Lo mismo pasó en la instancia nacional con (el ministro de Salud) Rubinstein que desconoce las cifras oficiales, que desconoce cuando inicia la vida humana.

Lamentablemente esta crisis no solo se ve en el palacio legislativo de la provincia y en el Congreso de la Nación. También se traslada a las casas de gobiernos donde encontramos a funcionarios que parecen totalmente ajenos a su función. Un ministro de Salud, como mínimo, tiene que conocer la realidad del aborto que es mucho más compleja de lo que dice el argumento abortista.

¿Ustedes responsabilizan al gobernador Cornejo de esta situación?

El gobernador tiene que asumir responsabilidad sobre esto, no puede seguir mirando para un costado. Su vicegobernadora (Laura Montero) no puede seguir asumiendo la postura que está tomando, porque la misión que tienen ellos de parte del pueblo es, justamente, gobernar y hacerlo con fidelidad al pueblo.

Esto podría tomarse como traición a la patria, de entrada, porque la función que le delega el pueblo cuando los elije no está siendo representada.

Si no tienen la formación necesaria y tienen una pila de asesores técnicos que están siendo abonados con los impuestos de todos nosotros, y ellos no conocen la realidad del aborto, la realidad del pueblo, tanto de los más humildes, como de los menos humildes, ellos no pueden gobernar, tienen que pedir ayuda. Si no lo quieren hacer, entonces entran en un grado de negligencia.

¿Se sienten traicionados por el presidente?

La verdad que sí, nos sentimos traicionados por Macri. Como la mayoría del pueblo que lo ha votado, he sentido una traición, porque el presidente Macri dijo que iba a estar a favor de la vida, dijo que iba a defender la vida desde la concepción hasta la muerte, y no lo está haciendo.

Macri no solo habilitó el debate sino que además lo ha impulsado, como lo hemos visto en Diputados. Al final de la votación, “las dos vidas” venían ganando, y tuvimos presiones de parte del Ejecutivo para que cuatro diputados se den vuelta y termine saliendo la ley.

 

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