El Instituto de Educación Superior de Formación Docente y Técnica, Tomás Godoy Cruz, implementará en el inicio de este ciclo lectivo una Consejería de Género que abordará institucionalmente las problemáticas de las mujeres que forman parte de la comunidad educativa de “el Normal”. EL OTRO entrevistó al rector Cristian Barzola.

Fotos: Luciano Viard

¿Cómo es la composición del estudiantado del Instituto?

El Normal está compuesto en estos momentos por casi 5 mil estudiantes que cursan en dos turnos: uno diurno -a la mañana y en la siesta- y uno vespertino que va de 18 a 23 horas.

En esos turnos hay diferentes perfiles, y en el de la mañana, por ejemplo, tenemos un 90% de mujeres que provienen, mayoritariamente, del secundario. En la tarde ya empezamos a ver más trabajadoras y trabajadores, y en la noche, que es el turno de más peso colectivo, tenemos principalmente mujeres trabajadoras que son madres, muchas veces de más de un hijo. Esta población tiene sus problemáticas puntuales, como dónde dejar a los chicos cuando se cursa, porque la mayoría de estas mujeres son sostén de familia.

Esta constitución del cuerpo estudiantil requiere un acompañamiento específico.

¿Esto se piensa para estudiantes?

No solamente. También pensamos en que puedan participar docentes y el personal de apoyo, ya que la educación está formada por mujeres y lo que afecta a las mujeres tiene un impacto directo en la tarea que desarrollamos en la institución. Pensando en esto generamos este espacio de la Consejería de Género que proyectamos como a un área en la que se atiendan, no solamente, necesidades jurídicas, sino también desde la que se pueda empezar a trabajar conceptualmente distintas problemáticas para abordarlas luego.

De esto se ocupan personas con perfiles que están en la institución como psicólogos y docentes con trayectoria en la temática. De hecho, terminamos resignificando esas tareas en la constitución de este espacio para poner en valor esos esfuerzos.

¿Cómo va a funcionar y quién la llevará adelante?

La Consejería va a funcionar semanalmente y se va a desarrollar desde el área de políticas estudiantiles, que es un espacio muy fuerte de la institución que genera una vinculación cercana a las y los estudiantes.

De hecho, el año pasado, políticas estudiantiles llevó adelante una campaña para juntar leche para hijos e hijas de estudiantes que lo necesitaban, y tuvo acciones sociales hacia fuera de la institución en el asentamiento Piedras Blancas en Godoy Cruz, organizando una vinculación muy interesante, y también está desarrollando una campaña para recolectar alimentos no perecederos, también para estudiantes que lo necesiten.

Además de este espacio del área, también habrá otro que va a ser más flexible en el que se harán efectivas acciones que tengan que ver con talleres, ateneos, charlas, acciones teatrales, pintura y diferentes expresiones artísticas que permitan la expresión de este nuevo lugar que tiene la mujer en nuestra sociedad, valorizando las voces de las mujeres de la institución, entre otras.

En esto está trabajando abogada feminista que está sosteniendo muchas luchas con una trayectoria amplia y una formación que le permiten abordar todas estas temáticas.

Y, vale aclarar, que el abordaje no es solamente hacia adentro de la institución. En el afuera provincial existen organismos que debieran ocuparse de problemas relacionados a la violencia de género y no siempre actúan eficientemente. A partir de allí también surge la idea del abordaje institucional para respaldar a las personas que van a cualquier organismo provincial a pedir contención o asesoramiento.

Es muy diferente hacer un reclamo personalmente que tener el respaldo de una institución educativa, con 130 años de trayectoria, que busca vincularse con los organismos específicos para dar respuestas a las ciudadanas que las necesitan.

¿Cuáles son las principales problemáticas que constatan?

Principalmente la violencia de género, que en los últimos años ha venido en franco aumento. En el mes de enero la cantidad de femicidios que se sufrieron nos alertó, y en la institución tuvimos desgraciadamente víctimas de esta violencia el año pasado.

En 2018 veníamos trabajando estas problemáticas y, de alguna manera, pareciera que la coyuntura económica, social y cultural que atraviesa el país y Mendoza, da paso a que estas expresiones terribles de violencia salgan a la luz de la peor manera, con daños irreparables.

La violencia de género es uno de los temas que más nos preocupan y con estas acciones, además de intentar contribuir con nuestro granito de arena, también creemos que podemos contagiar a otras instituciones para que se fijen como objetivo este tipo de luchas con acciones concretas, que desde lo institucional pueda generar un efecto multiplicador.

Somos conscientes de la complejidad de la problemática y sabemos que son problemas multidimensionales que no se “arreglan” con un área nada más, pero entendemos la responsabilidad que implica ponernos a disposición y empezar a colaborar en esta causa.