Paula Bilen es poeta, cantante y fervorosa impulsora de Indeseables / Poesía Itinerante, el colectivo artístico que se presenta hoy en la Feria del Libro de Mendoza.

Fotos: Coco Yañez

Termina el pucho en la vereda y se sienta ante nosotros con su sonrisa permanente y un libro de regalo para EL OTRO, “motor incansable y necesario en tiempos de ceguera y desolación”, de acuerdo con el puño y letra de su cariñosa dedicatoria. En Alternativa al tiempo, de eso se trata, leemos que Paula Bilen pronunció que “ha de ser el Poeta quien desarme, de a momentos, la necesidad de sentirnos suficientes en carne y palabra”, y auguró que sea “un Ser de consciencia constante, despierto desde el filo de los ojos hacia el centro”.

Desde sus mirada enfática hacia afuera desprendemos las primeras palabras de quien se define como poeta durante el día, cantante de tango por la noche, y motor de Indeseables / Poesía Itinerante, el movimiento cultural independiente que reúne periódicamente a escritores con hacedores de otras disciplinas del Arte.

¿Cómo come por abajo la poesía? ¿Qué están viendo emerger?

Uno larga las cosas y solitas vienen, digamos, se van armando. Nuestra idea con el movimiento era que se acercaran los jóvenes, gente que tal vez le tiene temor a acercarse a otros espacios de los cuales nosotros medio que nos autoexiliamos.

Quisimos crear un espacio diferente, como más abierto y desprejuiciado. Se ha armado algo mucho más hermoso de lo que nosotros esperábamos. Siempre viene gente diferente. Hay gente que va constantemente a todos los encuentros, jóvenes que se van sumando, gente que escribe cosas muy distintas a las que se vienen escribiendo. De repente el espacio es un micrófono abierto, puede recitar cualquiera, hay personas que van y actúan sus poemas, los recitan, o van con músicos.

Y del público surgen escritores que agarran el micrófono y largan…

Sí, sí, es re lindo. Es lo que nosotros esperábamos, que la gente vaya y se sienta así. Pero uno no puede forzar eso.

¿Y dónde estaban esos poetas?

(Risas) No sé, yo creo que detrás de la pantalla, leyendo quizá, publicando sus cosas, o en sus cuadernitos. No sé, yo estuve mucho tiempo también así, en mis cuadernos metida, y me asustaba un poco la idea de sacar las cosas. Y cuando me acerqué a los primeros espacios, creo que me metí mucho más adentro mío.

Según mi experiencia, eso es lo que les pasa a veces a las personas jóvenes. Se sienten como que los van a juzgar, por lo que ya está, o por las cosas nuevas que hay y que están buenas. También pasa que, por amiguismo, los grupos son medio cerrados o elitistas.

Hay algo, que también se percibe en otros ámbitos, de una especie de rebeldía a la institucionalidad. En el tango que se hace en Mendoza, por ejemplo, no se pide permiso, se toca y no se está en la dificultad sobre la definición de qué es y qué no es tango. En literatura, ¿qué es poesía y qué no es poesía? ¿Quién se dice poeta?

Yo hablo desde mi experiencia porque es lo único que conozco. Antes de conocer a la Melissa Carrasco estaba muy peleada con el término poeta. Para mí misma, decía: “¿Qué me voy a venir yo a decir poeta?” Imaginate todos los monstruos que yo leía, y decía: “Estos son poetas, esto es poesía”. Me encontré con la Melisa y empecé a perder el miedo, porque la poesía no es solamente un libro y lo que vos decís, las instituciones o lo académico, la poesía está en todos lados, en la calle digamos, y eso es un poco lo indeseable, la poesía del margen.

Hay que buscar la poesía no solo en los libros, sino también en qué te dice la calle, la cara de una persona que te cruzás en la calle y te putea, o una persona que está durmiendo en una esquina.

A nosotros no nos gusta mucho esto de los géneros, porque en la narrativa hay poesía todo el tiempo. Por eso nuestro grupo se llama Poesía Itinerante. Hay gente que se nos acerca, tal vez, y nos dice: “¿Puedo leer un texto narrativo? Yo no escribo poesía”, y nosotros les decimos: “Sí, si lo hacés, vos leé lo que escribís”. Nosotros tratamos de buscar la poesía en todos lados.

Hay una ética que estás planteando: la poesía es el otro…

(Risas) Sí, absolutamente, del margen.

Y desde lo estético, ¿qué?

Yo encuentro belleza en la poesía cuando me dicen la verdad. Y no filosóficamente “la” verdad. Cuando encuentro que el texto me está diciendo algo sincero, desde un lugar sincero, ahí encuentro poesía, cuando hay verdad. No es una imitación de uno mismo. No es decir: “Yo quiero plantear tal cosa”, sino decir las cosas, así (apunta sus manos hacia el cuerpo), visceralmente.

¿Y puede estar en un verso, en prosa o en un guión cinematográfico?

Exactamente, sí.

Lo que proponen es traer la poesía a un escenario y decirla…

Claro. También esa es la oportunidad de decir: “Bueno, yo escribo en un cuaderno y tengo una necesidad de expresar”. Si está esa necesidad de expresar en un papel, está también la necesidad de decirlo, de decírselo al otro, esa necesidad de comunicación humana e instintiva. Eso también es nuestro espacio, y por eso nos vinculamos constantemente con otras disciplinas artísticas.

Además, queremos que no se produzca la diferenciación “yo soy poeta y vos sos público”, sino que sea circular.

Esta semana en Le Parc, ¿van a generar esas condiciones?

Sí, nos han dado un espacio este lunes (por hoy) en el marco de la Feria del Libro y hemos metido de todo. Hay música, teatro, poesía, varios poetas jóvenes y también algunos que ya son reconocidos en la provincia. También vamos a presentar nuestra editorial con Melissa.