La cantautora y compositora brasilera Kátya Teixeira fue convocada por la cantora mendocina Analía Garcetti para iniciar en Argentina un proyecto de cartografía musical de nuestra tierra, siguiendo la experiencia brasilera del Circuito Dândó “Dércio Marques”. EL OTRO compartió una tarde con estas mujeres que hacen de su voz al pueblo.

Por Penélope Moro – Fotos y video: Cristian Martínez

Cada vez que Kátya habla de su país lo hace refiriéndose a “mi tierra”. Investigadora de la música popular dice que en nuestra “tierra”, Argentina, las voces femeninas son graves y tiernas: “como voces nacientes de la Pachamama”, para distinguirlas de las brasileras a las que reconoce “agudas, casi de falsete”. Lo cuenta en un clarísimo “portuñol” mientras mira a Analía Garcetti, su anfitriona en Mendoza.

Mercedes Sosa engloba a sus referentas del movimiento de mujeres cantoras al que considera hoy “más fuerte que nunca”. Además de las imprescindibles como Violeta, Mercedes y María Bethânia, allí ubica a Clara Nunes, Elis Regina, Miriam Makeba y muchísimas que no quiere nombrar “para que ninguna falte.”

¿Por qué creés que el movimiento de cantoras está fuerte?

– Porque las mujeres tenemos mucho para decir. Porque sabemos organizar y organizarnos.

Kátya llegó hace días a la provincia de la mano de Analía, quien estuvo un mes y medio recorriendo el Circuito Dândó “Dércio Marques” en Uberaba, Minas Gerais, una ruta social que formula la presencia en distintos pueblos brasileros, 50 en total, de músicos de diversos orígenes dispuestos a transitar conciertos e intercambios culturales autogestivos. “Los artistas de otros países que participan, como fue mi caso, sólo tienen que costearse el pasaje de ida. El resto es todo resultado de la autogestión gracias al movimiento cultural y a la suerte de economía popular que genera”, explica Garcetti.

Cuatro años de vida lleva el proyecto en Brasil que este año comenzó a replicarse en Chile bajo la denominación de la Ruta “Violeta Parra”, coordinado por Tita, la nieta de la mítica Viola; aquí, en Argentina, es nuestra cantora, Analía, quien proyecta la iniciativa con algunas adhesiones concretas que por estos días le llegan desde Jujuy, Neuquén y Buenos Aires.

La visita de  Kátya Teixeira tiene todo que ver con este incipiente movimiento cultural en Mendoza. La antesala serán los dos conciertos que prepara para este viernes y sábado en El Retortuño, promovidos por su par, la Garcetti, y que brindará acompañada de otros grandes músicos como Alejandra Bermejillo, Gabriela Fernández y Nahuel Jofré. Apenas llegada ofreció un taller de música tradicional de Brasil para músicos y estudiantes mendocinos.

Dércio Marques fue un violero y compositor icónico de la música profunda en Brasil que culminó su existencia física en 2012, es por eso que el circuito se monta con el fin de mantener activa su memoria y legado. En palabras de Kátya, cofundadora de ese camino junto a la cantora Nádia Campos, entre otros, “Dércio polinizaba la música, llevaba semillas de una parte a otra. Eso hacía con la cultura de América, y nosotras tratamos de hacer lo mismo, semillamos”.

Estas rutas que ya poseen base en Brasil y Chile, y que Analía comienza a gestar en Argentina, tienen el fin del “intercambio y la comparta” humana y profesional entre músicos y hacedores culturales, anfitriones y visitantes. “Es mucho más que unirse para hacer conciertos, es ideología porque se trata de una forma de vida”, señala Garcetti para completar las nociones de su compañera.

Cada vez que Kátya y Analía se encuentran en la mirada corporizan el término complicidad. Lo vuelven sustantivo concreto que baja desde sus ojos hacia sus gargantas, pasa por sus manos, se aloja en sus vientres y llega hasta los pies, todos conectados a imaginar y crear cartografía musical de nuestra tierra.

Umbigo e flores

Kátya es cantante, multi instrumentista y compositora paulistana, también investigadora de la cultura popular de “su tierra”: en su trabajo musical trae como resultado las tramas musicales de los andares por su Brasil profundo. Rescata y tamiza saberes de las manifestaciones culturales auténticas de América Latina.

Este año celebra 24 años de vivir de la música, aunque se alimentó de ella desde antes de nacer a través del “umbigo”, palabra que dice con una calidez que acuna al más desvelado, porque su madre, padre y abuelos la rodearon de cantos y ritmos cuando aún no llegaba a este mundo. “Sí, todos músicos en la familia pero yo soy la primera generación que vive de ella profesionalmente, y todavía no sé cómo lo hago”, dice en un lenguaje que mezcla palabras y carcajadas. En mayo lanza su sexto disco editado: “Las flores de mi patio”, el primero con composiciones ciento por ciento propias. Aquí los frutos de aquellas semillas.

Es morena, robusta, de rizos intensos y mirada honda que enmarcan la interminable sonrisa mediante la cual cuenta que tenía apenas once años cuando subió por primera vez a un escenario: “fue para cantar una canción de mi abuelo, me temblaban las rodillas”. Difícil de imaginar para quien la ve y la escucha, recuerda que para apaciguarle el temor su madre le aconsejaba “no hija, mira hacia el fondo del salón, encuentra un punto, fija la vista y sigue cantando.” Remata que nunca pudo seguir el consejo, sola encontró la forma de relajarse tras el micrófono acompasando con su cuerpo el propio canto.

“Empecé mis primeros discos buscando entre mis orígenes, y recién puedo decir que el sexto es verdaderamente autoral, porque en ´Las flores de mi patio´ las canciones hablan de mi alma”.

Siguiendo otros consejos de su madre, Kátya volvió a su lugar de nacimiento para grabar el último disco: “viajera vuelve siempre a la tierra donde está enterrado tu ombligo”. Así fue como la cantora retornó a la periferia de San Paulo, la mata atlántica que sigue hasta el sur. Allí, frente al mar grabó “Las flores de mi patio” con sus propios instrumentos: “fue volver a mi origen”

¿De dónde surge tu canto Kátya?

“Mi canto surge a partir del canto de la gente, hay música en todo, en la manera de trabajar, en la religiosidad, en la oralidad.”

¿Por qué cantan ustedes?

“Canto para para materializar el alma”, responde Analía. “Yo porque no sé hacer otra cosa, canto por todo”, cierra Kátya.

 


 

 

Ficha:

Lugar: El Retortuño: Dorrego 173 Guaymallén, Mza. / Reservas: 261-4316300

Viernes 31/3 – 22 hs: Kátya Teixeira junto a Grabriela Fernández y Analía Garcetti

Sábados 1/4 – 22 hs: Kátya Teixeira junto a  Alejandra Bermejillo y Nahuel Jofré