Porteadores, guías de montaña, arrieros y campamenteros del Cerro Aconcagua padecen el descontrol sobre los servicios del Parque. Despidos, estafas, vaciamiento de empresas y ausencia del Estado constituyen la sombra de un negocio turístico dolarizado que está concentrado en pocas manos. Trabajadores reclaman por sus derechos y denuncian irregularidades.

En 1.983, el decreto–ley 4.807 creó el Parque Provincial Aconcagua. Decreto tras decreto fue cobrando forma la administración del paraje, transformado en un atractivo que coloca a Mendoza en la vidriera mundial de las actividades turísticas de alta montaña. El decreto 1.034 de 1.989 estableció que el Parque sería administrado por la Dirección de Recursos Naturales Renovables, área que terminó de regular a través de resoluciones su actual funcionamiento. A pesar de haber diferentes iniciativas, aun no se ha tomado en cuenta ningún proyecto de ley que establezca con precisión las actividades laborales que se realizan habitualmente en ese predio.

La mejor ley es la que no existe

La situación de los trabajadores es calificada como de precariedad absoluta por Romina Slipak, patrocinante de los damnificados de Inka Expediciones: “hay una complicidad del Estado, porque es quien concede la explotación del Parque, pero al mismo tiempo no realiza ningún tipo de control a las empresas sobre la situación que atraviesan los trabajadores, que cumplen funciones esenciales en la estructura del servicio y son sujetos de fraude laboral al obligarlos a inscribirse como monotributistas”.

Un reciente comunicado de trabajadores advierte la concentración empresarial y la complicidad estatal: “esta situación aberrante, anárquica y descontrolada con que se manejan las empresas en el Parque Aconcagua tiene como responsables no sólo a los dueños y gerentes de las empresas, Sebastián y Pablo Tetilla (INKA EXPEDICIONES), o Manuel Martín, Valentín Redondo, Martín Grech (AYMARA TURISMO/ACONCAGUA TREK), sino principalmente al Estado provincial, que este año les renovará nuevamente las licencias a precios bajísimos para que sigan operando de esta forma como lo vienen haciendo hace más de 20 años”.

Despidos y estafas

Un primer punto de conflicto se evidenció en la temporada 2014-2015, cuando porteadores de la empresa Inka Expediciones decidieron realizar una huelga para reclamar mejoras en sus condiciones laborales. Tras la firma de un acuerdo que incluía algunas de las demandas, la empresa, en la temporada siguiente, no los convocó a trabajar, desconociendo lo rubricado. Al respecto, Slipak señala: “iniciamos una medida cautelar en la II Cámara del Trabajo, que entendió que existe una relación laboral y por lo tanto falló que se debe reincorporar a los trabajadores en esta temporada, por lo que estamos trabajando para que ese dictamen se haga efectivo”.

Reclamo en Subsecretaría de Trabajo de Mendoza
Reclamo en Subsecretaría de Trabajo de Mendoza Foto de archivo

El último escalón comenzó a vivirse al terminar la temporada 2015-2016, en marzo de este año, cuando se cristalizó un típico vaciamiento de Aymará, una de las empresas con más trayectoria en el servicio. Con el argumento de un presunto traspaso o venta, Aymará le dio paso a Aconcagua Trek. Rodrigo Vergara, uno de los damnificados, aclara: “Hace dos o tres años se hace el traspaso y en el transcurso de ese tiempo yo seguía trabajando para Aymará pero había servicios que los ponía a nombre de Aconcagua Trek. De hecho en esta última temporada, si bien  mi credencial como porteador decía Aconcagua Trek, era la misma gente, infraestructura, oficina y depósito”.

La supuesta venta, según el comunicado de los trabajadores, sirvió para materializar un fraude: “Aconcagua Trek, es el sello mediante el cual se llevó la estafa a más de 54 trabajadores que todavía no cobran su sueldo, ya se encuentran en situación de despido y se les entregaron más de 250 cheques sin fondos”, dice el comunicado. Vergara detalla que “en enero empezamos a preocuparnos porque no nos depositaban el dinero. Sube el personal de recursos humanos y nos informa que como tenían problemas financieros, nos iban a pagar en cuatro cheques: marzo, abril, mayo y junio”. Pero el problema no se resolvió. Vergara, recuerda que “fui uno de los últimos que bajó y me dicen que el primer cheque era para mayo. Renegocio y arreglo siete cheques, el primero a cobrar el 15 de abril. El 12 nos convocan a todos y empiezan a apretarnos para que no sellemos los cheques ni iniciemos acciones legales porque no cobraríamos nunca, porque la empresa estaba en quiebra, algo que no está comprobado”.

Efectivamente los cheques no tenían fondos. Vergara acudió a cobrar el suyo y lo corroboró. Hoy tiene los siete cheques sellados, está desempleado y litigando en la justicia para hacerse de su salario y recuperar su trabajo.

Mientras, comenta que el desafío es sindicalizarse incorporando a todas las actividades que prestan servicio en Aconcagua: arrieros, guías, campamenteros y porteadores, para hacerse fuertes ante el combo que conforman empresarios inescrupulosos y Estado ausente. “Hoy le están pagando a algunas personas con arreglos extrajudiciales aprovechándose de la situación económica y el ahogo. Les ofrecen el 30%, 40 % de la deuda”.

Temporada de ofertas

A partir de la experiencia reciente, los trabajadores alertan que “INKA EXPEDICIONES, a través de su contador verdugo de los laburantes, Mariano Castelli, intenta recrear la experiencia Aconcagua Trek intentando conformar una ‘empresa de porteadores’ vaciada de capital para poder negrear y despedir laburantes sin ninguna complicación al igual que su competidor”.

La Dra. Slipak sostiene que “los trabajadores de Aconcagua se encuentra desde hace más de dos décadas totalmente precarizados, sin ningún tipo de regularización laboral y temporada tras temporada renuevan la expectativa de que estas empresas, que tienen monopolizados los servicios del Parque, los llamen para trabajar. Mientras tanto, la letrada como los trabajadores, aseguran que las empresas están convocando a estudiantes del IEF (Instituto de Educación Física) para las próximas salidas, un insumo barato para los empresarios, que atenta contra la antigüedad y estabilidad de los trabajadores del Parque.