La paridad de género en las listas -adoptada por el justicialismo mendocino- permitió que mujeres encabecen las nóminas de candidatas a la Legislatura provincial. En la víspera del Día de la lealtad peronista, dialogamos con Andrea Blandini, candidata a senadora por el tercer distrito, de la lista Somos Mendoza.

Fotos: Coco Yañez

A contrarreloj, la campaña no se detiene ni en los feriados. Este lunes, a menos de una semana de las elecciones legislativas, la docente Andrea Blandini se dispone a grabar un mensaje “para la militancia” a propósito del 17 de octubre. A 72 años de aquella fecha fundamental de la historia argentina, y del justicialismo en particular, EL OTRO dialogó con una de las mujeres peronistas que se abre paso entre la hegemonía machista, en la sección electoral que contempla los departamentos del Valle de Uco, Godoy Cruz y Luján.

“Lo que pasa en la calle es muy diferente de lo que muestran la mayoría de los medios. Los y las mendocinas están muy preocupadas y reflexivas. Hay una posición diferente respecto de las PASO, le gente se pone contenta de ver a los militantes peronistas que proponemos una renovación recorriendo los barrios, y esto parece poner nerviosos a algunos dirigentes del oficialismo”, nos dice la trabajadora de la educación y dirigente social, quien además se muestra esperanzada con los resultados del próximo domingo: “No hay que subestimar estas elecciones, hay mucha reflexión en la gente, de todas las edades, y están convencidos en ir a votar, en que el voto puede ser una herramienta de transformación”.

¿Cuáles son los principales reclamos, las demandas que le transmiten en la calle?

Lo primero que se plantea son los problemas económicos que están sufriendo los trabajadores y trabajadoras. La economía de los humildes está absolutamente devaluada, la plata no alcanza. Muchos reconocen que en los últimos años se había logrado tener lo mínimo, y un poquito más, y que ahora lo básico no se puede sostener.

En las PASO la participación de las mujeres fue muy importante. ¿Percibe una postura especial en estas elecciones de parte de ellas?

Estamos siendo negadas absolutamente por los gobiernos nacional y provincial, y creo que de parte de muchas mujeres hay una percepción de la importancia de hacerse oír en las urnas.

Hay un total desfinanciamiento de las políticas que tienen que ver con perspectiva de género y promoción de la igualdad. No solo en políticas para proteger a las mujeres en situación de violencia, sino también en aquellas herramientas que puede brindar el Estado para asegurar el acceso al trabajo, o la participación política efectiva.

En el presupuesto nacional 2018, el presidente Mauricio Macri ha negado los fondos para sostener una política de género, el Consejo Nacional de las Mujeres ha quedado reducido a un Instituto donde el Estado se desvincula de las políticas públicas en favor de nosotras.

A nivel provincial, desde su visión, ¿cuál es la mirada que tiene el gobierno de Alfredo Cornejo sobre las problemáticas que afectan particularmente a las mujeres?

Cornejo parece querer mantener una especie de “normalidad social” donde las mujeres no tenemos ningún espacio más que cuidar a nuestros hijos y quedarnos en nuestras casas a hacer las tareas domésticas, o en un lugar secundario respecto de los hombres.

Queda claro en la campaña: el gobernador presenta a una mujer pero esa mujer no se expresa, está en un segundo plano. Está en las fotos, en las propagandas, pero Claudia Najul, como mujer candidata a diputada nacional, no dice qué voz de las mujeres quiere llevar al Congreso.

En Mendoza, sí se inauguró un refugio para mujeres, a partir de un proyecto que inició el gobierno anterior, pero hoy no hay un enunciado claro sobre cuáles son los próximos pasos a seguir para visibilizar las problemáticas en cada uno de los departamentos de la provincia ni cómo hacer para que las mujeres seamos independientes. Es necesario garantizar el acceso a la vivienda, trabajo digno, salud pública gratuita, posibilidades de transporte, etc.

Los femicidios son la forma más extrema de violencia machista, pero además hay otras maneras constantes de violencia hacia las mujeres, y parte de esto se expresa desde el poder político actual. No es casualidad que detengan a una mujer como Patricia Stibel en un colectivo, que la metan presa acusándola de no pagar un boleto, y que el gobernador la trate de mentirosa y delincuente.

El ítem aula apunta fundamentalmente a las mujeres. El Director General de Escuelas tiene una causa judicial donde se demostró que ejerció violencia contra una mujer hasta enfermarla. La Provincia dejó de publicar los listados mensuales de deudores alimentarios en los diarios. Todas estas son las injusticias que sufrimos las mujeres en Mendoza.

¿Desde el peronismo hay una perspectiva distinta?

Estamos dando avances importantes. En lo político, por ejemplo, hemos logrado la paridad de género. Las listas se han conformado obligatoriamente con el 50% de mujeres y el 50% de hombres. Yo no sería candidata a senadora en primer término si no hubiéramos logrado esa paridad.

Ahora es necesario que ingresemos al Congreso, a la Legislatura, a los Concejos Deliberantes a defender esa paridad y proponer proyectos con una perspectiva desde nosotras.

Las mujeres en el radicalismo, en cambio, no pueden decir lo que quieren para las mujeres. Todas aquellas que forman parte de las listas de Cambia Mendoza no están expresando lo que realmente quieren, por la presión que se ejerce desde la conducción de ese partido.

Puntualmente, ¿cuáles son las propuestas que quiere llevar al Senado provincial?

El punto de partida es defender a las mujeres laburantes, a las más vulnerables, a las madres que sufren la discriminación de sus hijos porque son morochos y pobres y la policía se ensaña con ellos.

Desde la política, queremos generar espacios de autonomía para las mujeres, que seamos reconocidas como sujetos de derechos. Queremos más y mejor educación sexual, presupuesto para la protección integral de la mujer, que se enseñe en las escuelas para luchar contra la violencia de género y los femicidios, que el Refugio de la Mujer efectivamente funcione, y que se proteja no solo a las población del Gran Mendoza, también a las mujeres del resto de los departamentos.