En medio de intensas operaciones políticas, el gobernador logró que el Partido Intransigente garantice el quórum necesario para que esta tarde, en sesión especial, la Cámara de Diputados trate el proyecto de ampliación de la Suprema Corte de Justicia, que ya cuenta con media sanción del Senado provincial. ¿Por qué el proyecto se transformaría en ley a pesar de la desventaja numérica del oficialismo? El doble discurso del referente de Protectora.

Foto: Legislatura de Mendoza

Desde las 18:30 de hoy, la Cámara de Diputados de Mendoza será el escenario donde se debata la obsesión más cuestionada y polémica de Alfredo Cornejo desde que es gobernador: la ampliación de la Suprema Corte de Justicia provincial y la consecuente suma del poder público.

Luego de varias dilaciones ante la falta de apoyo, ayer, sorpresivamente, el presidente de la Cámara de Diputados Néstor Parés convocó a una sesión especial para tratar el proyecto que busca ampliar de siete a nueve el número de jueces integrantes del máximo tribunal de Justicia. Inmediatamente después de que el seleccionado argentino de fútbol sentencie su suerte en el Mundial que disputa en Rusia.

Alfredo Cornejo. Foto de archivo: Cristian Martínez

La intempestiva convocatoria hace suponer que el oficialismo, más allá de la perorata de los grandes consensos, tiene la certeza de conseguir el quórum necesario para habilitar la sesión y, además, dar sanción definitiva a la ley. Aunque sea por medio voto en tiempo de descuento o el desempate del presidente de la Cámara.

Otro vuelco de la Ramoneta

Foto: Cristian Martínez

El quórum ha sido garantizado por el bloque del Partido Intransigente, integrado por Pablo Cairo, Mario Vadillo y Eduardo Martínez. La postura partidaria dejó en un limbo al incipiente espacio político liderado por José Luis Ramón, quien abonó la debacle definitiva hacia el mamarracho tras su panquequeada abortista. El desconcierto incluye al senador provincial Marcelo Romano, quien en las últimas horas se cansó de denunciar la maniobra de los copilotos de la “ramoneta”.

Lo cierto es que si al menos dos de los tres diputados protectores acompañan al oficialismo, la sesión obtendría el número necesario para comenzar formalmente. Al ser conformada por 48 legisladores, el quórum se obtiene con 25 presencias, la mitad más uno.

Mario Vadillo. Foto: Coco Yañez

Sin embargo, habilitar la sesión no significa linealmente que el proyecto de Cornejo sea aprobado. Para ello, debe obtener una mayoría simple a favor en base a los diputados presentes. En ese apartado, aunque la credibilidad no sea su fuerte, los intransigentes han manifestado su oposición al proyecto.

Tanto Ramón, en calidad de líder, como Vadillo desde su rol de jefe de bloque, desparramaron por todas las vías su rechazo a la propuesta de ampliación, anticipando que los tres diputados del bloque votarán en contra.

Eduardo Martínez y Pablo Cairo, diputados del PI. Fotos: Cámara de Diputados

Igual postura, más allá de las especulaciones, expresó el resto de los bloques legislativos. Incluyendo a Marcos Niven (Partido Demócrata) y Guillermo Pereyra (Frente Renovador), quienes preopinaron apenas los alcanzó el capricho autoritario de Cornejo.

Si el cálculo es desfavorable desde lo cuantitativo, ¿cómo alcanzaría el oficialismo una mayoría simple que no ostenta por sí mismo? Logrando, obviamente, que en el momento decisivo los votos a favor del proyecto superen a los votos en contra. O al menos sean los mismos y así facultar el desempate de Parés. Es decir, con la expectativa de que las ausencias sean el factor determinante para la aprobación de la ley. A modo de antecedente, la media sanción del Senado camufló esa mecánica.

Niven y Pereyra, diputados de Cambia Mendoza. Foto: Coco Yañez

Si la coherencia invade las conductas de la oposición al momento de votar, seguramente serán las ausencias, sus adyacencias, pertenencias y lealtades, las que indicarán realmente la corresponsabilidad con el atropello institucional pergeñado por el gobernador Cornejo.

Vaivenes de una calamidad

Néstor Parés. Foto: Coco Yañez

Desde la media sanción del Senado, en noviembre del año pasado, Cambia Mendoza se topó con el rechazo al proyecto de propios y extraños. Inicialmente se retobaron sus aliados del Partido Demócrata y el Frente Renovador al retacear los porotos de los diputados Marcos Niven y Guillermo Pereyra, vitales para aprobar el proyecto en Diputados.

La negativa de los integrantes del oficialismo generó un cimbronazo hacia adentro de la alianza, dada la importancia que la UCR imprimía al proyecto antirrepublicano. Lo que derivó incluso en la intervención de Cornejo en el proceso electoral interno del Partido Demócrata.

Ramón en una reunión de comisiones de Diputados. Foto de archivo: Coco Yañez

Para disipar cualquier sospecha, el pleno del peronismo en Diputados emitió un comunicado en el que rechazaba la arremetida de líder del Ejecutivo sobre la cúspide del Poder Judicial.

En retaguardia, Cornejo ordenó a principios de diciembre cajonear el proyecto, a la espera de una coyuntura más favorable. El recambio legislativo propició renovadas expectativas y las principales espadas del oficialismo, incluyendo al gobernador, perjuraban insistir con el proyecto.

Fernández Sagasti y Cornejo. Foto: Prensa Gob. Mza.

El 10 de abril de este año, un encuentro entre el caudillo radical y la senadora nacional Anabel Fernández Sagasti suscitó especulaciones en torno a un supuesto acuerdo por el cual los diputados del sector referenciado en la legisladora kirchnerista, avalarían el proyecto. Especulaciones que mutaron a certeza luego de la fractura peronista, a los pocos días, materializada en el bloque Podemos vivir mejor.

La fragmentación provocó que la contraparte expresada en el Partido Justicialista institucionalizara el rechazo al proyecto a través de un pronunciamiento partidario.

Aunque en presuntas condiciones de avanzar, otra vez Parés anunció la postergación del debate. Adujo que la intención del gobierno era “lograr los consensos necesarios para que una ley tan importante como esta, sea debatida con calidad institucional” y que esperarían el recambio legislativo para demostrar “que nuestra prioridad ha sido, es y seguirá siendo, el bienestar de todos los mendocinos”.

Parés y Cornejo. Foto: Coco Yañez

Al inaugurar el año legislativo el 1 de mayo, Cornejo volvió a la carga y auguró que la ampliación de la Corte permitiría “una Justicia que le resuelva problemas a la sociedad, respetada, querida y confiable para los ciudadanos”.

Si se toma textual aquella declaración realizada por Parés hace sesenta días, se presume que el oficialismo ya consiguió los consensos necesarios ante la importancia del proyecto.

Hoy, en medio de la euforia o depresión pos Argentina-Nigeria, se confirmará si Ramón abrió la puerta para un agravio que quedará marcado en la historia institucional de nuestra provincia.

 


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