Bajo la máscara de la capacitación “Desarrollo de la identidad sexual en la infancia y en la adolescencia”, el psicólogo Marcos Samaja retomará su militancia en pos de prevenir o erradicar esa orientación sexual, a la que considera una enfermedad. Las jornadas de formación se realizarán el 22 y 29 próximos en el Colegio Sagrado Corazón de Jesús. Cuentan con el auspicio de la Fundación Pilar y el colectivo Con mis hijos no te metas, organizaciones estrechamente vinculadas a la Iglesia Católica.
Dirigida a “psicopedagogos, psicólogos, orientadores familiares, trabajadores sociales y profesionales de la educación y de la salud”, el Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Mendoza –Salta 1239 de Ciudad- albergará la capacitación “Desarrollo de la identidad sexual en la infancia y en la adolescencia”, dictada por el licenciado en Psicología Marcos Samaja.
El temario de las jornadas de formación se presenta cuestionando si el desarrollo de la sexualidad es algo natural o construido; si es lo mismo orientación sexual, identidad sexual o transexualidad; invita a descubrir “qué es la ideología de género” y “cómo trabajar en el ámbito escolar la educación sexual integral”; así como también interpela a “ayudar a un/a alumno/a que se encuentra en conflicto con su orientación sexual”.
A voluntad
Una “colaboración voluntaria” es el valor de la entrada para esta actividad que tiene el auspicio de la Fundación Pilar que, según su página de Facebook, tiene como misión “promover y concientizar a la sociedad, llegando a las distintas organizaciones (públicas o privadas), de que es en la unidad y estabilidad del matrimonio y la familia donde se haya el pilar de la sociedad, fuente de vida crisol de virtudes y causa de progreso para los pueblos”. Además, se suma el colectivo Con mis hijos no te metas, que promete no descansar “hasta desterrar esta nefasta ideología de género de los estados, los colegios y la cultura”.
Para que no queden dudas, los organizadores del evento detallan que la concurrencia será mayoritariamente de docentes interesados esencialmente en cómo tratar la homosexualidad en su actividad
Psico
Marcos Samaja se recibió de psicólogo en San Juan, en la Universidad Católica de Cuyo, y desarrolla actualmente su actividad en nuestra provincia como docente y psicoterapeuta, inscripto en el Colegio de Psicólogos de Mendoza.
Samaja es profesor en la carrera de Psicología de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad de Mendoza, en donde acompaña al célebre Dr. Abelardo Pithod en la Cátedra Historia de la Psicología, y está al frente de claustro Psicología de las Edades. Su actividad educativa se expande a la Facultad de Ciencias de la Educación de la UCA, a cargo de Psicología de la Adultez y Ancianidad de las Carreras de Psicología y Psicopedagogía.
A su ejercicio académico, el psicólogo suma un intenso fervor en denunciar lo que denomina “ideología del género” que le valió transformarse en referencia para las organizaciones adyacentes a la estructura de la Iglesia Católica.
Enfermo
El adoctrinamiento de Samaja cobró repercusión en junio de 2012 cuando un grupo de alumnos denunció que el docente distribuía material para “curar” y “prevenir” la homosexualidad. Los folletos de difusión incluían el testimonio de “homosexuales recuperados” y un decálogo de consejos titulado “Para padres y madres: prevención del desarrollo de la homosexualidad”, con el presunto fin de evitar que sus hijos incurran en esa orientación sexual, catalogada por el profesional como “una aberración” y “una enfermedad”.
El absurdo del devenido curandero, que contradice criterios elementales de la Salud Mental contemporánea, generó entonces la intervención del Inadi y el área de Derechos Humanos de la Provincia, organismos públicos que solicitaron explicaciones a la UCA por el contenido discriminatorio expuesto por el docente.
Degenerado
Samaja integra el lote de militantes que denuncia que la “ideología de género” es una de las máscaras del marxismo cultural o izquierda moderna. Asevera que es una ideología autoritaria que se presenta con una nueva metodología y etiqueta como “homofóbica” a toda persona que se le oponga. Una fobia que, según los pares del guía moral, no existe pero ha sido acríticamente naturalizada e impuesta en el plano simbólico, cuando es un fetiche artificial y estigmatizante.
Tanto las organizaciones que circunstancialmente auspician la próxima capacitación del fanático religioso, como aquellas que articulan sistemáticamente alrededor del dogma católico, replican subterráneamente -y no tanto- estas falacias en sus ámbitos de influencia, preponderantemente en la dimensión educativa. Evidencia de ello es su reciente participación en el rechazo a la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo o a la aplicación de la Educación Sexual Integral.
