Francisco Bustos Arteaga expone parte de su obra plástica en Piazza Casa de Arte. Su muestra Sustancias y Prisiones está acompañada por esculturas de Rebeca Sarelli. EL OTRO entrevistó al pintor santiaguino.

Fotos: Seba Heras

Recorriendo la avenida Paso de Los Andes de Capital, justo después de cruzar Juan B. Justo, sobre la mano derecha se encuentra la galería que Facundo Piazza lleva adelante.

En una tarde soleada que no escapa del calor y la sequedad mendocinos, el espacio de arte se nos revela confortable para apreciar la obra de Bustos Arteaga que, sencillo y abierto, responde preguntas sobre su trabajo, el arte y la muestra, ante las idas y venidas de Piazza y el fotorreportero que dialogan en un ambiente muy agradable.

El santiaguino que estudió en la Pontificia Universidad Católica de Chile, habla como trabajador y explica su labor con una didáctica que aleja el prejuicio elitista de la plástica del salón.

¿Desde cuándo pintás?

Tengo 34 y desde los 5 he estado en contacto con la pintura. Mi madre pintaba en mi casa, se juntaba con amigas a pintar y el olor a óleo lo tengo desde muy chiquito. Después dejé en la secundaria porque me caía muy mal la maestra de Plástica. El último año cambiaron de profesor y entró un pibe que recién salía de la universidad y fue un flash el volver a descubrir todo eso, volver a pintar.

¿Se puede vivir del arte?

Sí. Yo vivo del arte. Es una manera de vivir. Si querés vivir de esto a veces tenés que comerte muchas o elegir no comer, o comer arroz para poder dedicarte realmente. Cuando lo decidí fue difícil y a veces trabajo de otras cosas que no son específicamente mi pintura, pero siempre relacionadas. Creo que, si en algún momento te desvías, fuiste. Si ya lo tomás como un hobby perdés mucho.

Toma mucha perseverancia y mucho trabajo mostrar tu laburo a la gente para que lo conozca, y después de un tiempo empieza a suceder que podés vivir de esto.

Uno de los mitos más grandes en el arte es el que dice que los artistas mueren en la pobreza cuando, en realidad, los pintores célebres han tenido grandes fortunas.

¿Cómo describís la muestra?

Son dos espacios distintos que tienen una unión, que en principio soy yo. Son muy diferentes en cuanto a su estética porque soy de la idea de que un artista no debe quedarse haciendo una sola cosa y me gusta ir saltando de una cosa barroca a una más conceptual para seguir la búsqueda.

Me parece que ir buscando en los estilos imprime la marca propia de cada artista en su obra, sea moderna, antigua, abstracta o figurativa.

Tenemos una primera parte que son las sustancias o líquidos que están flotando en el aire. La sustancia es la esencia de todas las cosas y en la pintura la esencia es el material, el óleo o la acuarela que luego va a representar una imagen o lo que sea. Es una paradoja pictórica, ya que con pintura pintás una mancha que representa a la primera, un retrato de sí misma.

Por otro lado, hay también una especie de crítica al expresionismo abstracto de los años 60, representado por tipos que tiraban pintura con un balde contra una pared y hacían arte.

Lo que me pasaba a mí es que empecé así, queriendo expresar todo y me salían unas cosas horribles, y luego dije “nunca voy a hacer esto”. Me di cuenta que soy realista y que mi expresionismo podía darse de esta manera más trabajada. No es una burla, sino una parodia.

En un punto para mí la pintura es un trabajo que requiere mucho esfuerzo y perseverancia, más allá del talento.

La otra parte de la muestra es más interna, psicológica, más oscura y rebuscada.

No hay rostros ni torsos pero sí pies, manos y telas en estas obras…

Exacto. La idea de estas “prisiones” es que se pierda lo personal. Es más universal. Las manos y los pies le dan un sentido a un cuerpo que no está y se vuelve abstracto, porque no se entienden las posiciones o si están atadas o volando.

Estas cosas enfrentan, también, lo abstracto y lo figurativo. Son, además, un punto en común con la otra serie.

Lo oculto y lo que no está marcan cierto dramatismo.

Seguramente es muy relativo pero, ¿cuánto tiempo de trabajo toma cada cuadro?

Es muy difícil porque cada cuadro es muy particular.

Hay días que te levantás inspirado y elegís no comer o no hacer otras cosas para aprovechar el momento, y hay días que pintás un segundo y tenés que ir a hacerte un café y pintás un ratito más y necesitás levantarte de nuevo.

Casi siempre me toma una o dos semanas el proceso de la pintura en el cuadro, de la producción, pero yo trabajo mucho el proceso previo de pre producción y son otros tiempos.

Por ahí hago 50 bocetos y elijo uno, y eso lo voy haciendo todo el tiempo y voy armando carpetas que luego se van a transformar o no en obras. Esto es bastante trabajo.

Como soy muy metódico para mí debe estar todo perfecto para poder entregarme al placer de pintar el cuadro. La composición y la técnica fueron definidas anteriormente y puedo entregarme a expresar mis sentimientos al momento de pintar.

 

Ficha:

Sustancias y Prisiones

​Exposición de Francisco Bustos Arteaga

Días y horarios: de lunes a viernes, de 17 a 21 horas

Lugar: Piazza Casa de Arte
(Paso de los Andes 1421 – Ciudad de Mendoza)

Entrada libre y gratuita

Cierre: 3 de noviembre

 

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