Tiberium se pone en la piel Superyó de Pablo Tomás Martí y despellejamos la carne que se cocina en ese horno que es Fiesta para pocos, su álbum nacido desde las llamas.

Por Ser Shanti
Fotos: Seba Heras

Cómo armar un rompecabezas con espejitos de colores, cómo convertir en banderas las guirnaldas postergadas. Decididamente, Tiberium tuvo que explotar creando una banda sonora que suena como el grito lúcido de una moral incendiaria.

¿Cuándo y cómo fue tu primer encuentro con la música?

Siendo el menor de cuatro hermanos uno escucha mucha música desde muy chico, el más grande de ellos incursionaba en la guitarra y el canto, otro tocó el bajo y fue representante de bandas, siempre de una manera u otra transité un camino cercano a ella.

En tu vida personal y artística, ¿quién te voló la cabeza y por quién te sacás el sombrero?

Hay muchos que han marcado mi vida en diferentes etapas, la primera banda que me voló la peluca a los doce fue Queen, después vinieron los Guns y Metallica, luego el grunge de Seattle y de más grande me empezó a interesar de otra manera la poesía haciéndome incursionar en una gama muy amplia; desde lo revolucionario de Silvio a lo oscuro de Los Redondos. De los artistas contemporáneos por quién más me sacaría el sombrero sería por el Indio, porque aparte de su poesía increíble es capaz de sostener el discurso abajo del escenario.

¿Qué sucedió desde aquella primera guitarra de tu vida hasta la última que hayas comprado?

Mi primera guitarra me la compré a los 14 años, una guitarra barata de industria nacional con la que empecé a probar acordes y armonías desde la más absoluta ignorancia musical. A los 18 junté guita y me compré la Jackson que me acompaña a todos lados. Hace unos tres años me hice de una Gibson SG con la que grabé prácticamente todo Fiesta para pocos.

Se levanta para ir hasta la heladera; en eso acaricia a Alma, le rasca el pecho a Indie y Frida lo mira de reojo. Sus ladradoras pura sangre son las primeras en hacerle el aguante al compositor, guitarrista y cantante de Tiberium.

¿Cómo es tu metodología a la hora de componer?

Lo primero que nace es la música, etapa sumamente instintiva, luego las melodías de voces y las letras que se van turnando para tomar protagonismo en la obra y por último los arreglos finos y los solos definitivos de guitarra. Las letras siempre están ligadas indefectiblemente a la realidad que me toca transitar en lo personal y en lo colectivo como banda, país y región; y la filosofía que he leído siempre es un marco, a veces inconsciente y otras no tanto en la forma de la narrativa.

¿Cómo es la música que hacés actualmente?

El disco que estamos sacando creo que es una suerte de evolución de Tiberium en todos los aspectos, en lo musical intenta cubrir un gran espectro de lo que más nos gusta del rock, desde algunos temas con violines hasta canciones con secuenciadores intensos al palo y guitarras potentes.

Otra vez más, primer corte de difusión de Fiesta para pocos, la última obra de Tiberium:

¿Cuál es la marca registrada de Tiberium?

¡Eso habría que preguntárselo a él! (risas). Yo creo que la idea de que Tiberium está ahí, supervisando lo que hago es la marca registrada desde lo conceptual, se sabe que él no sólo supervisa lo artístico sino que me baja línea todo el tiempo desde lo político y filosófico. Algunas veces se jacta de ser el animal político que llevo dentro, otras de ser mi superyó… en fin, jode con algunas metáforas del mundo de la filosofía.

He notado que sos un detallista extremo… Contame de esa faceta de meticuloso a la hora de crear una obra

Creo que hay momentos para todo, con Tiberium he convivido 18 años y a esta edad como artista me parece que hay que ser detallista, en el pasado tuvimos demasiados años de mucho rock y no tanta meticulosidad si se quiere… Pero ahora, contrariamente, llegamos al punto de obsesión de crear prácticamente un sonido de guitarra para cada tema…

¿Si existiera un curso acerca de cómo producir tu propio disco te gustaría tomarlo?

Existen muchos cursos de producción musical y alguna que otra información de ellos, por ahí me llega y es atesorada; igual creo que desde el momento de la composición ya te estás involucrando en la producción. Los bloques de las canciones nacen de una manera por algo y demás, pero creo que lo interesante de contar con un productor es poner más orejas al servicio de la obra, que no se agote en uno mismo sino que se supere en lo colectivo.

¿En qué confías dentro del ambiente artístico?

No sé si existe tal ambiente, confío en la buena leche de muchos colegas artistas que admiro no solo por su arte sino también por su militancia en esto de querer ayudar al otro. Fiesta para pocos es una gran muestra de eso, tanto los músicos invitados como los artistas visuales (fotografía y dibujo) se prendieron de onda a colaborar en la obra y eso es para mí lo más conmovedor que me ha sucedido en todos estos años de recorrido como artista.

Aguijón, segundo corte de difusión de Fiesta para pocos, último trabajo discográfico de Tiberium:

Desde los parámetros de la independencia, ¿Cómo es la tarea de creación durante sus distintas etapas?

La independencia es la primera bandera que intento levantar porque no solo la quiero en Tiberium sino también en Argentina y en la región… ¡Es una bandera fácil de levantar y difícil de llevar! (risas). En lo creativo creo que es fundamental tener independencia si lo que te motiva es la obra en sí misma, la producción general requiere de mucho esfuerzo y paciencia y la difusión se torna bastante cuesta arriba pero tenemos la suerte de que algunos medios cooperativos como en este caso (alejados de la hegemonía de los monopolios de la comunicación) se cope con nosotros y nos ayude a difundir.

La tarde invita a salir en busca de unas cervezas y es el momento de dejarse llevar por una de sus guitarras, improvisa sonidos y parece que se posesiona…

¿Qué planes, qué se cruzaba por tu cabeza cuando comenzaste a crear Fiesta para pocos?

Básicamente nace de la impostergable necesidad de plasmar una obra concreta de Tiberium que me enorgullezca después de tantos años de remarla en el barro, eso sumado a algunos momentos trágicos en lo personal y en lo social, creo que esa suerte de caos dio origen a este intento artístico.

¿Qué visibilizás en el álbum?

La verdad es que eso no lo sé, calculo que un poco de todo ese caos que te mencionaba, intento que las letras sean disparadoras de la imaginación de quien las escucha más que una bajada de línea directa, pero muchas veces fallo en el intento.

Entre los dos es el tercer corte de difusión de
Fiesta para pocos:

Supongo que Fiesta para pocos es un catalizador de varias ideas…

Creo que sí, escribo básicamente desde lo que me conmueve y ahí entran a jugar muchos factores: el amor, la locura, la muerte, las victorias y derrotas tanto en lo individual como en lo grupal, etc.

¿Qué es lo que más disfrutás en tu vida?

En este momento la sensación de estar haciendo algo trascendente en lo artístico es lo que más placer me produce, pero disfruto mucho de los que me rodean en el día a día en general.

¿Qué representa la música en tu vida?

La música es el idioma más hermoso que podés hablar, un rato con el instrumento te cambia el día y la existencia, es casi adictiva, de hecho me deprimo cuando pasan algunos días y no agarro la guitarra y canto un rato.

¿Qué no le puede faltar a tod@ buen/a músic@?

Talento, mucho tiempo con el instrumento y en la medida de lo posible equipamiento acorde a sus expectativas como tal…

¿Cuál es tu misión como autor?

Creo que mi misión íntima como creador es expresarme para intentar creer que mi existencia no ha sido en vano.

¿Qué te gustaría conseguir cuando el disco esté completamente terminado?

Una vez terminado el disco me gustaría hacer de la presentación en vivo un evento inolvidable para quien concurra a hacernos el aguante. Me encantaría que puedan estar todas las personas que participaron tanto como invitados en lo musical como así también los realizadores del arte de tapa que aportaron su grano de arena.

Hemos explorado la desintegración de una Fiesta para tod@s a través de la Integración Yoica -física y psíquica- de un Tiberium de carne y hueso. Solo resta ponerse los auriculares, subir el volumen y entrar sin pedir permiso en esa fiesta a la que nunca te van a invitar…

 

 

“Sedimento”, un testimonio visual