Mientras la utilización del lenguaje no sexista es resistido por parte de las comunidades educativas de Mendoza, la Dirección General de Escuelas autoriza al payaso Ronald McDonald a enseñar hábitos alimentarios a niñes de nivel inicial. El ícono del marketing infantil de la cadena de comidas rápidas norteamericana visitó ayer una escuela pública de Godoy Cruz. Total normalidad: no hubo protestas de padres, ni madres, ni defensores de la lengua española.
En mayo de 2011, la principal cadena de hamburguesas del mundo recibió una carta firmada por más de 600 profesionales y organizaciones de la salud para solicitarle a esa empresa que dejara de hacer marketing alimentario dirigido a niños y niñas, y que retirara a su mascota, el payaso Ronald McDonald.
Según informó el portal iProfesional, el presidente ejecutivo de Mc Donald’s, Jim Skinner, defendió “el derecho de la cadena de comida rápida a hacer publicidad dirigida a los niños, diciendo que corresponde a los padres decidir cómo alimentar a sus hijos”. “Ronald McDonald no se va a ninguna parte”, planteó Skinner y defendió al payaso calificándolo como “un embajador por el bien”.
Les niñes, sin importar género ni sexo, son el principal objetivo de marketing del gigante gastronómico que, además, es uno de los más grandes distribuidores mundiales de juguetes en sus “Cajitas Felices”, que hacen las veces de “gancho” para promover el consumo de sus productos.
Ronald cayó en la escuela pública
La estrategia dirigida a los más pequeños ha sido explícitamente defendida por McDonald’s. En enero de 2005, según informa el sitio Mercado, una ejecutiva de la empresa dio cuenta, ante el Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencia de los Estados Unidos, las acciones que desarrollan. Si bien “Malena Peleo-Lazar, vicepresidenta y directora creativa, explicó que las visitas a escuelas de Ronald McDonald tienen como objetivo hablarles a los niños sobre buenas elecciones en materia de comida”, el senador demócrata Tom Harkin, preocupado por el crecimiento de la obesidad en la población infantil, cuestionó la utilización de Ronald: “no importa lo que haga el payaso, ellos están usando el personaje para vender hamburguesas grasos a los niños”.
Catorce años después, en nuestra comarca mendocina, el “embajador del bien” suspende el normal dictado de clases para educar a varones y mujeres de jardín de infantes, valiéndose de su capacidad teatral, su inocencia aparente y la colaboración desinteresada de las autoridades de la DGE.
De acuerdo a testimonios recabados por EL OTRO, el payaso de la grasosa BigMac y la Bacon con panceta, papas fritas y abundante mayonesa y gaseosa, concurre a establecimientos de educación pública “para enseñar sobre alimentación sana”. “Este es uno de los programas que ofrece la DGE”, confirmó indignada una maestra jardinera de Guaymallén a este diario.
Tal como muestran las imágenes incluidas en esta nota, Ronald McDonald estuvo ayer en un jardín de infantes del departamento de Godoy Cruz, donde asisten niñes de 4 y 5 años. En las fotografías se puede ver cómo el actor personifica a uno de los íconos más conocidos del marketing occidental interactuando con alumnos y alumnas sumamente vulnerables al consumo y estímulos de la sociedad de mercado.
El payaso no dice “todes”
Este medio intentó comunicarse con las autoridades de la cartera educativa que conduce el violento Jaime Correas, para consultar sobre la pertinencia pedagógica de la intervención del hombre de la peluca roja, camiseta a rayas y zapatones, en materia de nutrición infantil, pero no obtuvo respuesta alguna por parte del gobierno escolar.
Quienes sí accedieron a hablar con EL OTRO, aunque en estricta reserva de identidad, fueron algunos padres y madres. En general, manifestaron no estar informados sobre los motivos de la participación de Ronald McDonald, pero no expresaron mayores objeciones al respecto.
A diferencia del resonado caso de la maestra de Junín quien fue repudiada por utilizar la palabra “todes” como parte de su lenguaje inclusivo, esta vez no hubo protestas ni intervenciones del gobierno, ni investigaciones administrativas, tampoco persecuciones ideológicas, ni traslados de docentes, ni defensas sindicales, ni amarillismo mediático.
La palabra de origen inglés McDonald’s no está en el diccionario de la Real Academia Española. Sin embargo, los puristas del lenguaje machista y el gobierno neoliberal no ven razones para no ser receptivos a la penetración del capitalismo imperial en el corazón mismo de nuestra cultura mendocina.
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