Una obra fundamental para el momento social y político que se vive, sube a escena esta noche en el teatro Imperial de Maipú. Entrevista con Yamila Atur y Melody Moro, protagonista y directora de una puesta que asume la necesidad de decir hundiendo sentidos en textos de García Lorca.

Fotos: Seba Heras

Yamila Atur y Melody Moro.

Las dos son jóvenes y distintas. Ambas, trabajadoras incansables del arte, están seguras de lo que hacen: han elegido contar lo que en su época sucede sin ceñirse a pruritos o prejuicios. Luego de un año y medio de preparación, Úter subió este año a los escenarios.

Melody Moro es actriz y por primera vez dirige una obra de teatro. La acompaña en la puesta –y apuesta- Yamila Atur, quien le pone el cuerpo a historias reales de tres mujeres argentinas enraizadas en textos de García Lorca.

¿De dónde viene el título de la obra?

Melody: Úter es una palabra universal de nuestra lengua y existe en la mayoría de los idiomas. Según nuestras protagonistas, la fuerza de las mujeres proviene del útero que es el lugar donde crecemos las personas y somos cobijadas. La relevancia de esa fuerza la sintetizamos en Úter y se universaliza porque las temáticas, el contenido y el concepto de esta obra afectan a varones y mujeres por igual.

¿Qué te pasa a vos como protagonista?

Yamila: Yo creo que Úter es una necesidad de decir. Nace de la necesidad de decir historias muy fuertes. Los textos son muy fuertes por parte de García Lorca. Y todas estas cosas me posicionan y me dan la energía para sostener los cincuenta minutos de obra. Más allá de esto, el proceso ha sido muy rico e intenso desde el conocimiento personal junto con las historias que se narran.

M: Para agregar a lo que dice Yami, nuestra necesidad de querer decir es la de muchísimas mujeres, atraviesa a distintas mujeres. Nuestra voz es la voz de todas.

Foto: Hasan Saada

 

Foto: Hasan Saada

¿Cómo transitaron este proceso de construcción de la pieza?

M: Tuvo un tiempo largo en cuanto a lo dramatúrgico, tomando textos de Lorca y los personajes que fuimos eligiendo. Luego vino la fusión con los testimonios. Una vez que tuvimos el texto empezó un arduo trabajo actoral de la actriz para poder llevar a cabo la obra, quien jugó con distintas disciplinas relacionando el teatro con lo visual y lo auditivo.

¿Es cada vez más común la interdisciplina en el teatro?

Y: Yo creo que una de las claves es que las disciplinas artísticas se relacionen y creen más arte en los procesos de arriba y de abajo del escenario. Hay, hoy,  en el teatro, un abanico súper abierto en el que ya no se ve solo texto, sino que interactúan constantemente músicos y audiovisuales. Se empieza a ver un crecimiento de la escena y de la formación de quienes intervenimos, porque ya no basta con saber de teatro. También vamos aprendiendo qué es un plano corto y cuál es largo, cómo nos posicionamos en relación a la luz y un montón de otras cosas. Todo esto tiene un impacto que me parece muy positivo. El artista crece todo el tiempo en cuanto a lo profesional y está bueno generar cosas nuevas.

En Úter acercamos el texto de Lorca, que puede no ser muy conocido, con testimonios que lo hacen más cercano.

¿Cómo se acercaron a los testimonios actuales que narran en la obra?

M: Los personajes que elegimos de Lorca terminaron asemejándose a las historias de vida de estas mujeres. Fue muy loco porque lo que ellas nos contaban se parecía muchísimo a las palabras de Federico García Lorca.

Solo 70 años después…

M: Sí, un tiempo después, y con otras luchas encima. Además tenemos amistad con Alicia, con Miriam, y Carolina también vive en Corralitos como nosotras dos. El aporte de Carolina fue muy rico porque ella nos abrió el campo de la igualdad de género, que quizá no era el centro al principio, como lo es ahora.

Somos fuertes

Carolina Jacky es abogada. Entiende lo que es el machismo y las violencias que este imponen en una sociedad patriarcal. A eso se dedica, defiende a personas que en distintos sitios son discriminadas.

 

Alicia Peña sobrevivió al ex D2 -centro clandestino de detención durante la dictadura cívico militar del 76- que hoy es Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos, donde fue maltratada de las peores maneras posibles. Ha dedicado una parte importante de su vida a la lucha por la Verdad y la Justicia, haciendo pie en la Memoria.

Miriam Mabel Medina es una madre en lucha que sufrió en carne propia a la policía mendocina cuando asesinaron a su hijo en San Rafael. Logró que, luego de más de 15 años, la Justicia condenara a los culpables.

A partir de estos testimonios, cinco personajes muestran las historias de lucha en el escenario, combinando la actuación de Atur, la realización sonora y musical de Leo Pouget, la fotografía de Hasan Saada, el vestuario de Sofía Trovarelli y la asistencia técnica de Marcelo Becerra.

 


 

Úter. Somos fuertes

Jueves 9 de noviembre –  21.30 hs
Teatro Imperial. Pescara y Perón. Maipú
Entradas en boletería: $50