Lanzado plenamente al proselitismo, el gobernador de Mendoza ejecuta un cronograma de entrega de viviendas por distintos departamentos. Hasta que finalice la campaña electoral, paradójicamente, protagonizará los tan anhelados cortes de cinta que él mismo clausuró mezquinamente durante la última etapa de la gestión de Paco Pérez.
Y dale con la pesada herencia…
El lunes pasado, Cornejo repitió su fórmula. Esta vez en Tupungato, donde participó de la entrega de 21 viviendas en el barrio Balcón del Valle. En la ocasión redobló la apuesta de su política habitacional y vaticinó la construcción de unas 3300 casas por año.
La comparación con la gestión precedente no tardó en verbalizarse en el discurso del gobernador: “Es mucho más de lo que se hacía. Hemos organizado mejor los recursos. Y gracias a la buena administración cada vez más mendocinos podrán acceder a una vivienda propia”.
La escena ya se había escuchado en San Martín a principios de junio: “Cuando accedí al Gobierno, estos barrios estaban entre un 35% y 34% de avance, se certificaba por mes menos del 1%, porque el IPV no podía pagarle y la empresa iba a ritmo lento”, fue la referencia al pasado reciente.
Lo que ostensiblemente omite el gobernador es la incidencia determinante que tuvo para que estas familias accedan, recién ahora, a su propia casa. Su calculado e inescrupuloso proyecto de poder es una de las causas de los años de demoras. En el rol de opositor intransigente, Cornejo utilizó su hegemonía en la Legislatura para bloquear, de forma consecutiva, los presupuestos 2014 y 2015.
Billetera mata galán
Rescatamos aquellos palos en la rueda de “la ley de leyes” porque la conducta especulativa de Cornejo lo catapulta como corresponsable de los daños provocados, tras el ahogo financiero de la provincia en el último tramo de la malograda gestión Pérez. ¿O acaso Pérez era un buen administrador al principio de su gestión? ¿O quizá Cornejo lleva adelante su #RevoluciónDeLoSencillo sin el respaldo del multimillonario endeudamiento otorgado en dos presupuestos aprobados en tiempo y forma?
Desde las trincheras de la rosca política, tal vez el plan cornejista sea ponderado bajo el criterio de la picardía y la capacidad política. Sin embargo, desde el plano ético, su participación es tan reprochable como la impericia de la gestión con la que se compara distintiva y permanentemente.
Cada vez que abraza y sonríe ante una familia que accede a su vivienda, el gobernador debería disculparse por no haber hecho lo suficiente como dirigente político para que ese derecho se conquistase antes. Sin embargo, respaldo mediático mediante, insiste con el latiguillo de superar la herencia con una buena administración. Nada dice de los más de 9 mil millones de pesos de deuda adquirida en sus dos ejercicios como gobernador, que lo asisten para publicitarla.
Tampoco menciona que cada uno de esos abrazos los heredó de los planes de vivienda de la administración anterior que tanto denigra, pues hasta hoy -casi promediando el mandato-, Cornejo no ha entregado una sola casa surgida desde su propia política habitacional.
Promesas sobre el bidet
Pero más allá del malicioso proceder del primer mandatario provincial, no son precisas las metas de la política de vivienda de su gestión. Incluso, como mencionamos en una nota anterior, Cornejo tendrá que realizar un esfuerzo importante en lo que resta de su mandato para equiparar la cantidad de viviendas construidas por su antecesor.
No aporta claridad su equipo de prensa. Tampoco suma transparencia la Dirección de Estadísticas. Ni siquiera el house organ le tira centros en esto de aliviar el déficit habitacional de la provincia. El IPV, bien gracias.
Durante el 2016, la administración Cornejo reconoció un pobre desempeño en la materia: algo más de 500 viviendas construidas. Aunque en ese momento ya anunciaban un repunte para el año en curso, hasta alcanzar las 2500. El lunes en Tupungato, Cornejo se entusiasmó y lanzó la cifra de 3300 por año.
Si la tónica no trasciende la mera enunciación, de por sí disparatada y oportunista, solo queda rogar por la ejecución de las casi 8000 viviendas iniciadas o proyectadas bajo la gestión anterior. Sí, esa que tanto pesa.
