En el contexto del Paro internacional de mujeres, lesbianas, trans, adolescentes y niñas, EL OTRO dialogó con referentas del colectivo feminista que hoy conmovió los cimientos de la sociedad patriarcal mendocina. Laura Chazarreta, Consuelo Herrera y Julieta Antúnez levantan la voz contra el ajuste machista.

Entrevistas: Penélope Moro
Fotos: Seba Heras

“Cuando se feminiza la pobreza, feminizamos la organización”

Laura Chazarreta. Integrante de Ni Una Menos Mendoza. Referenta de La Colectiva

Qué consecuencias advertís del ajuste sobre las mujeres trabajadoras (formalizadas, precarizadas, invisibles). ¿Cuáles son los sectores más afectados?

Las mujeres estamos viviendo un momento de fuertes cambios sociales y políticos. En lo cotidiano se vive. Las políticas de ajuste desde que asumió Macri, lo sabíamos, iban a tener un impacto profundo sobre la vida de las mujeres, sobre nuestros cuerpos y el ejercicio de nuestra ciudadanía. No es casual la primera medida que tomó Macri de anular la Ley de Medios, que significa callar las voces de las mujeres del pueblo.

Luego siguió con el vaciamiento de programas que tienen que ver con el derecho a la salud reproductiva, programas de economía social y popular que permitían que las mujeres pudiésemos tener soberanía económica y tomar decisiones dentro de un proyecto de país. Todas políticas que habíamos logrado conquistar a través de la lucha de los movimientos de mujeres y el feminismo, y que fuimos poniendo en la agenda política para luego alcanzar a través de leyes tales como la N° 26485 de Violencia contra las Mujeres; Ley Nacional contra de la Trata; la de derechos sexuales y reproductivos; la de educación sexual integral.

Ni hablar de las asignaciones que permitían empoderarnos dentro de un proceso real de redistribución del trabajo, el cuidado y el tiempo. Todo esto cambia con políticas que provocan la feminización de la pobreza. Lo vemos en mujeres de sectores populares, donde no hay trabajo, y si lo hay es sumamente precarizado. Hoy nos encontramos vulnerables a las redes de trata, a la trata express, a la prostitución. Dejamos de ser participantes de un proyecto de país.  Afecta a todas las mujeres pero el impacto es mayor sobre las mujeres de sectores populares.

En Mendoza no tenemos acceso a anticonceptivos en los centros de salud. Se terminaron los programas Remediar, Médicos Comunitarios, Parto Humanizado, Vasectomía y Ligadura de trompas en hospitales públicos. Eso ya no existe.

En el sector docente el ítem aula recae principalmente sobre las mujeres porque por lo general somos las jefas de hogares. La reforma previsional es otra medida que nos daña profundamente: recordemos que habíamos logrado tener la jubilación por ama de casa cuyo significado era el reconocimiento del trabajo que muchas veces se confunde con amor, peor es trabajo invisible, no remunerado. Las  mujeres somos parte del motor económico del país.

¿Qué medidas económicas y sociales del gobierno han impactado en detrimento con mayor fuerza sobre la calidad de vida de las mujeres.

Las mujeres tenemos dos enemigos bien claros: el neoliberalismo y el patriarcado. Sus mandatos son tareas de cuidado familiares, hijos, los adultos mayores. Las ocupaciones de la casa, las compras parecen naturalizadas a nosotras. Nos afectan por todo esto los tarifazos, los despidos, la falta de acceso a la educación y a la salud.

Si a esto le sumamos que las mujeres somos las empobrecidas económicamente debemos aclarar también que hay una femenización de la organización: eso  nos lleva a ser reprimidas en la organización popular y política en las calles y se ha visto fuertemente los últimos meses.

El trasfondo es la naturalización que hace la prensa hegemónica: impone la banalización y la meritocracia, esta mentira nos lleva a la miseria, al hambre, la tristeza. Poco se habla de cómo afecta a nuestra salud mental la macro política que impulsa este gobierno: las frustraciones de lo cotidiano consecuencia del  plan perverso donde unos pocos oprimen a las mayorías.

¿Cuáles son las políticas vigentes más fuertes en materia de género que impulsa el Gobierno de Mendoza? ¿Cómo caracterizas esta gestión sobre el área?

Como parte de una organización de mujeres que nos encontramos en la lucha cotidiana, no puedo responder desde lo individual sino desde las mujeres que atraviesan mi vida: claramente no hay políticas que fomenten la igualdad, ni la soberanía económica ni física de las mujeres. Lo único que se ha generado en este tiempo son obstáculos que impiden el acceso igualitario de las mujeres a los derechos.

Lo más grave es que hay una cortina de humo, un circo armado por el eje gobierno – medios donde se habla del avance de derechos de las mujeres. Recuerdo el lanzamiento el año pasado de un plan nacional en contra de la violencia. No sabemos aún de qué se trata. El cambio del Consejo de las Mujeres por el instituto solo sirvió para achicar el presupuesto. Un verdadero avance hubiese sido la instauración del Ministerio de las Mujeres.

En Mendoza la dirección de las Mujeres implementa políticas de emergencia: políticas punitivas donde llenaron las cárceles de violentos pero eso no resuelve la problemática de fondo. Es mano dura, la cárcel como solución, salir a hablar con bombos y platillos de los refugios que en realidad son usados por mujeres pobres más que aquellas de riesgo de vida en el hogar. No hay intereses en eliminar la violencia sino hay construcción de políticas sociales igualitarias

¿Qué estrategias se dan en Mendoza hacia el interior de los movimientos sociales y de mujeres para combatir la crisis económica y la pérdida de derechos?

Las mujeres en Mendoza dentro de sindicatos, movimientos, organizaciones, partidos entendimos primero que estábamos en la resistencia. Segundo que el neoliberalismo nos convoca a despolitizarnos y a llevarnos al ámbito individual. Sobre esto trabajamos: militancia, participación, mayor politización a través de adquirir conocimientos, formación, apropiarnos del espacio público que claramente se evidencia en el Ni Una Menos y en las calles diariamente.

Buscamos herramientas de construcción para poder resistir e insistir: educación popular, arte, legal, economía social, es lo que ofrecemos desde la Colectiva en el área de formación.

Nuestra gran estrategia es  exigirle al estado que responda nuestras demandas. No solo lo que tiene que ver con la paridad, también atacar la estructura patriarcal y machista enfrentando a este gobierno de derecha que lo ejecuta y poder participar en los espacios de decisión: las mujeres no solo estamos para revolver las ollas, y en todo caso lo hacemos de manera colectiva, sino también exigimos ser parte de los espacios de decisiones porque somos nosotras las únicas que podemos hablar de cuáles son nuestros problemas, demandas, sueños, deseos.

Sin nosotras no hay democracia, no hay justicia social. Sin nosotras es imposible pensar un proyecto de país.

¿Cómo analizas hoy el movimiento de mujeres en Mendoza comparado con años anteriores?

Estoy fascinada con lo que sucede en el movimiento en América Latina, Argentina y Mendoza. Esta fuerza no sucede al azar, tiene que ver con un contexto político y social determinado, también con haber tenido 12 años de gobierno nacional y popular que permitió que las mujeres nos demos cuenta de la importancia de nuestra participación. Entendimos nuestros derechos y que como históricamente fuimos anuladas a decidir sobre la vida política de nuestro país pudimos dar un salto muy grande hacia feminizar la política a través de la cooperación y la solidaridad.

Entonces lo que sucede es lo siguiente: se feminiza la pobreza, feminizamos la organización. Las mujeres empezamos a tener rol protagónico e irrumpimos en la sociedad y en la política desde la resistencia y esto se está expresado claramente en el Ni Una Menos y en marchas históricas como el #8M

 


 

Travesticidio social

Consuelo Herrera. Activista trans de la Clik (Corriente por la Libertad, la Igualdad y el Kambio)

¿Qué consecuencias advertís del ajuste sobre el colectivo trans y LGTTBIQ en Mendoza?

Primero y principal nos hemos quedado sin acceso a la educación, a la salud y a un trabajo digno. En salud se hizo frecuente la muerte de compañeras travestis y trans afectadas por HIV debido a la falta de antiretrovirales. El desfinanciamiento de programas de salud reproductiva y sexual es un padecimiento.

En educación nos alarma el analfabetismo, hoy ya no hay políticas de acompañamiento económico para que estudiemos. Las chicas tienen que volver al sistema prostibulario, se ven obligadas a decidir si sobrevivir o estudiar. Y obvio que los despidos masivos afectan al colectivo, impiden el desarrollo al cupo laboral trans.

¿Qué medidas del gobierno han impactado en detrimento con mayor fuerza sobre la calidad de vida de trans y travestis?

El Protocolo de Detenciones Arbitrarias sobre el colectivo principalmente, se trata del recurso del aparato represivo del estado para castigarnos. El reciente Registro Único de Identidad que viola nuestra privacidad. En su reemplazo deberían hacer un censo con preguntas cualitativas y cuantitativas respetando primordialmente el anonimato de las personas. Todo esto nos empuja a vivir en la clandestinidad.

¿Cuáles son las políticas vigentes más fuertes en materia de género y diversidad que impulsa el gobierno? ¿Cómo caracterizas esta gestión sobre el área?

El Gobierno de Mendoza tomó el año pasado la ejecución de la Marcha del Orgullo, para ellos fue una política de inclusión. Sin embargo no ha servido más  que para anular nuestras demandas. Es una contradicción porque se trata de una movilización para visibilizar nuestras demandas ¿Cómo puede impulsar este acto tan simbólico una esfera oficial? Ellos viven en esa contradicción. Nos quieren callar. Otra política que presentan como inclusiva es el Registro Único de Identidad, en los hechos es solo para marcarnos.

¿Qué estrategias se dan en Mendoza hacia el interior de los movimientos sociales y del  colectivo trans para combatir la crisis económica y la pérdida de derechos? ¿Para hacerle frente al riesgo de vida?

En la Clik trabajamos con el Movimiento por la Dignidad para gestionar planes económicos: Argentina Trabaja es uno de ellos, pero son solo un puñado de chicas las que pueden ingresar. No resuelve mucho.

Nos damos ayuda autónoma entre las mismas organizaciones siendo el estado quien debería impulsar estas políticas. No hay nada, hay vacío.

¿Cómo analizas el movimiento de mujeres en Mendoza en el presente comparado con años anteriores? ¿Hay integración real de las personas trans en el movimiento? ¿Son escuchadas sus demandas y propuestas por parte de las mujeres y la asamblea en general?

Sí, hoy las compañeras tienen una mirada más horizontal respecto a la integración de nuevas identidades, aunque no seamos tenidas en cuenta desde el punto cero hay una postura más asamblearia. Nosotras no queremos ser convocadas, necesitamos estar a la cabeza del movimiento como el resto de las mujeres. Pero por suerte  se está empezando a tener en cuenta nuestra voz, a escuchar. Esto nos hace muy felices, sentir que tenemos lugar.

¿Tenemos números de travesticidios en Mendoza?

No hay datos en Mendoza, corre por cuenta de las organizaciones el conteo y nosotras no tenemos los recursos para semejante relevamiento. El de Natalia Sandoval en 2017 fue uno de los últimos. Hay suicidios y muertes por factores externos, cada vez más, nosotras les llamamos travesticidios sociales porque responden al abandono del Estado. Esto ocurrió hace poco con la compañera Nayara Díaz que murió abandonada en el Hospital Central por falta de medicación y acompañamiento en caso de HIV.

Entre 2017 y 2018 son más de 30 compañeras muertas y estas muertes se dan por lo general en el circuito prostibulario.

 


 

El triple ajuste

Julieta Antúnez. Integrante de Ni Una Menos. Referente trans. Referente del Área de Diversidad del Partido Justicialista

¿Qué consecuencias advertís del ajuste sobre el colectivo trans y LGTTBIQ en general?

Las consecuencias son triples. No hay trabajo en Mendoza. Y los que hay se los dan al varón, luego a las mujeres, último a quienes escapamos de la heteronorma.

Las mujeres trans y travestis no tenemos la posibilidad de hacer carrera en el estado, de formalizarnos laboralmente, de sindicalizarnos. No existe la defensa gremial, los aportes, la obra social. No tenemos un bono de sueldo que nos permita alquilar una vivienda digna.

Existe el proyecto de Reparación Histórica para las mujeres trans de 45 años en adelante pero ha sido cajoneado. A ellas el Estado siempre les dejó la noche para ejercer la prostitución, no ven chance de jubilarse. Estas mujeres sufrieron las vejaciones en dictadura y hoy sufren las mismas vejaciones a través de códigos de convivencia y de faltas que se contradicen con nuestros derechos constitucionales.

Otra cosa que quiero agregar es que ocurre algo muy curioso. Los planes “Ellas Hacen” ejecutados en principio por el kirchnerismo fueron muy criticados como subsidios, peor hoy, esos críticos son los que los entregan como solución.

¿Qué medidas económicas y sociales del gobierno han impactado en detrimento con mayor fuerza sobre la calidad de vida de trans y travestis?

En 2010 abrimos un centro educativo para chicas trans y travestis con una organización social y apoyo del estado. Logramos el acceso de muchas chicas a la universidad, capacitamos a los mismos formadores para que trabajaran con nuestra perspectiva. Hoy somos excluidas, se abandonaron muchísimo los estudios universitarios por parte de las chicas que con tanto esfuerza habían logrado ponerse en carrera.

No se apuesta a la salud pública, hay vaciamiento de los programas de salud reproductiva y HIV. Es un castigo para nosotras. La falta de atención primaria en salud repercute el doble sobre nosotras; así como represión de las fuerzas de seguridad. No tenemos espacio en la calle, ni paz en nuestros hogares.

¿Cuáles son las políticas vigentes más fuertes en materia de género y diversidad que impulsa el gobierno? ¿Cómo caracterizas esta gestión sobre el área?

Este gobierno enmascara y blanquea las políticas públicas poniendo uno o dos personas del colectivo en cargos políticos pero no son representativas de nuestras realidades. Utilizan nuestras banderas. Hacen una Vendimia LGTTBIQ que no tiene nada de inclusión, que niega la disidencia a la heteronorma. Estas prohibiciones son muy dolorosas sobre nuestros cuerpos e identidades. Nuestro cuerpo es fundamentalista y disidente a la heteronorma. Nos quieren enajenar de nosotras mismas.

¿Qué estrategias se dan en Mendoza hacia el interior de los movimientos sociales y del  colectivo trans para combatir la crisis económica y la pérdida de derechos? ¿El riesgo de vida?

Fortalecernos, dar la discusión y educar a nuestros compañeros. Por lo general a los varones porque el movimiento de mujeres siempre tuvo gran solidaridad con nuestro colectivo. Hoy hay apertura en el sindicalismo y en ciertos sectores políticos partidarios de varones que con gran humildad piden aprender sobre nuestras identidades para conocer nuestros derechos. La discriminación en gran parte es por desconocimiento y la otra por malicia, como la de este gobierno que solo gobierna para un sector. Un gobierno que no se interesa por la clase obrera menos lo hará por nosotras.

¿Hay propuestas legislativas de la oposición al respecto?

En 2015 presenté el proyecto de ley de cupo laboral trans, pasó por comisiones, lo defendimos y pero llegó a la de Género y es allí donde aún duerme. Existe el proyecto de reparación histórica para mujeres mayores que ejercen la prostitución porque es muy doloroso verlo en chicas imagínate en señoras que pueden ser mi madre. Pero no se mueve.

¿Cómo analizas el movimiento de mujeres en Mendoza en el presente comparado con años anteriores? ¿Hay integración real de las personas trans en el movimiento? ¿Son escuchadas sus demandas y propuestas por parte de las mujeres y la asamblea en general?

Veo una madurez impresionante, recuerdo la reunión en el anexo de la legislatura, la primera marcha de Ni Una Menos, con muchísimo orgullo. Hoy la asamblea que empezó con un puñado de organizaciones suma 80 agrupaciones. El nivel de discusión, de defensa y argumentación, la retroalimentación entre sectores diversos de las políticas es un lujo. La unidad del sentirnos mujer es fantástico a pesar de pertencer a lugares distintos desde lo político.

Cada vez más compañeras trans se suman y son tan respetadas como cualquiera, hasta hace poco yo era la única. Ahora hay muchísimas chicas trans adolescentes. Siempre tuvimos el respeto y el apoyo del movimiento de mujeres, eso lo reconocemos siempre. Este año el documento final del #8M sumó nuestras demandas.

 


Leer más:

#8M, el día en que las mujeres paramos el mundo