Por Laura Hart*
Fotos: Seba Heras

Sara tiene un camino claro de lucha, una dirección sin divergencias. Ella busca movilizar a través de su cámara. Exhibir lo que de otra forma no se ve, mostrar de otros la misma resistencia que ella tiene ante las injusticias, sobre todo aquellas que van contra la mujer. Esa es la realidad que hoy hace disparar la cámara de Sara.

Y tiene sus motivos, pues desde hace más de cuarenta años emprendió un camino al que se le fueron sumando gentes que comparten la” impertinente” idea de defender los derechos humanos y sumarse a la reivindicación de la mujer.

La protagonista en la expo MujerYando es, justamente, la mujer.  La que busca su pariente desaparecido por cuestiones políticas, la que boga por el derecho sobre su cuerpo y su destino, la que rompe mandatos patriarcales, la que va a la marcha en apoyo a otros… podría seguir enumerando tantas intenciones como fotos hay tomadas por Sara.

En la muestra encontramos escenas que son desgarrantes como en las imágenes “juicio”, “rosa” y “abrazo“, en las que el dolor esta explícito en la expresiones de las personas allí retratadas. Ellas llevan en sus rostros la marca de las duras experiencias que aún hoy siguen en sus vidas. No es dramaturgia, es vivencia.

En “madre” y “rastas” está lo generacional. Sara nos enseña que no hay edad para la revolución femenina, que la suma de voces unidas con un fin no discrimina. Con una imagen tan elocuente, la autora nos muestra que hay millones de mujeres y millones de razones.

Con “Johana” y “Pepa” se rompen las barreras de aquello de lo que no se habla, hay denuncia, hay memoria que no cesa, hay bronca y reclamo. Las imágenes no silencian nada. Al contrario, con cada visualización se potencian en el entendimiento colectivo, aquellos lamentables sucesos.

Lo estético y lo poético también protagonizan las imágenes de Sara como en “Vendada” donde dramáticamente participa lo teatral, y la cosmética de “Pestañas”, en ambas imágenes  confluye la indumentaria muy dramática en la primera y la otra va entre el encanto y la travesura, las dos aluden a lo terrible de las persecuciones y represiones.

Encontramos en “Murga”, la conjunción del atuendo más la fuerza del rostro. La mujer con autodeterminación se planta frente a la cámara de Sara. Entre ellas se percibe las miradas de mutuo entendimiento y complicidad.

En las catorce fotografías digitales de MujerYando, Sara toma a la mujer como símbolo de autodeterminación y la calle como el espacio visible del todo. Los personajes retratados conllevan las expresiones auténticas. Se ve la soltura femenina de aquellas que luchan por lo que quieren y se muestran libertas. Sin embargo, Sara no exhibe sensacionalismo. Su temática aborda lo más terrible de la realidad humana pero no de forma brutal. Y, si bien la esencia de su arte está en el dolor, no es el dolor que devasta sino ese que transforma.  No puede ser de otro modo tratándose de Sara, hay risa, silencio, grito. También la incredulidad del experimentado, la fuerza resiliente, el avance audaz y la denuncia.  Todas son imágenes cargadas de contenidos ideológicos y de situaciones conmovedoras. Muestran lo verídico y lo humano sin condimentos.

En MujerYando, Sara vuelve a reafirmar ese carácter testimonial de las movilizaciones por las injusticias sociales.  Ella congela las situaciones con el disparo espontáneo. No tiene ninguna dificultad en encuadrar la imagen en breves segundos, a pesar del constante movimiento de la multitud.  Algunos de los personajes se prestan y muestran su rebeldía como parte de lo revolucionario que llevan como manifiesto. Otros la ignoran. Todos son protagonistas. Sara pone lo suyo y trabaja activamente capturando escenas que reflejen su propio pensamiento, una postura clara de adonde apunta su intención. Se ve su marca, su determinación de ratificar ese lenguaje visual que muestra al desnudo nuestro mundo cotidiano, aunque a muchos no les guste y miren hacia otro lado.

 

*La autora es artista visual y documentalista.

 


 

La muestra MujerYando puede visitarse hasta el 13 de diciembre en la Biblioteca Pública General San Martín.