Desde el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, la celebración del Primero de Mayo es un símbolo del contundente respaldo popular hacia el proceso revolucionario y su líder, el recientemente fallecido Fidel Castro.
Nuestro reportero gráfico Coco Yañez visitó la isla en el 2014, 55 años después de aquella primera jornada histórica de conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores. En medio de una manifestación de millones de cubanos y cubanas y viajeros de todo el mundo, tomó las fotografías que hoy compartimos con ustedes, como una forma de homenaje a la hermandad de los trabajadores con Fidel, la figura política latinoamericana más trascendente del último siglo.
En mayo de 1959 se inauguró en la Habana la Plaza Cívica, bautizada posteriormente como Plaza de la Revolución José Martí. Allí se celebró el desfile revolucionario con motivo del Día Internacional de los Trabajadores y, desde entonces, la fecha se convirtió en una referencia ineludible para los cubanos y los pueblos del mundo solidarios con la Revolución.
“Democracia es aquella que garantiza al hombre, no ya el derecho a pensar libremente, sino el derecho a saber pensar, el derecho a saber escribir lo que se piensa, el derecho a saber leer lo que se piensa o piensen otros; el derecho al pan, el derecho al trabajo, el derecho a la cultura, y el derecho a contar dentro de la sociedad”. (Fidel Castro, 1 de mayo de 1960)
“La Revolución es sólida. La Revolución es fuerte. La Revolución no es la obra de un día ni de un año; es obra para siempre en lo adelante. Es una obra eterna, en la cual el actor fundamental es el pueblo, los trabajadores”. (Fidel Castro, 1 de mayo de 1972)
“¡Ese es nuestro pueblo! Este pueblo que está aquí, este pueblo de trabajadores, de soldados; el pueblo internacionalista, el pueblo de los gloriosos combatientes de Angola y de Etiopía, el pueblo donde más de 100.000 soldados y reservistas de sus Fuerzas Armadas han cumplido ya misiones internacionalistas; el pueblo que cuando piden maestros para Nicaragua, ofrece 29.500”. (Fidel Castro, 1 de mayo de 1980)
“En nombre del millón de personas aquí reunidas este Primero de Mayo, deseo enviar un mensaje al mundo y al pueblo norteamericano: No deseamos que la sangre de cubanos y norteamericanos sea derramada en una guerra; no deseamos que un incalculable número de vidas de personas que pueden ser amistosas se pierdan en una contienda. Pero jamás un pueblo tuvo cosas tan sagradas que defender, ni convicciones tan profundas por las cuales luchar, de tal modo que prefiere desaparecer de la faz de la Tierra antes que renunciar a la obra noble y generosa por la cual muchas generaciones de cubanos han pagado el elevado costo de muchas vidas de sus mejores hijos”. (Fidel Castro, 1 de mayo de 2003)
