El fracaso de la estrategia que ejecutó el gobernador de Mendoza para los 22 días de septiembre tambalea enmascarado en los medios oficialistas, y su errática decisión se vende como hazaña. En el relato radical pro, el caballero Suarez desafía al temible poderoso e injusto rey Alberto -y su emperatriz Cristina- quienes amenazan con destruirlo. Una fábula delirante que no incluye, terapias, infectados, hospitales, ni personas en inexorable riesgo de muerte. Con un invicto de derrotas en pronósticos y recetas sanitarias, Cornejo, con suficiente espalda empresarial, continúa al mando de la “cuarentena inteligente”.
Por Redacción EL OTRO
Sin lugar a dudas
🔴SIN LUGAR A DUDASEn la conferencia de prensa que Rodolfo Suarez dio el pasado 1 de setiembre, para anunciar las…
Posted by El Otro Diario on Thursday, September 17, 2020
En la conferencia de prensa que Rodolfo Suárez dio el pasado 1 de setiembre, para anunciar las medidas de la nueva etapa de distanciamiento social, el gobernador de Mendoza destacó a la “estadística de la positividad” como el “dato más importante que tenemos que tener en cuenta”. “¿Qué es la positividad?”, se preguntó, e inmediatamente respondió: “Es el porcentaje de casos positivos (de Covid-19) que da sobre test realizado por día”. “Si hacemos 1000 test y tenemos 500 positivos, la positividad es de 50”, ejemplificó tan didáctico como adusto. (ver video arriba).
“En el día de ayer (por el 31 de agosto) tuvimos una positividad alta, cerca del 45%, eso es muy alto”, subrayó Suarez y luego trazó su propia vara de cara a los días venideros: “Si con estas medidas y el cuidado de la gente vamos bajando, y que la positividad sea del 40, del 30, del 20, podemos mantenernos en esta situación. Si vemos que en diez días la positividad sigue siendo muy alta, vamos a tener que tomar otras medidas, sin lugar a dudas”.
Mala mía
Con el diario del lunes y las estadísticas oficiales el dirigente radical ya supo que en los primeros 10 días de setiembre –y en los posteriores- el porcentaje de positividad jamás bajó de 40% e, incluso, el 10 de setiembre alcanzó el récord de 53%.
¿Qué hizo entonces Suarez ante la evidencia empírica de su fracaso? Pues no mucho más que seguir apelando al “aislamiento voluntario” de la población, que ni siquiera su ministra de Cultura y Turismo respetó, y estirar la lotería de camas y respiradores hasta el 22 de setiembre, fecha en que deberá disponer nuevas medidas para enfrentar la pandemia.
Siga, siga…
En el escritorio del gobernador mendocino, además del mapa nacional, está la planilla excel con los datos duros de septiembre: 9.112 casos positivos, el 54% del total, y 75 decesos, el 36% de los que se registraron, además del teléfono con las voces del círculo político y económico que lo entorna, que hasta el momento le marcó la cancha.
El avance escalofriante de la pandemia en la provincia en la última quincena no acaba en los números que hoy muestran las estadísticas, las estimaciones oficiales pronostican un pico de 1.000 contagios por día en octubre. Todo esto en medio del colapso del sistema de atención sanitaria, calificado por el propio Suarez en estado “crítico” y “estresante”.
No obstante la marea de contagios, la suerte de los mendocinos y las mendocinas ya está echada. Lo que ha dejado trascender el mandatario, y los periodistas de su grupo de WhatsApp oficioso, es que no se vuelve a la fase de aislamiento social. Con la “apertura económica” como bandera y la “responsabilidad social” como escudo, desde el 22 de setiembre la sociedad mendocina convivirá en una nueva fase de “distanciamiento social” con algunos obstáculos.
La decisión está sentenciada. Es un hecho que el Decreto de Necesidad y Urgencia que comenzará a regir el martes estará determinado por el plan que el exgobernador Alfredo Cornejo tiene para avanzar en su posicionamiento político nacional. No habrá lugar en las nuevas disposiciones para atender la proliferación de casos, la escasez de recursos monetarios y los reclamos de buena parte de la sociedad. Tampoco el pedido de profesionales de Salud en la línea de fuego, como el Jefe de Terapia Intensiva del Hospital Central, Mariano Antonio, quien asegura que con la capacidad agotada de ese hospital y del Lagomaggiore el sistema ya está colapsado.
En el relato oficialista tampoco hay margen para retrocesos, porque un razonable ajuste de las medidas que busque retardar el avance de casos sería visto como una debilidad ideológica en el posicionamiento político de una provincia cada vez más dependiente de los giros nacionales, pese al terraplanismo libertario del #MendoExit.
Un médico por allí…
El regreso a la Fase 1 al que se vio obligado el gobierno de Jujuy, tras el crecimiento exponencial de casos, desnudó la improvisación de los “equipos técnicos del radicalismo”, los mismos que Cornejo ofreció, allá por julio, para salvar la salud de todo el país, exigiendo “testeos masivos” que, a la luz de la altísima tasa de positividad local, el gobierno de su heredero no está realizando.
Las previsiones del exgobernador devenido en experto en salud fracasaron exitosamente. Valga repasar su ejemplo de la derecha israelita como paradigma de la apertura económica, para observar cómo el manejo de la pandemia se hizo trizas al poco andar. La administración de Nentanyahu, dispuso una segunda cuarentena estricta en Israel, debido al número de infectados y muertes, que provocará un retroceso de la economía, con una caída del PBI del 7%, una desocupación del 20%, situación que llevó al gobierno a otorgar seguros populistas de desempleo, que equivalen al 70% del salario, hasta 2021.
En la disyuntiva entre el botón rojo de Alberto y el plan del círculo rojo de Alfredo, el Caballero Rody ya optó por la estrategia política de confrontación con la Casa Rosada. Confía en tranquear a paso de vencedores, sin mayores obstáculos de la oposición tras los muros de palacio, con la armadura blindada por sus hijos de pauta, y montado en el antiperonismo vernáculo que, según AC Consultora, alcanza el punto más alto del gorilismo nacional.
Esa falta de racionalidad sanitaria indudablemente se llevará más vidas que -observando lo que ocurre en todo el mundo-, no aliviarán la economía enferma que se postula sanar.
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