Anita Salatti y Lucas Morales hacen una guía culinaria en Mendoza que excede la comida por mucho, y comparte experiencias complejas que enriquecen cualquier plato. EL OTRO fue a la heladería con los Gula Gula.

Fotos: Seba Heras

Anita Salatti es fotógrafa, se fue a Córdoba un rato largo pero después volvió a Mendoza, y jugando a la pelota con las Canarias libres (equipo amateur en el que participa) conoció a Lucas Morales, que es músico y labura de sonidista.

Entre los dos se forjó una amistad que incluyó la idea de juntarse a explotar una pasión que comparten, la cocina. Pero les dio fiaca y decidieron salir a comer. Con amigos o sin ellos, antes de un evento o después de un recital.

En la página de Facebook que crearon para compartir estas experiencias especialísimas que viven de cuando en vez, pueden verse los videos donde ellos comentan qué les parece cada lugar de comidas y brindan un contexto que poco tiene que ver con las adulaciones banales. Acercan información de la experiencia de cada restó, cocina, fonda, heladería o carrito que visitan con la menor cantidad de prejuicios posibles.

¿Cómo es que empezaron a pensar en una guía de comidas local?

Lucas: La verdad es que nunca nos lo planteamos así…

Anita: Para nada, no lo pensamos de esta manera en ese momento.

L: Lo que hacíamos al principio era puntuar los lugares pero yendo también a la mística de cada uno. Porque también nos hubiese gustado que en algún sitio estuviese disponible esa información.

A: Fue mucho de empezar a juntarnos a comer, y después del intercambio de “Che, mirá este plato o tal otro”, empezamos a anotar en una libretita, a charlar con los mozos, pero ni pensábamos en hacer videos.

L: Claro, cuando empezamos teníamos un papelito, como una fichita en la que escribíamos, pero después dijimos esto hay que plasmarlo en otra cosa, como una página o algo así.

A Anita le da mucha vergüenza aparecer en los videos pero se la aguanta hasta donde puede. Ella es Paulina y Lucas es Diego en los audiovisuales porque la aplicación que utilizan en el proceso de edición reproduce con audio las palabras que ellos escriben. Encontraron una referencia lejana y un poco borrosa en el programa Tiranos Temblad TV, de Uruguay.

¿Les toma mucho trabajo la realización de esta guía?

A: Tiene mucho tiempo encima. De a poco nos vamos afilando.

L: Sí, nos vamos poniendo más finos en la edición de la música y las imágenes, pero lleva mucho tiempo porque lo hacemos de una forma muy desordenada en nuestros teléfonos, con aplicaciones muy básicas. Nos pasamos todo por Whatsapp y lo vamos armando.

En los hechos de creación suelo observar que está presente el juego. ¿Lo sienten así en esta guía?

A: Para mí es un juego que después se va a poniendo más serio…

L: Totalmente, es un juego que nos encanta porque es súper divertido, porque decimos lo que se nos canta, cuando y donde queremos. Es gracioso pero está puesto el corazón ahí y eso se re nota. Decimos cosas muy personales.

A: A veces pasa que gente re desconocida comenta cosas que te hacen ver que realmente escuchan todo lo que decimos.

¿Qué respuesta tienen en redes?

L: Una amiga me decía que no había visto esta onda youtubers acá en Mendoza pero nosotros no nos planteamos hacer algo así. Incluso armamos el canal de YouTube pero nos dio fiaca subir los videos porque es un proceso lento y aburrido.

Son jóvenes, divertidos y distintos. Ella es vegetariana y él sumamente carnívoro. Tienen en común la pasión por la cocina, la comida y los alimentos. Este amor parece venir de las artes de las abuelas de cada uno quienes supieron conquistar las panzas y los corazones de sus nietos.

“Sigamos jugando” dicen con soltura mientras disfrutan del helado del cual veremos críticas en breve. Como adelanto, las y los fanas de la Guía Gula Gula pueden esperar las reseñas de un par de lugares que los anfitriones visitaron en Chile y las aclamadísimas comparaciones de choris de canchas.