Gustavo Díaz, delegado sindical en Cuyo de los empleados de ANSES (SECASFPI), analiza el impacto de los proyectos de reforma del Poder Ejecutivo Nacional, que “en realidad son un gran ajuste”. En diálogo con EL OTRO, el dirigente critica la conducta de la cúpula de la CGT y afirma que “tienen que dejar de ser dirigentes quienes no defiendan los intereses de los trabajadores”.

Fotos: Coco Yañez

¿Cómo recibieron el proyecto de reforma previsional y qué acciones han llevado a cabo?

El 29 y 30 de noviembre tuvimos el décimo primer Congreso Nacional con la presencia de más de 350 delegados de todo el país. Movilizamos el 29 a plaza Congreso justamente por la reforma previsional que trataba ese día el Senado.

Todos los proyectos de reforma están vinculados. No podemos hablar solo de la reforma previsional cuando la reforma tributaria afecta la sustentabilidad del sistema previsional, así como lo hace también la reforma laboral por la incidencia de los aportes de los trabajadores.

En esa plaza Congreso nos juntamos con las dos CTA, con la Corriente Federal de Trabajadores de la CGT, organizaciones sociales, el cooperativismo y muchos jubilados agradecidos por la movilización de los trabajadores activos.

Específicamente, ¿cómo califican la nueva fórmula de actualización que estipula el proyecto del oficialismo?

Con este nuevo cálculo de movilidad les meten la mano en el bolsillo a los jubilados en una suma global que ronda entre 112 mil o 135 mil millones de pesos. Pero no solo afecta a los jubilados, sino también a quienes reciben la asignación universal por hijo (AUH).

Dentro de ANSES, tiene el correlato de los créditos ARGENTA que se dieron en campaña electoral tanto a jubilados como a personas con AUH. Se realizaron varios operativos por la masiva demanda de créditos que había. Cuando a los haberes se les reste la cuota del crédito, y con esta nueva fórmula de cálculo de movilidad, se va a notar la debacle social en los sectores más vulnerables. Por eso decimos que esto no es reforma, es ajuste.

Los delegados sostenemos que hay que defender el sistema de seguridad social. Creemos que hay que resistir estas reformas con organización y unidad.

¿En qué situación se encuentran los empleados de ANSES? ¿Continúan los despidos?

Estamos teniendo muchos despidos. El lunes 27 de noviembre fue el día de la previsión social, nuestro día. Lo macabro en este año fue que el viernes anterior, el Director Ejecutivo de ANSES hizo llegar un mensaje de agradecimiento a todos los trabajadores, llamando a redoblar los esfuerzos. Pero el día lunes, día de la previsión social llegaron un montón de telegramas de despido a compañeros, sobre todo contratados que debían renovar el 31 de diciembre. Pero también llegaron telegramas a becarios y trabajadores de planta permanente. Todos sin causa.

En este sentido, el mensaje de nuestro secretario general Carlos Ortega es que si a nosotros como dirigentes no nos conmueve un despido tenemos que dejar de ser dirigentes. Por eso llamamos a resistir y a proteger a nuestros trabajadores.

Es muy común ahora el desprestigio y la estigmatización que se hace hacia los trabajadores de ANSES y trabajadores públicos, pero no se valora el esfuerzo que han hecho en el último tiempo, con la AUH, la garrafa social, PROCREAR, PROGRESAR, Conectar Igualdad, con la jubilación de amas de casa. De tener algún dato suelto de los titulares de estos derechos, llegamos a tener en detalle toda la información de cada grupo familiar.

Cada empleo que se pierde es una cuota de la seguridad social que se pierde. Por eso nuestro mensaje es que debemos defender todos los empleos, de cualquier gremio. ¿Cómo no vamos a salir a la calle a defender el trabajo, si cada trabajo perdido daña la sustentabilidad del sistema previsional?

¿Cómo explican que una parte de la dirigencia política y gremial promueva estas iniciativas que van en contra de los sectores más débiles, algo que pasó hace poco en los años 90?

Nuestro sindicato surgió de una excaja y quienes peinan algunas canas recuerdan esa embestida en los 90, con el achicamiento del Estado, el agrupamiento de cajas jubilatorias en ANSES y luego lo que fue el negocio de las AFJP.

Nosotros decimos que hay una batalla cultural que dar. En ANSES la mayoría de los compañeros son jóvenes que no vivieron desde lo laboral esa etapa crítica. Lo que han vivido son las paritarias, los aumentos salariales por encima de la inflación y una etapa de consolidación de derechos. Pero poco a poco se están dando cuenta de que, con este paquete de reformas regresivas, se repite la historia.

Hace poco el Director Ejecutivo de ANSES dijo que los jubilados ganan mucho. ¿Cómo te sentás a atender a un jubilado que viene a pedir una tarjeta ARGENTA para pagar deudas?

Pero la CGT le dio aval a la reforma laboral…

Aval no hubo. Porque las regionales de la CGT, incluida la regional Mendoza, no dieron mandato a la cúpula. Ni tampoco hubo un llamado a un confederal para que se debatiera y pusieran en función los congresales y mecanismos institucionales para tomar una decisión así.

Es muy difícil explicar lo que pasa cuando algunos dirigentes van en contra de sus trabajadores. En la plaza Congreso había compañeros de la UOM apoyando el reclamo, cuando Caló fue uno de los que apoyó la reforma. Lo mismo UPCN, pero qué se puede esperar de dirigentes que llegaron a armar una AFJP.

El aval proviene de los intereses de estos dirigentes, no de los trabajadores. Y defraudan a la totalidad del movimiento obrero. Porque se olvidan de la historia, se olvidan de los compañeros caídos y de lo que costó cada uno de los derechos de los trabajadores.

Lo mismo pasa con la dirigencia política, porque a muchos de los que están yendo contra los trabajadores el pueblo les dio su voto para ser oposición. Tendrían que ser respetuosos de ese mandato. Es un fraude electoral.

¿Qué perciben en las ventanillas de atención de ANSES? ¿Hay inquietudes ante los proyectos de reforma?

Lo que primero que se ve es un crecimiento del malestar social, aunque no te digan la cuestión de fondo.

Pero también hay que tener en cuenta que durante mucho tiempo hubo un empoderamiento de la clase trabajadora, un colchón que aún no llega al fondo del bolsillo a pesar de la inflación y todas estas medidas.

Ese es el margen que esta gestión tiene para llevar adelante las reformas. Pero cuando el agua te llega al cuello, es muy tarde si no te diste cuenta en su momento. Por eso es que la batalla cultural todavía está pendiente.