La misma semana en que Mendoza fue conmovida por un triple femicidio y se cumplieron 30 años del femicidio de Alicia Muñiz, la Municipalidad de Las Heras abrió las puertas de la Sala Cultural “Malvinas Argentinas” para presentar una biografía sobre su victimario: Carlos Monzón. En Santa Fe, en cambio, el colectivo Ni Una Menos repudió un monumento al macho que se hizo y deshizo a las piñas.
El 14 de febrero de 1988, Carlos Monzón asesinó a su pareja Alicia Muñiz. De acuerdo con la sentencia judicial que lo condenó a 11 años de prisión, el boxeador ya retirado, ahorcó con sus manos a la mujer hasta dejarla en un estado de inconciencia y luego la arrojó al vacío desde un balcón.
Aún no existía en Argentina la figura penal de femicidio –instaurada en 2012- que hubiese la condena a prisión perpetua del ídolo santafesino. Sin embargo, por primera vez se instaló la discusión de un homicidio machista en los medios de comunicación masiva, y se apuraron algunos cambios institucionales con intenciones de proteger a las mujeres violentadas.
“Tres décadas después del crimen algunas cosas no han cambiado en los medios de comunicación pero sí en la sociedad”, escribió Victoria Rodríguez, el miércoles último en Revista Anfibia. En la excelente crónica, la comunicadora reseñó que en la costanera santafesina aún existe un monumento que rinde homenaje al deportista, pese a que la estatua es resistida por consagrar la violencia simbólica en el espacio público.
Recuerda Rodríguez: “El año pasado, a raíz del aniversario del asesinato de Alicia Muñiz, Diario UNO de Santa Fe publicó una nota titulada ‘Carlos Monzón: el femicida que tiene un monumento‘. Las repercusiones fueron inmediatas. Las entrevistadas sufrieron amenazas e insultos y tuvieron que bloquear contactos en las redes sociales. El diario cerró los comentarios en el sitio web por la cantidad de agresiones registradas pero el tema no quedó en un foro virtual. Durante días, otros medios se sumaron al debate y hasta la subsecretaria de Políticas de Género de la provincia, Gabriela Sosa, se mostró a favor de reemplazar el monumento por uno que realce el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia”.
Dale campeón
Este año, Diario UNO de Mendoza y el resto de los medios del grupo Vila-Manzano, auspiciaron con una importante campaña publicitaria en gráfica, radio, redes sociales y televisión, la presentación del libro “Monzón. La biografía definitiva” (Editorial Planeta), de Carlos Irusta. “Monzón fue una figura trágica que merecía una biografía definitiva”, sintetizó La Municipalidad de Las Heras en una gacetilla oficial de promoción.
La misma semana en que Mendoza fue conmovida por un triple femicidio, el municipio lasherino dispuso de la Sala Cultural “Malvinas Argentinas” para que –el viernes pasado- se realizara una exposición que tuvo todos los ingredientes de homenaje hacia el campeón del “deporte de los puños”.
“¿Sintió la presión de lavar la imagen de Monzón sobre todo en esta era de la violencia de género?”, le preguntó el periodista Hugo García a Carlos Irusta, en una entrevista publicada en diciembre del 2017 en el diario La Voz del Interior. El biógrafo de Monzón respondió: “El aprecio por una persona va más allá de ciertas cosas. A lo mejor estoy diciendo algo políticamente incorrecto. Un periodista amigo, que ya falleció, me confesó: ‘Monzón no es más amigo mío porque mató a la mujer’. Es entendible. Me costó separar”.
En su reciente paso por Mendoza, Irusta ratificó su línea argumental. El periodista deportivo recordó en Radio Nihuil que visitó a Monzón varias veces mientras cumplía su condena. “Estaba muy torturado mentalmente, porque él nunca admitió haber matado a su mujer, a quien la quería mucho, porque una cosa no tiene nada que ver con la otra. Y además estaba el tema de Maxi, su hijo. Monzón siempre fue un padre de familia, un pater familias de verdad preocupado por sus hijos. Y en el caso de Maxi es la verdadera víctima de todo lo que pasó, porque primero se quedó sin la mamá y después sin el padre a quien nunca más volvió a ver”, expresó indulgente el escritor, sin recibir repregunta.
Lo políticamente correcto
“Lo personal es político”, señalaron las mujeres que recordaron a Alicia Muñiz al pie del monumento a Carlos Monzón el miércoles pasado, y pusieron claridad sobre lo que aparenta una contradicción: “Lo que cuestionamos en relación al monumento a Carlos Monzón no son sus méritos de deportista que son irrebatibles (…) Nuestro objeción radica en que consideramos que ningún femicida -tenga el oficio o profesión que sea‑ puede tener un monumento en un espacio público. Si un científico descubriese la cura del cáncer y fuera un femicida, el cuestionamiento sería el mismo”.
