Sergio Giménez tiene 53 años y ha destinado una parte importante de ese medio siglo a su labor como empleado en el Banco Nación. El dirigente sindical, del riñón de Sergio Palazzo, ocupa actualmente la Secretaría General de la Seccional Mendoza. En diálogo con EL OTRO, Giménez desgranó detalles del “sindicato que hizo dieciséis paros en el gobierno de Cristina” y que viene jugando fuerte en el escenario nacional.

-¿Cómo han llegado al peso específico que tienen hoy en el mundo sindical?

-La verdad es que no ha sido para nada sencillo. Cuando detuvieron a Zanola estuvimos al borde de la disolución como sindicato y en esto involucraron a la obra social en la mafia de los medicamentos. ¿Te imaginás?, con el secretario general preso y con un sector empresario que jugaba fuerte, porque para ellos “no hay mejor sindicato que el sindicato  que no existe”. En ese momento le toca hacerse cargo a Sergio (Palazzo) y él empieza a trabajar para la reconstrucción. Dejamos de salir en las páginas policiales para empezar a tener un reconocimiento gremial, primero por el reordenamiento y, ahora social también. Por eso, si me preguntas el porqué del buen recorrido del gremio, te digo “la culpa es de Palazzo”.

-Están jugando fuerte en política y parece que desde distintos espacios se les acercan…

-Sí, justo hace un rato charlaba esto con un compañero. Nosotros nos reímos porque lo primero que te dicen ahora es “pero mirá a estos radicales K” y lo cuestionan a Sergio por ir al acto en conmemoración de la primera presidencia de (Hipólito) Yrigoyen en el que estaba Cristina (Fernández) y él les respondió: “yo voy a un acto que organizan mis correligionarios al que está invitada también Cristina”. Nosotros hicimos dieciséis paros en el gobierno de Cristina. Por ahí nos dicen que somos un anexo de “La Cámpora” pero nada que ver… Nos gustaría ser de “La Cámpora” por la edad pero… (risas).

Nosotros desde el sindicato tenemos una visión sobre la tarea reivindicativa de los derechos laborales que está en el ADN de nuestra labor, pero no podemos agotarla ahí. Tenemos que intentar aportar a la agenda general de las políticas públicas, porque los trabajadores debemos dar un aporte en torno a qué educación queremos, qué sistema de salud necesitamos, qué ley de entidades financieras es la mejor para el país.

img_20161012_140140646Foto: Apprentice

 

-Desde afuera se ve una heterogeneidad ideológica importante en La Bancaria. ¿Es así en realidad?

-Sí, tenemos muchos compañeros radicales, otros que tienen que ver más con el peronismo y algunos que abonan otras expresiones. Siempre con mucho respeto entre todos. El ejemplo que se me viene a la memoria es la relación que tenemos con (Roberto) “el Tito” Fresina que milita en el PO (Partido Obrero). Con él, como con muchos otros hemos trabajado y trabajamos mucho.

Es más, el voto mayoritario de los bancarios estuvo con el Frente Cambiemos. Yo dije bastante que no teníamos que guiarnos por una o dos consignas pero cada compañero elige como cree que es mejor. Nosotros estuvimos apoyando a Scioli y en noviembre del año pasado, antes del ballotage, hicimos un paro por incumplimientos de un acuerdo.

-¿Van al paro por demandas propias nada más?

-En principio hablamos de la necesidad de reapertura de paritarias, impuesto a las ganancias, rechazo de la precarización del sistema financiero, y la defensa de la banca pública, pero como dirigentes tenemos que tener una visión a futuro porque ahí es donde se cuidan los puestos de laburo.

img_20161012_152556671Foto: Apprentice

 

-¿En qué aspectos se observa la precarización del sistema financiero?

-La ley de entidades financieras es obsoleta, ya que viene del frío y las balas de la dictadura militar. Nosotros acompañamos a Carlos Heller (diputado nacional) en su proyecto, porque coincidíamos en que el servicio financiero debe servir a la producción y la industrialización y no a la especulación.

Pero esta liberalización que se puede plantear desde el Banco Central si no se la para a tiempo puede darse con la colocación de productos bancarios en cualquier otro negocio fuera de los bancos. Estaciones de servicios, supermercados y farmacias  son los primeros, si ves que atrás están Aranguren (Shell), Quintana (Farmacity) y Marcos Peña (hotelería), que son sus representantes. No hay que ser “Harry Potter” para darse cuenta de a quién se va a beneficiar con esas medidas.

Y el sector bancario está muy preocupado porque entre cadenas de farmacias, súper y estaciones tenés 10 estructuras distintas, o sea 10 bancos que podrían cubrirlas. Pero en Argentina tenemos cerca de 70 bancos… Además, en estos lugares no pagarían sueldos de bancarios, ni seguridad ni seguros bancarios con lo cual la competencia será brutal.

Pero además se podrían comercializar productos bancarios sin la intervención de organismos de control, en bancos virtuales y desaparecerían millones de puestos de trabajo y, lo que también es relevante, es que en este esquema se podrían blanquear fondos mal habidos sin inconvenientes. Hoy el laburante bancario si te pregunta de dónde sacaste los fondos.

Y el paradigma que nos ponen es el banco “KOOL”, que es al que han ido los técnicos del Santander, del Galicia y demás a ver cómo es el sistema. Allá funciona el cartel de Sinaloa, el de Juárez y algún otro.