De no mediar sorpresas, hoy el Senado dará aval para que José Virgilio Valerio integre la Suprema Corte de Justicia de Mendoza.
Fotos: Coco Yañez
A pesar del inédito rechazo social que generó su postulación, el gobernador se respaldará nuevamente en el control de la mayoría legislativa que ostenta. Las argumentaciones en contra del juez, opacadas por la disciplina partidaria oficial y un peronismo vetusto, desordenado y sin rumbo. Las circunstancias obligan al FIT a participar de la sesión.
Nunca antes en la historia institucional de Mendoza se generó tamaño debate alrededor de la candidatura a un cargo de los denominados vitalicios. En medio de la consternación social generada por un recrudecimiento de la violencia hacia las mujeres, que ha suscitado una creciente movilización en las calles al grito de Ni Una Menos es No a Valerio, el gobernador Alfredo Cornejo, obstinadamente, sostuvo su decisión de colocar a su “pollo” en la Corte. Un juez que ha demostrado a través de sus fallos obedecer a un sistema de ideas que propugna la homofobia, la misoginia y la discriminación social.
Hoy, desde las 9 horas y en sesión secreta, senadoras y senadores tendrán la posibilidad de exponer sus posiciones respecto a su pliego. Luego vendrá el turno de la votación. Según consta en el reglamento interno del Senado, modificado tras el bochorno en torno a la nominación -también a la Corte- de Miriam Gallardo bajo la gobernación de Francisco Pérez, “La votación referida se instrumentará por Bloque y la Junta Escrutadora constituida previamente, entregará una bolilla de un mismo color a cada Senador, para que al momento de producir el acto del voto la deposite en alguno de los dos receptáculos de la urna que indicarán el sí o el no, para expresar su voluntad por la afirmativa o negativa”.
Más allá de esta formalidad, el resultado final parece cantado: Valerio obtendrá los votos necesarios para llegar a la Suprema Corte, cuestión que ayer aseveró el mismo gobernador durante el anuncio de obras en el Parque General San Martín. Allí, Cornejo afirmó que hacia dentro del bloque que controla “no hay diferencias, entiendo que tenemos los votos necesarios para que (Valerio) sea promovido como juez, basándome en las reuniones que hemos tenido”. Al tiempo que denostó, desde una doble moral del ejercicio político, los argumentos que impugnaron a su candidato en la audiencia pública del miércoles pasado: “lamentablemente la gente que impugnó a Valerio lo hizo con un espíritu militante y no con sólidos argumentos para convencer a los senadores, como se da en otros lugares en el mundo”.
El poroteo de Cambia
El Senado provincial se compone de 38 legisladores y para que el pliego de Valerio tenga curso favorable se requiere mayoría simple, una vez alcanzado el quórum para sesionar. El bloque Cambia Mendoza cuenta con 20 senadores que responden directamente al gobernador. Por lo que en caso de asistencia perfecta, dispone de la mayoría simple requerida para concretar el acuerdo, amén del changüí de un eventual (e incómodo) desempate de la vicegobernadora Montero. Si bien en la audiencia pública se interpeló contundentemente a las senadoras radicales, varias de ellas elegidas por izar en campaña las banderas de las problemáticas de la mujer, todo indica que la orden del gobernador no permitirá fugas o disidencias internas.
No será el caso del senador Ernesto Mancinelli del monobloque Libres del Sur, socio político y obediente habitual a las órdenes de “Alfredo” (votó afirmativamente, por ejemplo, el cuestionado “ítem aula”). La mediocre gestión de Silvina Anfuso (también de Libres del Sur), en la dirección de Mujer y Género y sus consecuentes cuestionamientos por parte del movimiento de mujeres, parecen haber condicionado su voto en contra de Valerio, que anticipó apenas se publicitó la postulación.
Peronismo domesticado
Pero más allá del “número” garantizado por Cambia Mendoza, posiblemente el aval a Valerio adquiera mayor volumen desde el bloque del Frente Para la Victoria-PJ. Luego de diversos encuentros para “cerrar filas” y acordar una postura en conjunto, su presidenta, Patricia Fadel informó que “habrá libertad de conciencia para votar el pliego”. El anuncio de la senadora, reflejo de la crisis interna que transita el peronismo, desembucha que habrá bolillas de su espacio en la urna del SÍ.
Aunque desde la flamante conducción partidaria se instó a negociar una posición común, posicionamientos favorables a la iniciativa oficial como el de Jorge Giménez, intendente de San Martín, o de Rubén Miranda, diputado nacional entonado por su triunfo interno en Las Heras, ya vaticinaban el voto dividido del bloque, mayoritariamente esclavo del disciplinamiento fiscal que el gobernador ejerce sobre sus intendentes-jefes. Ante el ambiguo mensaje de Fadel, los senadores Luis Bohm y Gustavo Arenas se despegaron y vociferaron instantáneamente su voto en contra del juez.
El FIT da el presente
Otra conducta que se explica por la intensidad del contexto será la adoptada por el Frente de Izquierda de los Trabajadores. A pesar de su asidua reticencia a participar en este tipo de sesiones al calificarlas como arcaicas y poco transparentes, tanto Noelia Barbeito como Víctor Da Vila han asegurado su presencia en el recinto, así como su decisión de votar en contra de Valerio.
Sin dudas, este espacio político, que propugna como uno de sus ejes la defensa de los derechos de las mujeres, se diagnosticó sin margen para esquivar la sesión y debió modificar su accionar a partir de las numerosas impugnantes que le exigieron, sin rodeos, su participación.
