En mayo de 2017 EL OTRO realizó una cobertura periodística en El Bajo de Luján de Cuyo. Los vecinos estaban preocupados porque el intendente Omar De Marchi había prometido erradicar a las familias de la zona. Lo que entonces era un miedo, hoy es una realidad que se concretaría a fines de agosto. De 600 familias que viven allí, 45 no tienen un hogar adjudicado y quedarán en la calle. Denuncian aprietes del gobierno: “Nos dicen que nos van a quitar a nuestros hijos si no nos vamos”.

Fotos: Seba Heras

Ailén es una vecina de El Bajo que con 19 años encabeza el reclamo de 45 familias por conseguir una casa, ya que las viviendas que ellos mismos construyeron y actualmente habitan serán desalojadas y demolidas en poco tiempo por la Municipalidad de Luján de Cuyo.

Las familias que han quedado afuera de la entrega de viviendas son aquellas que no fueron censadas en algunos casos, según indican los vecinos de la zona, por tratarse de personas que no cumplían todavía la mayoría de edad o porque los censistas no consideraban viviendas los espacios que habitaban.

“Hace tres años vinieron a hacer un censo pensando en este proyecto de darnos una casa a los vecinos de la zona a cambio de nuestras actuales viviendas. En ese momento yo tenía 17 años y ya tenía a mi hija, pero vivíamos en un micro y la censista no quiso incluir a mi familia en el listado de viviendas porque no consideraba el lugar en el que yo vivía como una casa. Actualmente tenemos construida nuestra propia vivienda aquí en El Bajo, pero no nos quieren sumar al listado de familias que recibirán una casa en otro lugar de Luján”, comenta Ailén.

Las vecinas que hablaron con EL OTRO indicaron que hace más de un año y medio que intentan presentar papeles para ser incluidas en la nómina de entrega de casas pero que “en la Municipalidad nadie los ayuda”. “Siempre nos dicen ‘va a haber soluciones para ustedes’, y a la semana siguiente vamos y nos niegan lo que antes nos habían dicho. También dicen que van a mandar a El Bajo a gente del área de Vivienda y no viene nadie. Y ahora nos demoran con la excusa de que se traslada la Municipalidad al ex Próvolo, que encima nos va a quedar mucho más lejos para hacer el reclamo”, explica otra vecina.

 

A fines de agosto la municipalidad habría avisado que van a entregar casas a las familias que ya están tomadas por el censo, se trataría de 650 viviendas aproximadamente. Pero uno de los reclamos de las 45 familias que se quedarán sin techo tiene que ver con que desde el municipio les habían prometido que las nuevas viviendas serian para todos los habitantes de esta barriada, y en realidad habrían incluido a familias que no son de allí y provienen de distintas zonas de Luján, como 9 de julio, Costa Canal, Las Margaritas e, incluso, Chile.

“El arquitecto del proyecto nos dijo que ya no quedaban casas” dice Ailén, quien también contó que hace tiempo las familias intentan difundir su caso a través de los medios hegemónicos de comunicación sin recibir respuesta: “los canales de televisión como el 7 y el 9 nos dijeron que no podían difundir nuestro reclamo porque tienen publicidad de De Marchi”.

Otro vecino explica que ante la indiferencia las familias avisaron que no dejarán sus casas de El Bajo y que frente a ese anuncio la respuesta del municipio habría sido violenta. “Nos amenazan con que van a venir asistentes sociales para quitarnos a nuestros hijos si no nos vamos, que va a venir Gendarmería a sacarnos. No pueden hacernos eso porque son ellos los que nos están sacando el techo para nuestros hijos”, dice con su bebé de un año en brazos.

“Nos tienen mal mirados, pero nosotros nos acercamos a hablar bien, como la gente y acercándonos de esa forma no nos toman en serio”, denuncian refiriéndose a que la clase política no escucha sus reclamos. “Cuando están los votos bajan. (Sebastián) Bragagnolo no ha venido, el único candidato que se acercó fue Omar Parisi”.

“Si De Marchi no cuida a los lujaninos cómo va a poder cuidar a toda la provincia”, dice una vecina. “Si no hay una solución vamos a tener que usurpar terrenos, porque no nos va a quedar otra alternativa”, reclama otro joven mientras los niños de El Bajo juegan con sus perros y corren entre las piernas de sus padres, que ya no saben qué hacer para que sus hijos tengan un techo donde dormir.

 

“Queremos seguir viviendo en El Bajo”