Se realizó en la Universidad Nacional de Cuyo un debate sobre la legalización de la marihuana de uso medicinal. Desde distintas perspectivas se cuestionó la actual legislación, abogando para que próximamente el Congreso Nacional genere una ley que no sancione a cultivadores y usuarios de cannabis para este tipo de consumo. Desde una pretendida disputa política, se derribaron mitos y estigmas que recaen habitualmente sobre la planta mientras que se esbozaron fuertes críticas al modelo de salud vinculado a la industria farmacéutica.

El encuentro, organizado por la agrupación radical Franja Morada y auspiciada por Cannabis Medicinal Argentina, se realizó en una de las aulas BACT de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. A pesar de la grandilocuente convocatoria “Legalización de la marihuana” el debate se centró casi exclusivamente en el uso medicinal de cannabis, pronto a discutirse en el Congreso Nacional. Moderada por Marcelo Violini -periodista dedicado a la ciencia y la tecnología- en la charla confluyeron Carlos Laje –médico oftalmólogo creador de la primera Clínica de Marihuana en Argentina-, Ana Flor Sclanni Horrac –especialista en geopolítica de las drogas- y Fernando Arias –referente de la Agrupación Cannabicutora de Mendoza-.

De derecha a izquierda: Laje. Sclanni Horrac, Violini y Arias Foto: Manotazos

 

La Lic. Flor Sclanni Horrac, quien además de sus pergaminos académicos se presentó como cultivadora y colaboradora de la revista especializada Haze, advirtió que el tema convocante se da en un marco de “disputa de los sentidos que tiene hoy en Argentina el usuario de cannabis, por lo que en algún punto es una disputa al conocimiento, al conocimiento médico tradicional y a todos los conocimientos que se reproducen a través de la burocracia”.

Tras afirmar que el cultivo de marihuana no escapa a la lógica económica que inscribe a los países de América Latina como meros productores de materias primas. Sclanni Horrac detalló que “en nuestro mapa, quienes producen ilegalmente son países que tienen márgenes altos de pobreza o de desigualdad social como Bolivia, Paraguay, Perú, Colombia, México y donde se produce legalmente cáñamo es en Europa y Estados Unidos” por lo que se reproduce el modelo agroexportador.

Para la especialista, es fundamental pensar en cada país qué tipo de regulación buscar porque cada sociedad es la que construye su ley, pero en lo referente a Argentina, expresó que “nuestra ley de drogas del año 1.989 penaliza el cultivo y la tenencia, acá todavía están metiendo gente presa: un pibe con 15 gramos de prensado se pasa dos o tres meses preso y es increíble, por lo que se impide ir reduciendo la cadena del narcotráfico”.

Por su parte, el cultivador Fernando Arias describió las alternativas para acceder desde Mendoza a la marihuana de uso medicinal y se refirió a los fundamentos con los cuales se puede avanzar en una legislación acorde: “el Estado, con la actual legislación, está violentando el derecho de cualquier persona a acceder a un tratamiento de salud” y yendo más allá, aseveró que “cada vez hay más afecciones que pueden tratarse con marihuana”.

Finalmente, el Dr. Laje, quien a partir de un glaucoma diagnosticado a su pequeña hija, comenzó a investigar sobre el uso medicinal de la marihuana, planteó que en ese recorrido descubrió una situación paradojal, ya que se encontró con que “nosotros convivimos en un margen de ilegalidad, somos totalmente legítimos, por eso esta pelea es política”.

El médico destacó que vivimos en una etapa que prioriza la enfermedad: “estamos ante un paradigma del negocio de la salud y, si se ha duplicado la venta de medicamentos en los últimos catorce años, nos cuestionamos si esto tiene que ver con una sociedad que está más sana o más enferma”. En referencia al negocio de los laboratorios ejemplificó que “el 10 % de la población mundial padece de glaucoma, si hay 7.000 millones de habitantes, a unos 700 millones se le diagnosticará esta enfermedad. Si el costo del tratamiento es de alrededor de 75 dólares mensuales, hablamos, en veinte años de tratamiento de un monto de 12.600 billones de dólares”. Además, “si papá y mamá tienen glaucoma, existe el 90% de posibilidades de que se lo traspasen a sus hijos y el negocio se reproduce”.

A su vez, destacó que “los pacientes hoy se han empoderado del cannabis medicinal” a partir de las evidencias científica, empírica y clínica y así como se dice que sin plantas no habría medicina, aseguró que “sin cultivadores de cannabis no habría medicina. Yo creo que cada planta que nace y cada semilla que germina es un acto revolucionario. Yo incito a todo el mundo a cultivar porque la experiencia de plantar nuestra propia medicina se nos da en esta vida”.