Desde hace unos días, la iniciativa para la compra de un resonador magnético por imágenes para el Hospital Notti invadió la cartelería pública mendocina. El gobierno de Cornejo apela a la beneficencia de Fundavita para ahorrarse $20 millones, mientras se calcula que gasta $1.000 millones en pauta publicitaria oficial.

“El Notti necesita un resonador para curar el cáncer” reza la campaña publicitaria lanzada por el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes del gobierno de Mendoza, que convoca a realizar una donación a través del sitio www.prendetuestrella.com.

Más allá del yerro respecto a las soluciones que brindaría el resonador (que diagnostica, cada vez con mayor prontitud y eficacia, pero que no cura el cáncer), la iniciativa publicitaria que busca reunir los $20 millones que cuesta el aparato, surge de un convenio rubricado en octubre del año pasado –siendo el violento Rubén Giacchi ministro- entre el gobierno provincial y Fundavita, entidad conocida por su labor en la lucha contra esa enfermedad en nuestra provincia.

Foto: Coco Yañez

 

La campaña insta a que cada ciudadano, empresa o institución haga su aporte económico según sus posibilidades. Se podrá así incorporar una estrella por $100, una constelación por $50 mil o una galaxia por $150 mil –peces gordos a quienes se les promete asociar su marca en la acción de bien-. La iniciativa forma parte de las nuevas tendencias del marketing institucional enmarcadas en la figura del mecenazgo o crowdfunding.

Según el sitio oficial de la ONG de beneficencia, esta –en apariencias- loable acción “que representa para Fundavita el proyecto de mayor importancia por su impacto en la población oncológica de la región oeste de nuestro país” comenzó en el año 2006, “con la firma de un Acta Intención con las autoridades del Hospital Dr. Humberto Notti, para luego hacer lo propio con la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCuyo y con el Ministerio de Salud y Desarrollo Social del Gobierno de Mendoza.

El resonador que hace falta. Imagen: Fundavita

 

Se adhirió además el Jackson Memorial Hospital a través de la University of Miami School of Medicine (EEUU). “Tras la visita a nuestra provincia y posterior informe de los profesionales de Miami, el diagnóstico fue tajante en cuanto a la necesidad de adquirir un resonador magnético por imágenes, particularmente para niños en tratamiento de tumores cerebrales y de hueso”, señala la página web de Fundavita.

Es así que la ONG se “decidió abocar los esfuerzos a la adquisición de esa aparatología médica y en el año 2013 se firmó un convenio con la Universidad del Aconcagua para comenzar a trabajar en el proyecto: Un resonador para el Hospital Humberto Notti”.

Durante el 2013 y 2014 la propuesta fue declarada de Interés Público Nacional y elevada al Ministerio de Salud de la Nación y en octubre pasado se firmó el convenio con el gobierno de Mendoza para recaudar los fondos.

Que 20 palos no es nada

Lo cierto es que, si cruzamos algunos datos públicos de nuestra reciente realidad, resulta muy llamativo el despliegue publicitario financiado por el gobierno provincial que justifique el ahorro de esa cifra.

Mientras el gobierno “pasa la gorra” para el Notti, la ministra de salud prometió la compra de un tomógrafo y un resonador para la sede de FUESMEN en Tunuyán que todavía no termina de construir. Captura: Twitter – 21/4/17

No se explica por qué se apela a la caridad de los mendocinos y mendocinas, vía Fundavita cuando, por ejemplo, hace pocos días Cornejo anunció una inversión multimillonaria para la incorporación de 120 máquinas viales “made in China”, sin llamar a licitación pública. Menos, si consideramos que 20 millones son una migaja comparada con la secreta distribución de pauta publicitaria oficial, calculada por algunos medios en $1.000 millones, que el gobernador maneja a discresión y meritómetro en mano.

Ahí parece estar el meollo de este entuerto. Todo bien con la solidaridad, pero los niños y niñas no pueden estar esperando a que una organización civil junte peso por peso para diagnosticar una enfermedad tan grave, cuando el resonador lo puede comprar ya mismo el gobierno con el dinero de nuestros impuestos.